{4} ENAMORADIZO

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[pov Jungkook]



Me encuentro tirado en una hamaca en el balcón, observando las nubes pasar, desde las lentes de mis gafas policromadlas de sol, haciendo formas extrañas en el cielo que me recuerdan a todo tipo de experiencias, en concreto unas que no pasaron hace tanto tiempo.

Su mirada graciosa, su risa angelical y su sonrisa cuadrada, con ese tono canela que resalta entre sus ropas claras y su pelo de un castaño oscuro. Sus ojos, de igual color a su pelo capaz de agarrarse con un quiqui, aunque a veces varían a algo más claros dependiendo de la luz. Con largas y prominentes pestañas, combinando con un sonrojo debido al alcohol.

Cuando mis pensamientos me llevan más allá, decido parar, refregándome la cara y dándome golpees constantemente en la frente, tratando de no continuar por ese camino.

¿Qué me esta pasando?



De pronto entra mi madre a la habitación, haciéndome sobresaltarme por segundos. - ¿Qué tanto suspiras enamoradizo? – Se sienta con una delicadeza extrema en uno de los sofás cercanos al gran ventanal con terraza de la habitación. - ¿Necesitas algo mamá?

-    Venia a ver si te apetecía ver una película conmigo, pero de pronto te encuentro tumbado con la mirada perdida en el más allá. ¿Qué chica se te ha atravesado ahora? – Y ahí va otro de mis problemas, el salir del closet con mis padres.

-    Ninguna mamá. Mejor bajemos. – Ella me frena sonriendo de medio lado, y es que como no, mi madre amante de los dramas amorosos no se pasa ni una. – Algún día nos presentarás a alguien, yo lo sé.



-    Deja de fliparlo y mejor bajemos. -  Dejo el tema por zanjado hasta nuevo aviso, y es que no se como decirles a cerca de mis sentimientos a mis padres, pero mucho menos se explicar que narices me esta pasando en tan poco tiempo con el vecino.

















[pov Taehyung]

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[pov Taehyung]







Las alarmas sonaron tan solo llegar al departamento de policía que me corresponde, en seguida nos subimos a los patrullas, en busca de los narcotraficantes en la playa.

Equipados por completo, nos escondemos tras unas cajas atentos a todos los movimientos de los individuos que en cuanto se dan cuenta de los coches de policía acercándose se ponen en guardia, disparando a todo lo que se mueva.

-    Kim ¿Me copia? – Escucho a mi compañero preguntar por mi desde el comunicador. – Le copio Choi. – Somos un total de siete agentes desplegados por toda la zona, contra cinco narcotraficantes que están por escaparse con un cargamento bien lleno tanto de chuches como de biberones.

-    Avancemos poco a poco, tu por la izquierda, y yo por la derecha. – Le ordeno, a lo que pronto comenzamos a movernos sigilosamente, siendo respaldados por el resto de la maya.



Los narcotraficantes no parecen pensárselo dos veces cuando comienzan a disparar sin ton ni son, contra todo. Los siete agentes que somos nos comenzamos a movilizar rápidamente hasta dar con tres de ellos, dejando a dos aun sueltos por la zona. De pronto, más disparos se hacen presentes, descubriendo a otros cuatro individuos armados, disparando todas las alertas y pidiendo refuerzos externos lo antes posible.

Dos agentes caen, pero no es grave. Me escondo tras unas cajas de madera, teniendo en el punto de mira a uno de los atacantes y sin pensármelo dos veces me lanzo hacia él, envolviéndonos en una fuerte pelea de puñetazos, patadas, sacudidas...

Por suerte, el único arma que llevaba consigo ha caído al ser atacado de improvisto, por lo que solo me queda resistir y pedirle al cielo que no lleve consigo un arma blanca capaz de perforar hasta mi chaleco.

Un sonido ensordecedor se hace presente en cuanto consigo abatir al chico, esposándolo para llevarlo al patrulla.

-    ¡Esto se esta desplomando, han activado explosivos! ¿A todas las unidades salgan de ahí ahora mismo!- Escucho que avisan por la radio. Maldiciendo una y  mil veces, agarro el cuerpo del hombrecillo a quien supuestamente he dejado KO, llevándolo lo más rápido hacia la salida. - ¡AhhHHh!

Ese sin duda era el grito de uno de mis compañeros. En cuanto me acerco al lugar con el peso muerto del narco, observo como un policía ya hace en el suelo lleno de sangre, tratando de respirar como puede.

-    ¡Choi! – Corro en su ayuda, cargándolo igualmente sobre mi espalda, haciéndose más difícil la huida del lugar. Entre las llamas y explosivos que siguen resonando en la gran fabrica. Junto al agua, el humo y la arena que se levanta con el aire de la mañana, consigo ir saliendo a pasos minúsculos.

-    Déjeme aquí teniente. No aguantara más. – Toso con el humo metido hasta el fondo de mis pulmones negando constantemente. – No digas tonterías Choi.

-    Tae. – Frenó un poco, arrepintiéndome después de ello, puesto que mis fuerzas van desvaneciéndose. – Taehyung por favor, ambos sabemos que ya no tengo solución, sal de aquí. – La sangre chorrea por su boca, nariz y pecho, su piel normalmente morena, se ha tornado pálida y sus ojos han perdido el brillo tan singular que tenia aquellos días que comenzamos a ser unos meros estudiantes.

-    ¿Pero qué dices Minho? Vamos a salir los dos de aquí, ya veras, solo tienes que aguantar. – Veo la puerta con los patrullas, ambulancias y bomberos tras ellas. Tan cerca e irreal.



Doy un par de pasos fuera del recinto cuando más disparos se hacen presentes y el chico a quien deje inconsciente se remueve, justo cuando siento una cosa puntiaguda clavar mi vientre y un dolor insoportable en mi brazo.

El chaval no tiene más escapatoria que volver a las llamas, donde muere enterrado bajo ellas al desplomarse la nave poco después de que entre.

Sigo sosteniendo a mi amigo, quien ha cerrado sus ojos, mientras la ayuda se acerca.

Se llevan primero a Minho corriendo a una ambulancia, mientras me tiendo en el suelo respirando tranquilamente. Mi cabeza ya no asimila lo que me rodea, más que algunos gritos de personas dando ordenes y pidiéndome que continuase despierto.

Consigo respirar mejor en cuanto me suben a la ambulancia y me ponen una mascarilla con oxigeno a la vez que rompen mi chaleco antibalas. Rajan también mi camisa revisando la puñalada en el vientre y descubro que lo del brazo era un alcance de una bala perdida.



Enfocó algo mejor las caras de los enfermeros que tratan de hacer un torniquete en mi abrazo y ponen gasas en el vientre, mientras Wooshik , mi superior,  mira desde uno de los laterales con la preocupación pálpenle en sus gestos.

-    ¿Y Minho?- Sin saber como, consigo articular la pregunta lo suficiente audible como para que me escuche sobre el barullo de aparatos. – Esta en la otra ambulancia, no te preocupes.

Echo la cabeza hacia atrás, dejándome llevar por el efecto calmante de la morfina, hasta quedar completamente dormido y sumiso a cualquier acto de los médicos de los que ahora depende mi vida.

STEAL HIS HEART [KOOKTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora