Capítulo 7: Ya nada era igual.

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Los sábados ya no eran iguales desde que no estaba mamá

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Los sábados ya no eran iguales desde que no estaba mamá. Las mañanas eran silenciosas y ya no había alguien que me pidiera por donas o que me apresurara para ir a comprar. No, ya nada era igual sin ella. Arthur apenas hablaba y papá seguía trabajando en Manchester.

¿Debía preocuparme por papá?

Arreglé mi cabello sin mucha prisa, acomodé mi bufanda y miré hacia atrás antes de salir por completo de la casa. Al avanzar hacia la calle, me di cuenta de que hace tres sábados no iba a W. Mandeville.

Solo esperaba que nadie me preguntara por mi madre, no tenía ánimos de contestar sobre ello. El dolor que aún sentía lo trataba de ocultar, aunque no estaba muy segura si eso resultaba. Harry había logrado distraerme la mayoría del tiempo, incluso, habían veces que me mandaba videos graciosos o me llamaba por las tardes para preguntar como estaba; Harry era un excelente amigo.

Miré el lugar al cual había llegado y solté un respiro con intranquilidad. ¿Por qué había ido?, aún no me sentía lo suficientemente bien para salir de casa.

Desvíe la vista hacia mis pies y mordí mi labio inferior tratando de aguantar las lágrimas que amenazaban con salir. Era demasiado estúpida, me sentía una tonta por tratar de olvidarme de lo que había pasado con mamá.

Finalmente me acerqué con un dolor en mi pecho, tomé la manilla de la puerta y empujé con suavidad para adentrarme en el lugar.

No había nadie a la vista.

—Voy en un segundo —habló él desde una puerta trasera que había en la panadería.

Harry ingresó sacudiendo el delantal con sus manos, llevaba algo de harina impregnada en él.

—¿En qué puedo ayudarte? —preguntó aún sin mirarme. Él estaba aún luchando con aquel polvo blanco en su ropa.

—¿Tienes galletas?

Alzó su vista sorprendido, dejando sus manos en el delantal, sin llegar a realizar la misma acción de hace unos segundos atrás.

—Leah...

—Harry —sonreí levemente—. ¿cómo estás?

Lo vi rodear el mesón hasta llegar a mí, me tomó de los hombros para analizarme y luego abrazó mi cuerpo; podía percibir como sonreía.

—¿Cómo estás tú? —preguntó en un murmullo.

Cerré mis ojos sintiendo el calor de su cuerpo.

—Estoy mejor... —mentí.

Se separó para verme el rostro y negó con su cabeza.

Over again [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora