Capítulo 39

31 4 0
                                    





Hoy hace exactamente 6 meses desde que vi a Diana por última vez, me remuerde la conciencia el haberme alejado sin decir nada.

Por fin después de tanto tiempo tengo en mis manos el resultado de los análisis de ADN para ver que tan cierto es que tengo un hijo. Si es verdad tendré que agradecer a cualquier ente poderoso por permitirme soportar a Paula durante todo este tiempo, pero si sale negativo voy a revolcarme en mi propio infierno por no haber luchado por estar junto a la mujer que amo.

Llevo ya 4 vasos de whisky y aun no me atrevo a abrir el sobre que me dirá que tanto valió la pena el tiempo perdido y la rabia contenida por mi propio actuar.

Escucho como la puerta de mi despacho se abre y molesto miro que entra Alessia con varias hojas de papel en su mano.

Sique siento mi pequeña, la amo pero justo como a Diana no sé como demostrárselo.

Espero a que se acerque y hable conmigo pero solo se queda a una distancia segura, mientras mira el suelo pensativa. Entiendo su actitud pues no he sido muy justo en el trato con ella, la ira que me carcomía no me dejaba pensar y en varias ocasiones arremetí contra ese ser bondadoso que Dios me regaló. Diana nunca ha dejado de tener razón soy un imbécil y ni siquiera puedo tratar con mi hija.

-Alessia, dime a que vienes- hablo con una voz mucho mas ruda de lo que pretendo, y al ver como se encoje, me arrepiento enseguida.

-Yo, lo siento papito. Quería mostrarte un dibujo- dice cabizbaja

-Ven aquí y enséñamelo- demando más suave

Se acerca lentamente y me lo muestra, a mi perspectiva son tres monigotes de palitos, así que esperando la explicación de su arte la miro mientras habla.

-Somos, Diana, tu y yo en el lago de los deseos.-dice risueña.

-¿Por qué la dibujas a ella?- pregunto entre curioso y sorprendido-sabes que ya no está con nosotros.

-Lo sé, es la segunda mami que me deja- dice mientras se limpia los ojitos con las manos hecha puños.

-Ella no es tu madre- recalco serio. Recordando como aquel día Essi le dijo por primera vez a Diana lo mucho que deseaba que fuera su madre.

Tomándola de los hombros le exijo que deje de llorar a lo que ella explota en un llanto tan miserable que me parte el alma. Sin saber cómo reaccionar la reprendo y la saco de mi despacho, a lo que una Aida cuyas facciones superar la molestia. Entra regañándome por mi comportamiento.

-Cállate, tú no eres nadie para hablarme así, solo eres otra arrimada a esta familia, entiende algo, Aida, nunca ocuparas el lugar de mi madre aunque pretendas hacerlo.- le grito iracundo. Recibo una cachetada y a una furiosa Aida que sale con lágrimas en los ojos.

No pasan ni dos minutos cuando entra mi padre cabreado con la cara roja y un gesto aterrador en su rostro.

-Escúchame bien lo que te voy a decir, porque solo será una vez- dice el hombre echando humo por los oídos- que sea la última vez en tu desgraciada vida que te atrevas a hacer llorar a esas dos mujeres que acaban de salir de aquí.

>> Nadie tiene la culpa de tus malas decisiones, de que no sepas llevar los pantalones como corresponde, así que cuida tu como le hablas a los demás, me importa una mierda si te crees adulto, te voy a virar la cara donde Essi vuelta a llorar por tu culpa o donde Aida llegue a mal sentir un solo comentario de tu parte. Deja de ser tan cabrón y toma una puta decisión pero no arrastres al mundo contigo solo porque no comprendes lo que es ser responsable.

Ellipsism [BORRADOR] A LA VENTA EN AMAZONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora