Capítulo 18: Maratón (4/4)

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Harry

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Harry.

Lo pensé con determinación antes de ir con ella. Tenía muy en claro que quizá mi invitación era precipitada, pero después de escuchar la historia de Leah, me habían dado ganas de hacerla sonreír un poco. Sin embargo, sabía que quizá me costaría un poco convencerla antes, ya que su trabajo le impedía hacer las cosas que a ella le gustaban.

Me quedé fuera de su casa unos minutos, pensando mejor en lo que estaba haciendo, pero luego de darle vueltas, me animé a salir del vehículo para caminar hasta la entrada.

Leah me había prohibido visitarla, ya que por lo explicado, no deseaba que su hermano supiera de mí todavía. Según decía, su novia era un tanto intensa con lo que era yo; un cantante británico y algo famoso por el mundo.

Toqué la puerta, cruzando los dedos porque no me regañara al verme de pie ahí. Y en cuanto abrieron, retuve el aire al ver a una señora de edad mirándome con extrañeza.

—¿Necesita algo joven? —preguntó con amabilidad.

—Busco a Leah...

La señora arrugando su ceño, colocó los lentes que llevaba colgados alrededor de su cuello, enfocando la vista en mí una vez más.

—¿Usted es Harry?

Asentí con la cabeza, esperando ver a Leah aparecer por ahí. Pero al no escuchar ni ver rastros de ella, me hacía pensar que había salido.

—Oh... es un gusto conocerte —me dijo esta vez, abriendo un poco más la puerta para que pudiera entrar.

Dudoso, ingresé por el umbral mirando a mi alrededor.

—¿Leah no se encuentra?

—Sí, está en su habitación durmiendo... ¿quieres ir a despertarla? —preguntó con una sonrisa cálida.

—¿No se molestará?

—Claro que no, ella estará feliz de ver que estás aquí —aseguró mientras me apuntaba hacia la escaleras, indicando que su habitación estaba en la segunda planta—. ve, ella estará feliz —dijo una vez más.

¿Estará feliz? ¿Por qué?

Saqué esos pensamientos de mi mente al subir los escalones, y cuando di con la puerta que supuse ser de ella, toqué con suavidad y abrí buscándola por el lugar. Leah se encontraba tendida en una cama que estaba en la orilla de la ventana, y tenía sobre ella una manta para abrigarse.

Over again [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora