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La cabeza de Nikolay zumbaba de dolor, un gemido escapo de su boca  al abrir los ojos hasta acostumbrarse al lugar donde estaba. Miro a su alrededor recordando lo poco que había pasado.   Kira nuevamente se había salido con la suya, lo había citado y drogado para nada. Había caído otra vez en sus garras. Miro su cuerpo desnudo, esperando que nada hubiera pasado entre ellos. Rápidamente se vistió y salió del lugar atrayendo la mirada de la nueva receptora del hotel. Al ver que su chofer aún estaba allí camino hasta el vehículo.

    -Vamos a casa. –informó . 

Su chofer lo miro por el retrovisor, temía hablar y enfadarlo.

  -Habla de una vez 

-El señor Mijaíl llamo señor. Pidió urgente llamarlo es sobre la señorita Natasha.

  Nikolay al escuchar el nombre de la mujer saco su teléfono, al prenderlo vio todas las llamadas perdidas de Mijaíl, por lo que supuso que era urgente. Marco su número de inmediato fue respondido.

   -Creí que nunca atenderías mis llamadas Nikolay. 

-¿Qué sucede para que me llames de ese modo?

  -Es Natasha. Ella salió de la mansión sin guardias…sufrió un ataque ayer, ahora está hospitalizada debes venir. –Mijaíl temía decirle lo malo que había sido la situación.

  -vamos al hospital –ordeno al chofer sin colgar –. Dime que ella está bien por favor.

-Aún no ha despertado –dudo en seguir, aun así lo hizo –. Ella no iba sola, Akim la acompañaba. Cuando llegue el niño no estaba y ella estaba sangrando.  

  El mundo de Nikolay se paralizo al escuchar eso, su corazón comenzó acelerarse. 

-¿Y la bebé? –toco tus ojos, no quería llorar, no lloraría se reprendió una y otra vez. 

-No pudieron salvarla, cuando llegamos al hospital la niña ya no estaba viva. La doctora  Yelena asegura que las posibilidades de que nazca eran muy bajas, ella reviso su historial clínico, lo lamento. 

Nikolay no contesto solo colgó con lágrimas en los ojos, le dolía pasar por esto, por no estar con ella y ahora era tarde para arrepentirse. 

   Al llegar al hospital camino por los pasillos hasta donde su madre, su hermana y Mijaíl estaban.

  -¿Cómo esta ella?  

Mijaíl se adelantó y lo recibió con un abrazo permitiendo dejarlo llorar en su hombro.

-Todo estará bien, encontraremos a Akim. No podemos cambiar el dolor que sientes al perder un hijo, pero podemos estar allí para ti amigo.

-Es difícil –susurró  aun con lágrimas en sus ojos, partiéndole el corazón a su madre. Después de mucho tiempo lo veían llorar.  –. Ella me dijo que quería irse y no se lo permití, me negaba a que no esté a mi lado y mira. Lo primero que hice fui fallar yo mismo al dejarla sola.   

Se separó de su amigo y fue envuelto en los brazos de su madre.

  -Mi niño. Todo estará bien, sé que sabrás que hacer.
-Lo sé, lo se madre. Tienes razón –se apartó de ella para secar sus lágrimas y mirar a su amigo –. Lleva a Ekaterina y a mi madre a la mansión. Ella debe descansar –miro a su hermana que le sonrió
tristemente –. Y encárgate de buscar a Kira y la bastarda de su hermana.

  -Aún no sabemos si de verdad ellas fueron las culpables de esto. Esperamos que Natasha despierte para hablar.  

-Sé que fueron ellas, tengo la certeza. Por eso ella esta postrada en esa cama y si no hago algo por ella y por mis hijos, sabré que nunca fui un buen padre, me considerare igual a mi padre. –hablo con odio, ahora entendía el repentino encuentro de Kira, si él no estaba cerca.

Natasha podría hacer lo que quisiera y eso era salir de la mansión.   Nikolay dio media vuelta y entro a la habitación.

   El hombre  parpadeo rápidamente, intentando controlar las lágrimas, se dijo a si mismo que ya no iba a dejar engañarse. No tendría más piedad por Kira, no pensaría en la madre de su hijo. Lo único que podía hacer era estar para Natasha, aunque era duro como una piedra. Los parpados de la pelinegra comenzaron a abrirse lentamente acostumbrándose a la luz del lugar.   

– Has despertado –anuncio Nikolay con tono categórico.   La guapa pelinegra que estaba recostada, lanzo sobre él una mirada cristalina.  

– Dime que está bien, ¿Dónde está? –toco su vientre plano.

– Yo… ella no sobrevivió, lo siento –agarro su mano dándole ánimos, dejándola llorar –. Lo siento tanto, todo fue mi culpa por no estar allí contigo.

   Natasha violentamente retiro su mano del agarre, aun con lágrimas en sus ojos lo miro dolida. 

   –Siempre fue tu culpa como la mía fue conocerte, no reconocer las palabras de todos hacia ti. Me convertí en una mujer dependiente de ti, te necesitaba hasta para vivir Nikolay. ¡Pero siempre fui un trofeo para ti! 

–No es así, dices eso por tu duelo..

–Tú me convertiste en un duelo, tú fuiste el culpable de todo, cuando creí tener al hombre ideal a mi lado tu tiraste todo por la borda por una más de tus calenturas que termino traicionándote, dime ¿Acaso he hecho  algo que te perjudicara a ti y a tu profesión?  –Rio sin gracia mirándolo con odio –. Nunca fui lo suficiente para ti, fuiste uno como muchos que solo miro un cuerpo para presumir, fue por tu egoísmo que mi hija murió, ¡Por toda la mierda que te rodea ella no está! Perdí lo único que tenía por tu culpa…tu culpa.  

–Akim también desapareció, no eres la única que sufres. Perdí dos hijos en un día ¿Acaso yo no puedo sentir nada?, crees que no siento dolor por no ver a mi hija crecer, por no verla llamarme papá, no conocer su rostro –replico el, sus oscuros ojos  helados, las atractivas facciones duras como acero, antes de darle la espalda. –Nunca debí ir ante Kira, debí anteponer a mi mujer e hijos.  

–No soy tu mujer, deje de serlo hace mucho tiempo. Fue mi culpa que tu hijo no esté en este momento y me recrimino desde el momento que lo apartaron de mí. Tus manos estas manchadas de sangre pero tu corazón y mente llevaran una carga mayor. Quiero que te vallas de aquí, no quiero verte nunca más, con tus actos mataste lo único que nos unía.  

Inmediatamente Nikolay volteo a mirarla aterrorizado se acercó hasta ella. 

–No es el momento de estar separados Natasha, fue mi error no estar allí a tu lado, por obligarte a estar a mi lado pero no me hagas esto, podemos superarlo juntos no fue solo un dolor de tu parte yo igual lo siento prometo hacerlas pagar todo lo que nos hicieron. 

   –¿No entiendes? No quiero venganza, no quiero nada de ti. Déjame ir por favor, te lo suplico –aparto su mirada cristalina de él.   

Sin Salida #1   (Serie Rudos Deseos )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora