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Los cuatro caminaron en silencio hasta el vehículo, donde Boris ya los esperaba junto a los demás.

Mejor momento había decidido ir al center; pensó Natasha, entrando al auto.

  Se sentía abrumada por su estatura, por lo fuerte que era, por el empuje de su cuerpo, que aplastaba sus caderas contra la sólida puerta del automóvil, teniendo más espacio. El aroma de su colonia masculina asaltaba sus sentidos, provocando una oleada de calor en su pelvis.  

-¿Te doy miedo, verdad? –la risa de Nikolay la sorprendió –. No quiero asustarte….ya no.  

El aliento masculino rozaba su mejilla y Natasha empezó a temblar al sentir la presión de sus largos y poderosos muslos , y la dura evidencia de su excitación contra su pantalón. Todo su cuerpo parecía haberse calentado en el punto de contacto. Estaba excitado y ella era la responsable.

Ella, Natasha, gorda con sus pies a punto de reventar. Una mujer de verdad por primera vez desde la traición de Kira.   Comprendió la belleza de una mujer, entendió que no solo eran pechos y nalgas, ver a una mujer embaraza era la mejor imagen de una mujer. La imagen de Kira se reprodujo en su mente, la noche en que Kira había amanecido en su cama, en su cuerpo delgado pero con curvas. Quería a Kira, pero ¿Qué sentía por Natasha? Por qué ahora tenía la necesidad de no dejarla ir. 

No entendía que atractivo podía tener una mujer embarazada para Nikolay Vólkov .  Cuando el inclinó la cabeza un poco más y rozó sus labios fue como si lo hubiera esperado toda la vida.  Enredo los largos dedos en su pelo para sujetarla, y cuando Natasha abrió la boca, él se aprovechó con un gesto dominante que la excito más que asustarla. 

Su lengua se perdió en el interior de su boca para enredarse con la suya, y Natasha le devolvió el beso con un deseo que no podía entender. 

Estaba mal, él te dejo por otra, siempre estuviste y nunca te vio. El solo juega con tus sentimientos. Una vocecita resonó en la cabeza de Natasha.  

Experimentaba una sensación nueva ahora que estaba embarazada, emociones intensas que ahogaban cualquier objeción. Cada centímetro de su cuerpo parecía de repente sensibilizado y las firmes caricias masculinas hacían que sus pezones se distendieran, el roce de sus dedos en los muslos mientras levantada la parte baja del vestido provocando un incendio de impaciencia y anhelo. El apasionado beso la tenía totalmente hechizada, sus sentidos excitados como nunca. Y el latido entre sus muslos era casi insoportable.   Cuando paso un dedo sobre el triángulo de tela entre sus piernas se le doblaron las rodillas. 

-Estas húmeda –murmuró con voz ronca. 

Natasha no podía respirar, agradecía que Mijaíl y Akim no estuvieran con ellos allí. Muchas veces lo habían hecho en un auto pero ahora era diferente, cada sensación de éxtasis se sentía más, ella quería más. La hambrienta boca de Nikolay encontró la suya de nuevo y dejó de pensar. Un beso y volvió a perder la cabeza.   Nikolay introdujo sus expertos dedos bajo las bragas y atizo el fuego deslizándolos por la húmeda abertura hasta acariciar el diminuto capullo que controlaba todo su ser en ese momento.  Temblando, un estrangulado gemido escapo de su garganta cuando froto sabiamente tan sensible zona, y de repente, perdió el control. Empujaba hacia adelante sin poder evitarlo hasta que un repentino y explosivo orgasmo hizo que se le doblara las piernas. Agradecía que la villa Vólkov  fuera lejos del centro comercial. 

Temblando, bajo el arrugado vestido de un tirón. Su corazón latiendo alocado por la sorpresa. No podía creer lo que acababa de pasar. No podía creer que le hubiese dejado hacer eso…. Tan íntimo, tan inapropiado, tan carnal. 

-Estas preparada –susurró Nikolay, mirándola con  esos ardientes ojos negros –. Eres una mujer apasionada.

  -No quiero….hablar de ello. –consiguió decir.

-Muy bien, no hablaremos. Yo prefiero hacer en lugar de hablar –murmuró Nikolay, preguntándose porque actuó de esa forma, si él amaba a Kira.  

Tocarla había sido un error, pero debía reconocer que quería más. Si lo hubiese animado, aunque solo fuese un poco, la habría llevado a la cama para saciar su deseo y frustración por la desaparición de su hermana, no quería esperar para encontrar al infeliz que había secuestrado a su hermana. No estaba acostumbrado a esperar. 

- No debería a ver ocurrido –murmuró Natasha, incorporándose en el asiento para tomar su bolso –. No sé cómo podía pasar. 

-Muy sencillo. Yo te deseaba y tú me deseabas a mí. 

-He olvidado por un momento quien soy y con quien estaba –lo corrigió ella, intentando evitar su mirada –. He perdido el control.

-A mí me ha gustado. 

-No es el momento, tu hermana te necesita y te pediré que te alejes de mí. Sabes cuánto te amo y juegas con ello.

-Te necesito igual –murmuró Nikolay.

  -No puedes necesitar a alguien que tú mismo sacaste de tu vida, tienes prometida e hijo. Esto estuvo mal y sé que es tarde para remediar mi error y te pido que me dejes ir, ¿Cómo lo tomara tu mujer que tu ex prometida estará bajo el mismo… 

-Ella no está allí, se fue y dejo al niño.

-Ahora lo entiendo –comenzó a reír con amargura, por un momento había llegado a pensar que el la quería. –Quieres que ahora me ocupe del niño, me quieres de nuevo como un adorno más. Déjame decirte que no, primero me amenazas con matar a mi hija y ahora…

-Es niña –afirmó , algo dentro de su ser no le agrado la idea que una miniatura de otro hombre.  

Los vehículos llegaron a la villa donde más vehículos habían fuera de ella. Mijaíl junto al bebe llorando bajaron y camino hasta donde estaba Nikolay.

  -¿Qué le sucedió? –extendió los brazos, llevando a su pequeño a su pecho, fue una imagen hermosa para Natasha, una imagen que su hija no tendría.

  -De pronto comenzó a llorar, no entiendo que le sucede…..estaré fuera, creo que lo mejor valla por los hackers .  

Boris se acercó  a pasos apresurados cuando termino de hablar con el guardaespaldas de Ekaterina.

  -Dejaron esto –extendió un sobre, Nikolay miro a Natasha quien suspirando agarró  al niño para dejarlo ver el sobre. 

Nikolay observo cada línea de aquella carta, quería llorar y reír por todo lo mencionado, pero muchas cosas ataban cabos con aquello que decía en el papel, levanto la mirada y miro a Mijaíl.

  -¡Maldito infeliz! –se abalanzó sobre el, propinándole uno tras otro golpe que fueron devueltos –. ¡Te confié a mi hermana, creí que eras mi hermano y te metiste con ella, bastardo! 

-¡Déjame explicártelo!  –logro decir –Nikolay, ya basta.  

Lo empujo lejos, levantándose.  

-¡Te metiste con ella, te lo advertí! Ella era intocable ¿Acaso me metí con tus hermanas? No sé quién diablos eres Mijaíl. Todo esto es por tu culpa. Kiara y Kira son las protagonistas de todo esto. Dime, ¿Cómo unas mujeres pueden secuestrar a alguien? ¡Acaso estoy rodeado de inútiles! 

Todos lo miraron atónicos, podían entender su dolor por su hermana, pero no toleraban sus malos tratos cuando arriesgaban su vida por él, como también debían callar por mantener su familia. Miró  hacia la entrada de la casa donde su madre, tía y Natasha los miraban.   

-No perdonare esta traición, cuando ella regrese espero que ya estés lejos de mi casa y de mi familia. 

Camino hacia la casa adentrándose, subiendo las escaleras. Miro la habitación donde pasaba los días y noches Kira, furioso camino hasta ella adentrándose. Todo estaba pulcro como la última vez, tiro todo lo que pudo de ella. Amaba y odiaba a esa mujer.  

Sin Salida #1   (Serie Rudos Deseos )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora