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Capítulo 19

Mi, mi, mi, miércolesssssss!!!!!!

Hola cositas hermosas de este planeta

Pues resulta que hoy es el día (siento que suena tremendamente malvado) hoy es día de cap. nuevo y el cuerpo lo sabe.

Así que sin más preámbulos mis queridísimos capillos de carne aquí les dejo un pedacito más de la historia.

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Me despierto descolocada, la falta de aire me está asfixiando y necesito moverme, tengo un contrapeso que no me permite desplazarme a mis anchas.

-Deja de moverte- susurra una voz gruesa y ronca en mis oídos, misma que me causa una sorpresa extraña y agradable.

-No puedo respirar- logro decir.- inmediatamente el levanta su brazo y queda sentado analizando mi estado.

-¿Estás bien?- pregunta preocupado.

Asiento con un movimiento de cabeza y luego de estabilizar mi respiración lo miro seria.

-¿Por qué no me despertó para irme a mi habitación?¿Porque estaba abrazándome? ¿Por qué no me respondió para saber que estaba bien?-en respuesta solo bufá

-Calma niña, estoy bien, no te desperté porque te veías muy dulce mientras dormías y lo del abrazo no tiene una explicación, simplemente sucedió- encoje sus hombros y se levanta de la cama.

Analizo sus palabras, mientras veo como se dirige al baño.

Me levanto de la cama y camino a mi habitación para luego tomar una ducha, me coloco un vestido de tiras en color negro que llega a la mitad de mi muslo y unos tenis blancos.

Busco mi teléfono y recuerdo haberlo dejado en la mesa de noche en la recamara de Marco, por lo cual regreso y toco la puerta, al ver que nadie responde abro con sumo cuidado mirando a todas partes y me adentro a la habitación dispuesta a recuperar el aparato del infierno y salir de ahí, no tengo ganas de encontrármelo, repentinamente tengo una vergüenza muy grande.

-¿Qué buscas?- pregunta una voz monótona detrás de mí.

Tomo mi celular, giro 360 grados sobre mi eje central y le muestro el aparato, para acto seguido salir casi corriendo de ese espacio que por muy amplio que sea ahora encuentro realmente sofocante.

Son las 4 de la tarde cuando tocan la puerta de mi habitación, respondo un pase y veo como mi mejor amigo entra con una sonrisa de oreja a oreja.

-Así que... ¿lo has estado ignorando?- dice entre risas mientras camina hasta quedar a mi lado en la cama

-No sé de que hablas- digo porque es verdad.

-Sí, lo sabes, me llamo preocupado porque no has desayunado.- me mira expectante- te diré algo, Marco suele preocuparse solo por dos mujeres, una es Aida a la única mujer mayor que respeta y considera realmente su familia y la otra es Essi la única por quien daría la vida, nadie más provoca algún sentimiento bueno o malo en él, pero hoy ha tomado 20 minutos de mi existencia contándome entre silencios lo inestable que se siente cerca de ti.

-¿Por qué me dices estas cosas?- no comprendo que tiene eso que ver con que este aquí.

-Diana, Marco es mi amigo tanto como lo fue Antonio en su momento, quiero que entiendas que ese hombre que está sentado en la concina arrancándose los cabellos, está enamorado de ti así no lo quiera aceptar.