Capítulo 24: Vale por...

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Leah

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Leah.

—¡Mierda! —oí desde el otro lado de la sala, escuchando como algo caía al suelo de manera estrepitosa y con un quejido de por medio, por lo que inmediatamente corrí a ver lo que sucedía.

Arthur se encontraba recogiendo con una mueca los pedazos de un jarrón. Lo peor, es que aquel jarrón era el regalo que él había comprado hace unas horas atrás. No se veía muy feliz, incluso, podía deducir que ahora su humor había cambiado por completo.

—¿Qué ha pasado?

—¡Solo lo estaba viendo mejor! —soltó molesto—. maldito jarrón hijo de puta —gruñó.

—Demasiado mal humor hoy... —murmuré.

Bufó frustrado.

—¿Qué haré ahora?

—Tranquilo, la abuela lo entenderá... —miré su mano buscando algún rastro de cortada—. ¿estás bien?

—Sí, no alcancé hacerme daño.

Arthur salió de la sala con el jarrón y los restos de pedazos que quedaban de el. Miré el árbol de navidad y solté un suspiro a la vez que me sentaba sobre el sofá individual.

La abuela había salido hace unas horas atrás para comprar el resto de cosas que faltaban. Al parecer, ella se encontraba más emocionada que algunas navidades anteriores. Quizá se debía porque nunca habíamos salido de casa para estas fechas.

Mientras Arthur se dedicaba a mover algunas cosas en la cocina, me fijé en mi móvil, que por cierto... no tenía mensajes. No había visto y conversado demasiado con Harry esa última semana, ya que él había viajado a Londres con urgencia. Hoy sería el día en que nos volveríamos a ver y, me sentía con algo de ansiedad de volver a verlo.

La puerta de la entrada se abrió de pronto. Me levanté del lugar y me encaminé para ver lo que traía la abuela consigo. Ella me dio una sonrisa cariñosa y me tendió las bolsas que sostenía. Al tomarlas, pude notar un poco de comida y unos paquetes de regalos pequeños.

—¿Qué has comprado? —pregunté curiosa mientras intruseaba entre ellas.

—Comida cariño —respondió.

Bufé por lo bajo.

—¿Pero y esto? —moví la bolsa con los regalos—. ¿qué has comprado?

Soltó una risa divertida moviendo su cabeza a la vez que me la quitaba.

—Lo verás luego —informó—. se supone que es sorpresa, no lo verás ahora. Te lo entregaré mañana, luego de navidad.

Hice un mohin.

—No me gustan las sorpresas.

—¿Has hablado con tu novio? —preguntó mientras dejaba las bolsas sobre el sofá—. ¿y dónde está tu hermano?

Over again [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora