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–Quiero hablar unos minutos contigo, puedes dejar de hacer eso –anuncio Nikolay, entrando por completo a la habitación. 

–Yo igual debo hacerlo –Natasha termino de vestir a Akim, dejándolo en la misma cama. 

–Quiero dejar esta rivalidad, es necesario que estemos bien por el bien de los niños. Lo siento, sé que fracase en  muchas cosas, tanto así que dañe a una persona que lo menos que merecía era esto, quiero…

–Quiero irme de aquí –la mirada de sorpresa de Nikolay no paso desapercibida para ella –. Esto no está bien, tú ni yo estamos bien. Comprendí que para yo estar bien, debo alejarme de ti, de tu mundo y todas tus cosas, no podemos seguir haciendo como si nada pasara Nikolay, puedo notar que aun amas a Kira, que por eso la atención hacia Akim no está puesta en ti. ¿El merece esto? Ese niño merece mucho más de lo que tú puedes darle y mi hija lo merecerá igual. 

–No puedes irte.

–Sí que puedo, tú no manejas el mundo.

   El teléfono de Nikolay empezó a sonar, con un aluvión de mensajes, todos de un número desconocido. Preguntándose quien podría ser aquella persona que enviaba mensajes con urgencias de hablar con él. Nikolay le devolvió la llamada en cuanto salió de la habitación. 

–Debemos hablar en persona –anuncio la mujer del otro lado de la línea, con tono neutro. 

Nikolay hizo un gesto de impaciencia y ansiedad, volver a escuchar la voz de esa mujer, era irreal.  

–Eso no es posible, lo que has hecho  no tiene perdón.

  –Aunque no tenga todos los derechos, no voy a malgastar tu tiempo con especulaciones, pero creo que al final de todo, tengo mi derecho... Solo pido hablar. –le explico la persona del otro lado de la línea.

   Nikolay frunció el ceño. 

–¿Qué significa hablar para ti? Perdiste eso hace mucho tiempo, lo único que pereces es estar ocho metros bajo tierra.

–Solo quiero hablar, por favor Nikolay. Sé que tú también lo quieres, no quería que esto pasara así.

  –Entonces, ¿Cómo debería haber pasado? No mereces ni que el niño te reconozca como madre. 

–¿Estás seguro de lo que dices? –pregunto, la voz femenina. Mientras Nikolay asomaba la cabeza por el umbral de la puerta, veía a Natasha soltar de su cabello los deditos del niño. –. Es algo importante, sé que te falle y déjame recompensarlo, nunca debí dejar a Akim y a ti. 

Algo dentro de Nikolay se removió, quería pensar que no era por la necesidad de volver con ella, de pensar que estaba en un sueño y ella era la mujer que había esperado tanto tiempo. ¿Qué podía perder si iba a su encuentro?   Su celebro, acostumbrado a adaptarse a nuevas situaciones, por alguna razón tenía dificultades para entender esta situación. ¿Qué debía hacer? Quería un nuevo cambio y aunque la evitara, debía volver con ella y dar fin a sus complicaciones. 

–Está bien, envíame la dirección del lugar.

  –Hotel Royal, sé que lo conoces.

–Kira…-advirtió.

–Lo sé, pero me pareció el mejor lugar para encontrarnos.  

Nikolay lo pensó unos minutos, asintiendo con la cabeza. 

–Está bien, pero él no ira.

–No quiero que el venga. –respondió rápidamente, lo que le pareció raro en él.

   Al colgar y darse la vuelta vio a Natasha pensativa mirando a la nada en el umbral.

  –¿Iras con ella, verdad? –pregunto aun con su vista al frente.

–Así es, prometo regresar pronto. Esto es necesario para.. –la mano de Natasha lo callo. 

–No importa lo que diga, es la madre de tu hijo. ¿Qué puedo decir? Has lo que creas necesario. 

–Natasha.. –Nikolay   intento sostener su mano. 

–No todos vamos a estar a tu disposición, si lo que tú quieres es estar con ella ve, creo que nunca te impedí nada en mi tiempo a tu lado, no dejes lo que quieres por el hecho de llevar a tu hija en mi vientre.

–Y si te dijera  que es lo que quiero, que quiero estar a tu lado. Estar en la vida de mis hijos, sé que falle pero quiero estar a tu lado. ¿Me creerías?

  – No. No creería en tu palabra, tuvimos un tiempo y no lo pudimos resolver, ¿Qué hiciste? No tuviste el minimo remordimiento cuando ella tenia un hijo tuyo,¿Me llamaste? Como tu prometida, no lo hiciste. No sabes cuanto me dolio, me sentí destrozada al saber lo despechada que estaba y tu feliz     por encontrar a la mujer que tanto esperaste. No hay nada de que hablar, ve. Es lo que quieres.

La joven mujer ingreso a la habitación, cerrando la puerta detrás de ella, dejándose caer lentamente al suelo. Su corazón  dolía, sentía tanta pesadez en su cuerpo. El aún  la amaba y ella nunca ocuparía ese lugar, nuevamente se había ilusionado. ¿Tanto dolía  amar a la persona incorrecta?

Sin Salida #1   (Serie Rudos Deseos )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora