Amor imposible (CV y Tú) Semi-hot. {TERMINADA}

6

-¿Qué es verdad?

- Que te pasa algo conmigo. Christopher, mírame a los ojos y decime que no te pasa nada conmigo y yo me dejo de hacer esta gran historia que inventé en mí cabeza.

- Amber, yo...

- Estoy enamorada de ti desde los 10 años. - cerré los ojos fuerte para pensar bien lo que iba a decir. - Te amo desde que soy una niña, desde ese momento en el que me confesé hacia ti una nena inocente que no conocía el amor. - Él no decía nada, sólo me miraba como si fuera a decepcionarme. - Capaz esté haciendo el ridículo diciéndote esto, pero es la verdad.

- Soy un viejo a tu lado. - logró decir. - Admito que ya eres todo una mujer pero aún así soy demasiado grande.

- No quiero seguir escuchando más. - rompí en llanto. - Por favor, ya no digas nada más porque me estoy quebrando, Christopher.

Jamás pensé en volverle a decir lo que sentía, pensé que lo superaría, pero no fue así. Cada día lo amé más, lo amé en silencio, lo desee en silencio.

- Sabes que odio verte así, pero no puedo, Amber. - sus ojos se aguaron - No puedo hacerlo. - Me acarició la mejilla.

Yo sólo abrí la puerta y me fui. No podía más seguir con esto. Fue todo un error pensar que él sentiría algo por mí, como yo siento algo por él.
Caminé hacia mí casa, me daba vergüenza verlo a la cara, me daba vergüenza la situación que habíamos pasado. ¿Y ahora como hago para verlo todos los días? No podría, no iba a poder.

Busqué las llaves en mí bolso, abrí la puerta y entré. Subí rápidamente a mí cuarto y me senté en mí cama.
En ese momento me sentía morir, siento que el amor de mí vida me falló, aunque no haya existido nada. Simplemente mí cabeza imaginó cosas que no eran.

— ¡Tonta! — balbucee con lágrimas en mis ojos. — ¿Cómo podría haber imaginado que él sentía algo por mí?

Me levanté, me miré frente al espejo con todo lo rimel corrido.

— Eres una idiota, Amber. — limpié mí maquillaje corrido. No quería que luego Christopher me vea así. — Me siento humillada.

Vuelvo a verme en el espejo y veo la silueta de alguien muy conocido.

— ¿ No me ibas a esperar abajo? — dije sin darme vuelta.

— Lo siento. Pero tenía que arreglar algo primero. — se acercó a mí.

— No, Christopher. No quiero que estés aquí. — dije cabizbaja. — Me siento muy humillada.

— Es que necesitaba decirte algo que no te dije, Amber. — lo escuché suspirar. — Mírame.

— No puedo. — limpié mis lágrimas. — Me siento avergonzada por la escena de hace minutos.

— Hay algo que necesito decirte y me calcome la cabeza. — me di la vuelva sin mirarlo.

— Siempre supe que sentías algo por mí. — comenzó. — Cuando cumpliste los 15 años supe que estabas creciendo, y que te estabas convirtiendo en toda una mujer. — hizo una pausa. — Siempre me pareciste una chica muy hermosa, lo eres. — sonrió. — En ese entonces me empezaste a gustar, o empecé a sentir algo por ti. — lo miré de golpe. ¡Me dijo que yo le gustaba! Entonces si tenía razón, yo le gustaba. — Sentí tanta culpa, sabes. Eres 16 años menor que yo, y odio que sea así. — Mí yo de adentro gritaba de emoción por lo que él me estaba confesando. En serio le gustaba, siente algo por mí.

— Odio ser 16 años menor que tú. — hablé. — Jamás pensé que me dirías algo así.

— Hace dos años tengo tantas ganas de hacer algo. — me agarró de la cintura. — Quiero besarte, Amber.

— Házlo. Por favor, bésame. — me acerqué aún más a él.

En ese momento no sabía que hacer. Quería besarlo, pero jamás lo había hecho en mí vida. Tenía miedo, pero a la vez estaba feliz, porque mí sueño ya no era sueño. De verdad le gustaba, de verdad él sentía algo por mí. Y no era uno de mis tantos sueños. Era diferente, era algo mejor, se me había declarado y estaba a segundos de besarlo, de probar por primera vez sus labios. De dar mí primer beso, y con la persona que realmente quería.
Mí piel se erizó al rozar mí piel con la suya. Estábamos a centímetros. Puso una mano en mí mejilla y la otra estaba en mí cintura.

— Bésame. — le ordené.

Me besó, jamás había sentido esa sensación. Sus labios juntos con los míos, ninguna distancia nos separaba.
Minutos antes no sabía cómo hacerlo, simplemente me dejé llevar. Él era todo lo que necesitaba, esperé tanto que llegara este momento que al fin llegó, él estaba besándome, con pasión, con deseo.