Capítulo 12: Eres tú...

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Leah

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Leah.

—No.

Movió su cabeza con impaciencia, negándose a mi petición.

—Por favor Arthur... solo es un viaje, quiero conocer Londres —suspiré.

Él me dio una mirada, soltó un bufido y se acomodó en el sofá elevando sus piernas para posicionarlas sobre el reposa brazos.

Hace media hora atrás había tenido la pequeña idea de realizar un viaje; algo que pudiera distraernos a ambos. Quería hacer algo distinto, mi mente y cuerpo me lo pedía a gritos. Estar encerrada en una ciudad y casa, no era algo que deseaba ahora mismo.

¡Aún era joven!, debía de hacer otras cosas también. Pero Arthur se negaba, odiaba manejar por tantas horas... aunque solo fueran tres, lo fastidiaban por completo.

—Que no Leah.

—Por favor —junté mis manos en forma de suplica—. solo será por un día, nada más.

—No.

—¡Vamos!, solo es conocer y hacer algo distinto, tienes vehículo, podemos viajar en el.

—Deberías sacar una licencia de conducir.

Apreté mis labios antes de contestar y soltar un ''no''.

La razón de no querer aprender, era porque me generaba pánico y ansiedad. Tan solo pensar que debía de tomar un manubrio y colocar mis pies en los pedales, me hacían sudar las manos y pensar que atropellaría a alguien; además de chocar el auto, claro está.

—Prometo realizar un curso de manejo si me llevas a ese lugar.

Arthur me observó con curiosidad.

—¿Y qué tiene de genial Londres? —preguntó.

Estaba muy segura que mis ojos estaban brillando al momento de pensar en lo que había en ese lugar, ya que era mi sueño conocerlo, al igual que el big ben.

—Tiene todo Arthur, es una zona muy turística.

Él apretó sus labios, inclinó su cabeza hacia atrás y soltó un suspiro derrotado antes de asentir con su cabeza, aceptando mi petición.

—¿Eso es un sí? —interrogué volviendo a juntar mis palmas a la vez que entrelazaba mis propios dedos—. ¿Arthur? —nombré.

—Es un sí.

Noté como se levantaba del sofá de manera perezosa, encaminándose hasta las escaleras que daban al segundo piso de la casa. Me dio un mirada y se afirmó en el barandal antes de subir.

—Mañana... si no despiertas a las siete de la mañana, no iremos a ningún lugar —avisó antes de desaparecer.

Asentí frenéticamente y sonreí.

Over again [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora