Tome asiento en una cómoda silla de madera mientas el Sr. Gavilán me miraba sonriente, mire de reojo a Marco y parecía bastante molesto, tragué en seco, me parece que no fue tan buena idea aceptar este empleo.
-Bueno Diana te presento a Marco, mi hijo - dijo señalándolo con la barbilla- Marco ella es Diana la chica de la que te comente.
Me volví en dirección a Marco y solo miraba con ojos llenos de odio a su padre. No sabía si debía o no hablar así que me limite a observar cómo se comunicaban por miradas, fueron los 5 minutos más silenciosos e incómodos de mi vida.
-Diana tu puesto de trabajo está ubicado afuera de la oficina de Marcos ahora lo acompañaras y el te dará muy amablemente su agenda- aseguro recalcando la última frase - y tu anotaras lo que él te indique y tu hijo mio agregaras tu dirección de correo para que puedas comunicarle a Diana constantemente si tiene reuniones, eventos o comidas con los clientes.
Asentí nuevamente y espere a que alguien hablara.
Marco se levanto de manera brusca aun no me había mirado simplemente me ignoro y salió hecho una furia de la oficina de su padre, tome mi cartera y me levante alisando mi vestido.
-Permiso - dije despidiéndome del Sr. Gavilán.
Corrí para alcanzar a Marco pero saliendo de la oficina no me percate y choque de lleno con una espalda bastante musculosa, cayendo para quedar sentada en el piso.
-Lo siento- me disculpé
- Aparte de lenta, torpe- murmuró
Respiré profundo para no gritarle unas cuantas groserías y me mentalice que estoy aquí porque soy yo quien necesita el empleo y no dejaré que ningún malcriado me trate mal, me levanté sin ayuda porque ni siquiera se digno a ofrecerla, volví a alisar mi vestido y lo seguí al otro extremo del piso llegando a una puerta de doble plaza paró en seco me señalo un escritorio muy lindo que estaba a un lado de la entrada y entendí que era mi lugar.
-Si necesita algo me lo comunica por favor- dije con voz suave
-Sé cómo funcionan las asistentes- respondió arrogante
Fruncí el ceño y me senté frente al hermoso escritorio de madera clara, empecé a inspeccionar todo, tenía lo necesario, un teléfono, un porta lápices con varios bolígrafos y algunos marcadores, una laptop con algunos documentos abiertos les di una ojeada para tener idea de que trataban y luego me percate que también habían unas cuantas notas adhesivas de papel con cuentas y claves, también unos números telefónicos, saque de mi cartera una agenda pequeñita y anote todo rápidamente.
Escuche como se abría la puerta de la oficina y me levante rápidamente quedando frente a Marco que me miraba fijamente lo observe con detenimiento era un hombre bastante joven tal vez de unos 25 años, cabello castaño oscuro bastante más largo de lo que me había percatado peinado hacia atrás y unos preciosos ojos grises, tenía una nariz definida y pómulos redonditos, barba como de tres días pero la llevaba con mucha elegancia tenía puesto un traje con el cual se veía muy guapo pero todo eso lo olvide cuando chasqueo los dedos en mi cara y me pego la agenda al pecho.
-No te pagan para que me analices- afirmo entrando nuevamente a la oficina y cerrando de un portazo.
Comencé a leer la agenta anotar todo y a revisar si ya estaban confirmadas las citas, me fije en estados, compromisos y demás, el tiempo paso sin darme cuenta hice todo muy a gusto y el niño mimado no me llamo en ningún momento cuando fije mi vista en la hora ya eran las 2:oo p.m. y me pregunte si podría salir ya a almorzar, me levante de mi asiento y toque la puerta de la oficina para no interrumpir, asome la cabeza y unos penetrantes ojos grises me veían con fastidio.
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Ellipsism [BORRADOR] A LA VENTA EN AMAZON
RomantizmDiana vital se considera una persona feliz, tenía todo lo necesario para llamarse afortunada, pero una llamada le destruyó, alterando su normalidad, cambiando su vida. Marco Giacondi, un hombre duro, amenazante y egocéntrico, que celosamente guarda...