28.

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- Estás preciosa. - Nicolás se me acercó para tomarte la mano.

- Gracias. - agradecí gentilmente. Sentía la mirada de Christopher en mí.

¿Cómo iba a hacer para no pensar toda la noche en él? Dios mio, no iba a poder.

Christopher me dió una última mirada para luego subir a su habitación, a lo lejos se escuchó una puerta cerrarse fuerte.

- Bueno, vayan que se hace tarde. - dijo Valen ignorando lo raro que se había puesto Chris.

Nicolás me tomó de la mano y juntos salimos. Al salir se encontraba un hermoso auto negro estacionado.

- ¿Te gusta? - me preguntó viéndome.

- Es muy lindo, ¿Es tuyo? - pregunté acercándome al auto.

- No. - se rió. - Mí padre me lo prestó por esta noche. - abrió la puerta del copiloto para que yo entrara. - Adelante señorita. - dijo para luego cerrar.

- ¿A dónde me llevarás? - dije apenas entró.

- Primero iremos al cine, ya reservé las entradas, luego iremos al parque de diversiones y por último caminaremos por el parque platicando para conocernos más. - sonrió con la vista al frente.

- Bien. - dije con una sonrisa fingida.

Sinceramente hubiese preferido quedarme y tratar de hablar con Christopher, pero por un lado Valen tiene razón, capaz tenga que divertirme, ¿Pero como voy a divertirme sabiendo que Chris está mal? Y si, estaba mal. Lo vi muy raro últimamente y estaba triste, deprimido.

- ¿Estás bien? - preguntó él sacándome de mis pensamientos.

- Si. - afirme cambiando mí cara de preocupación.

- Espero no estar yendo un poco rápido. Me gustas, Amber. - estacionó el auto afuera del cine. Me miró. - Espero yo gustarte igual que tú me gustas a mí. - me sonrió para luego abrir la puerta de auto. De dió la vuelta para abrir la mis y así yo poder salir de adentro.

No me sentía muy cómoda en esta situación, Nico era un chico muy bueno y lindo, sobre todo parecía buen chico, pero no me gustaría que él se enamore de mí, y yo sabiendo que no siento nada por él.

Entramos al cine, y vimos una película de comedia, en donde la pasé muy bien y nos divertimos. Al salir fuimos a comer a un restaurante muy elegante para mí gusto.

- Espero que te la estés pasando muy bien. - dijo él tomando un poco de su copa de vino.

- Si. - dije saboreando la comida. - Está muy rico todo.

- Dime, Amber. ¿Cuántos años tienes? - empezó con sus preguntas para conocernos mejor.

- Cumpliré 18 en dos semanas. - respondí luego de tomar un sorbo de agua. - ¿Tú? - pregunté.

- Cumplí 22 hace dos meses. - sonrió. - Espero que la edad no sea problema para ti. - -Oh claro que no lo es- pensé.

- Claro que no. - ambos reímos.

Al terminar de cenar, fuimos al parque de diversiones dónde él ganó un osito de peluche y me lo regaló. Fue todo un caballero.

Eran aproximadamente las 12 de la madrugada, ya se había hecho tarde.

- Espero que tu guardaespaldas no se enfade cuando sepa que llegas tarde a la casa. - dijo divertido él mientras caminábamos por el parque.

- No creo. - dije cabizbaja. - Él es el padre de Valen, lo conozco desde los 5 años, estoy viviendo en su casa porque mi madre se fue de urgencias a otro país, y mí hermana está estudiando en Estados Unidos. - dije rápido. - Lo hace porque me quiere como una hija, supongo. - mentí.

- Se nota que está enamorado de ti, Amber. Ese amor que siente por ti no es el mismo que se siente como por una hija. — mí rostro se volvió completamente rojo.

— No. — negué con la cabeza. — Mejor hablemos de otra cosa, ¿Si? — él me miró raro y asintió dudoso.

— Bien. ¿Me imagino que no tienes novio?

— No. — reí. — No tengo. ¿Y tú?

— ¿Piensas que si tengo novia estaría saliendo con una hermosura como tú? — me sonrojé por sus palabras. — No soy ese tipo de chico. Jamás le fui infiel a alguien, y si me gusta una chica hago cualquier cosa por conquistarla. — me tiró una mirada coqueta poniéndome nerviosa.

— Nico. — frené quedando frente a él. — Primero que nada, quiero aclararte que muy en el fondo estoy enamorada de alguien. — él abrió los ojos como si no se fuera a esperar que dijera eso. — Siento que tengo que decirte esto antes de que pase algo entre tú y yo. — mordí mí labio inferior nerviosa. — Tú me pareces un chico muy buena onda y muy apuesto, debo admitir. Pero no quiero que te ilusiones, me gustó salir contigo hoy, pero en mí mente tengo a alguien más. — apreté fuertemente mis labios esperando su respuesta.

— No esperé que me dijeras esto. — fingió una sonrisa. — Está bien, Amber. Pero sabes que voy a estar esperándote por si deseas algo conmigo, estoy dispuesto a hacer lo que sea por ti. Se que te conozco hace apenas un día, pero ojalá que en algún futuro podamos tener algo. — me dijo de lo más tranquilo.

— Gracias por entender. — acaricié su mejilla con una pequeña sonrisa en mis labios.  — Uf, ya se hizo tarde. — dije mirando la hora.

— Si. Vamos que te llevo a tu casa.

Empezamos a caminar hasta llegar al auto, comenzó  a manejar tranquilamente, ninguno de los dos emitió alguna palabra.

Cuando llegamos estacionó el auto afuera de la casa de los Vélez.

Gracias por la increíble noche, Nico. — me acerqué para darle un beso en la mejilla, él corrió el rostro y me dió un beso en los labios. Sonreí apenas, y salí del auto.

—¡Adiós! — fue lo último que lo escuché decir.

Abrí la puerta con cuidado sin despertar a nadie. Era muy tarde, todos estaban durmiendo, supongo.

Me saco los zapatos para no hacer ruido al subir las escaleras y me dirigí a mi habitación. Al abrir la puerta me encuentro con una escena demasiado tierna. Christopher se encontraba en mi cama durmiendo como un bebé, no dudé un segundo en agarrar mi celular y sacarle una foto.

— Chris. — lo llamé. Mobi apenas su brazo y abrí los ojos con cuidado.

— Lo siento, Amber. Quería hablar contigo y no te encontré, entonces quería esperarte. — se frotó los ojos. Sonreí y me senté a su lado.

— Perdón por llegar a esta hora, se me había hecho tarde.

— ¿La pasaste bien? — me preguntó apoyando su mano en mí pierna.

— No te voy a contestar esa pregunta y ninguna qué tenga que ver con la salida de recién, Chris. — le sonreí. — ¿Que querías hablar conmigo?

— Bueno, — suspiró. — En realidad nada, sólo querían verte.

¿Cómo hago para aguantar las ganas de comermelo a besos en este momento?

— Se que está mal, pero tengo muchas ganas de hacer algo, y no me quiero quedar con las ganas, Amber.

Se acercó a mí, me tomó de la cintura y me besó.
Cada vez que sus labios rozaban los míos, me daba una sensación increíble por todo mí cuerpo. Sinceramente lo amaba, y amaba cada parte de su cuerpo.

Amor imposible (CV y Tú) Semi-hot. {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora