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Capítulo 36

Dos semanas, es lo que ha pasado desde que salí de la gala, me monte en un taxi y llegue a mi casa para llorar como una magdalena. Aarón como mi buen amigo me consoló hasta que recibió una llamada y tuvo que salir hecho un loco por no sé qué emergencia.

He estado en un estado de zombi, me dedico a la universidad, y solo a eso. En 2 ocasiones perdí intencionalmente mi dignidad para intentar localizar a Marco y ver como estaba, para tratar de hablar sobre lo sucedido; en ambas ocasiones mis llamadas cayeron al buzón de voz. Sé que los mensajes escritos no funcionan porque cada día he enviado uno, sin importar que tan tonta me haga ver -recuerdo cuando él me buscaba diario para que le permitiera una oportunidad y no quiero perder lo que sea que hayamos logrado. Yo le quiero de verdad- pero estos tampoco han surtido algún efecto.

Aarón me habla cada día para saber cómo estoy, a esta altura ni él responde cuando la conversación se dirige al Giacondi más joven.

Samantha, Annabelle y Rebecca se enteraron de la discusión una tarde que en clases no soporte la nostalgia y me eche a llorar frente a ellas, como siempre Sam me apoyo diciendo que esa no es la manera de actuar de una pareja y que nadie tiene derecho a tratarme mal, Rebecca por otro lado decía que a pesar de todo debía intentar hablar las cosas con él, y Annabelle solo me comento muy jocosamente que intentara algo con el buenorro de Federico (palabras textuales de mi amiga).

Ya preparándome para la universidad voy a la sala para apagar la televisión pero al escuchar el nombre de Marco subo el volumen, es un programa de chisme de famosos, en los que muestran imágenes de lo que era la antigua relación con Paula. Subo el volumen y tomo asiento mientras escucho como hablan de la seudo-relación entre ellos que duro 2 años, luego mencionan una leve separación donde cada uno ha tenido "acercamientos con otras personas" y por ultimo muestran un carrete de imágenes de ambos donde aparecen los dos besándose en la gala, seguida de varias tomados de manos, ella sonriendo mientras él le toma la espalda baja, y la que me saca el aliento... Ellos... en una tienda de cosas para bebes.

Llamo desesperada, el número aparece como desconectado, marco a Aaron, tampoco contesta, intento localizar a Aida e incluso al sr Gavilan y todos los intentos me dan el mismo resultado. Nadie contesta.

¿Fui un juego?

¿Yo ocasione esto?

No paro de pensar en lo que está pasando, las dudas me carcomen el cerebro y las preguntas se acumulan cada vez más ¿Porqué me entero por medio de un reparto de la prensa rosa?

Ya deshecha en llanto, con el alma derrotada, y un ánimo deplorable, me hecho en la cama, dudando que pueda perdonar algo como esto.

Intento una última vez marcar a mí mejor amigo y contesta el primer tono, sin dejarlo hablar pregunto:

-¿Tú lo sabías?- a punto de soltar el llanto, guardo silencio esperando su contestación

-Diana, lo siento. No puedo hablarte de eso.

-¿Qué no puedes hablarme de eso? se supone que eres mi mejor amigo, eres quien me dijo que él me quería, eres la persona en la que más confianza he puesto sobre este tema y ¿me dices que no puedes hablarme de eso?

-Perdóname, hermosa, pero quien debe hablar contigo es Marco.

-Dime cómo, si no me contesta. No responde los mensajes, ni las llamadas, nadie responde.

>>He tenido que escuchar un programa de chismes en la televisión para enterarme que mi novio, ex novio ¿me engaño? Ni siquiera sabía que habíamos terminado, pensé que era una discusión, estaba intentando arreglarlo, enserio lo intente.- digo sollozando.