[40] SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS

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[POV TAEHYUNG]

Camino despacio, mirando a todas las esquinas, escaleras, ventanas y pasillos que me rodean. El mensaje era claro. Sin compañeros, sin armas, sin teléfono.

Sin trucos.

Tan siquiera he podido equiparme con un chaleco antibalas o una pequeña navaja con la que defenderme. Voy completamente "solo". Vestido con unos pantalones vaqueros ceñidos, una camiseta blanca simple, encima una chaqueta negra y unas deportivas blancas. Simple, común, que no llame la atención.

La adrenalina recorre mi cuerpo a cada paso que doy dentro de la instalación putrefacta. Algunos pisos más altos parecen tambalearse con el simple murmullo del viento, dando un poco bastante de miedo.

Procuro revisar bien por donde ando para no pisar algún socavón o grieta que me haga caer con toda la arenisca y hormigón. En cierta manera doy gracias a haber venido a la tarde, con suficiente luz para ver, pero cercano a la noche cuando tenemos la ventaja de las gafas térmicas y francotiradores con miradores capaces de ver en la oscuridad.

Sigo el camino trazado en el mensaje, aunque juraría que más de una vez me he perdido, lamentándome por no poder llevar mi teléfono conmigo. Al final diviso lo que parece ser una habitación algo más estable que el resto de la instalación. Esta se encuentra cerrada e iluminada tenuemente. BINGO, dice mi inconsciente.

Doy un par de toquecitos para anunciar mi llegada, aunque más me parece una burla hacia los que esperan dentro que otra cosa. Abro la puerta de metal oxidada e ingreso a la habitación con ambas manos sobre mi cabeza en señal de rendición.

Lo primero que me encuentro en la asquerosa sala es a Jimin amordazado y atado en una silla. Sus ojos denotan pavor, por sus mejillas recorren ríos de lágrimas mientras trata de moverse como loco avisándome de algo.

De pronto recibo un gran golpe en mi cabeza que me hace caer al suelo con mi mente dando vueltas sin cesar. Me llevo las manos a la zona golpeada tratando de contrarrestar el dolor.

Cuando parece haber aminorado un poco, levanto mi mirada hacia donde la otra figura se encuentra.

Minjae ríe socarronamente dándome pequeños golpes en el torso con la punta de su pie. – Sigues siendo tan débil mi querido Taehyungie. Me encanta que no hayas cambiado en absoluto. Eso solo lo hace más fácil.

-Ya me tienes, ahora deja a Jimin en paz. - Suelta una estruendosa risa de auténtico lunático. - ¿Crees que nos dejarán escapar a Rusia tan tranquilos? Ni de coña. Estoy seguro de que el grupito de payasos ya tiene toda la zona acordonada esperando a que ponga un solo pie fuera de esta instalación. Nos vamos los tres de aquí. Así tengo doble rehén. Ya sabes, tú me importas, pero tu Jiminie es solo un arma opcional. -Aprieto la mandíbula y los puños sabiendo de primera mano que Minjae no juega limpio nunca.

-Pero tranquilo, que tengo unas bonitas golosinas esperándoles en la entrada. Si se les ocurre intervenir, vuelan por los aires. -Es un psicópata, esa sonrisa mientras habla sobre atentar contra las vidas de un puñado de personas, como si no sirviesen de nada. Y todo cegado por un amor que realmente es solo el querer poseer la vida y voluntad de otra persona. -Como te muevas de aquí. – Saca una automática de su bolsillo, apuntando directamente a mi cabeza. – "Bella ciao". -Y tras decir eso lleva la punta de la pistola hacia Jimin, refiriéndose como a él como "Bella".

Vuelve a guardarse la pistola para después con su mano desnuda darme un fuerte golpe que me deja completamente en el suelo. Escucho a Jimin gritar y la puerta de hierro cerrarse.

Cuando me cercioro de que ya no se encuentre en la habitación y de que sus pasos se encuentren lejos del lugar, me espabilo levantándome adolorido del suelo. Busco como loco algo puntiagudo con lo que cortar las cuerdas que mantienen preso a Jimin pidiéndole que siga haciendo algo de ruido como antes para que Minaje no sospeche.

STEAL HIS HEART [KOOKTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora