Amor imposible (CV y Tú) Semi-hot. {TERMINADA}

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- Estoy cansado. - se recostó a mí lado tratando de volver la respiración a la normalidad.

Me acerqué a él y besé su mejilla. Lo abracé y él acomodó su brazo bajo mí cabeza para que estemos más cómodos.

—¿Por qué pensaste que yo te odiaría, Chris? — alcé la vista mirándolo ya que él estaba más arriba.

— Porque le he mentido a Valen toda su vida, aparte de que me enamoré de alguien que no debía, no lo sé.

— No es tu culpa, Chris. Nadie decide de quién enamorarse, sólo pasa y ya. — él me sonrió y acercó su rostro al mío juntando nuestros labios.

Cuando me besaba sentía tantas cosas dentro mío. No puedo y no quiero olvidarme de él, no lo voy a hacer.

— No quiero hacerte sufrir, jamás me lo perdonaría.

— Yo sufro si no estoy contigo, amor. — le dedique una pequeña sonrisa.

— También yo, pequeña. No puedo estar alejado de ti, pero tampoco quiero arruinar lo que lleguemos a tener. — tomó mis manos. — Solo quiero hacerte feliz, muy feliz.

— Entonces... — hice un gesto para que prosiga, él sabía lo que yo quería escuchar.

— Entonces, podemos intentarlo si tú quieres.

Se me formó una sonrisa de oreja a oreja, jamás pensé escuchar eso de su boca, ahora si era la mujer más feliz del todo el fucking mundo.

— Jamás pensé escuchar eso. — me lancé sobre él, y lo besé.

— Estás desnuda arriba mío y allí abajo hay una erección. — me sonrió pícaro. — Amo cuando te sonrojas. — agarró mí rostro en sus manos y me besó.

— ¡Nico! — él me miró sin entender. —  Acuérdate de que estoy de novia con Nicolás. — me aparté un poco de él.

— Tienes que dejarlo, amor. — se sentó conmigo aún arriba suyo. Corrió mí cabello para un costado y empezó masajear mí espalda desnuda.

— Lo sé, cuando lo vea se lo digo sin lastimarlo.

— Está bien. — besó mí frente para lugar darme un beso tierno y delicado sobre mis labios.

— Te amo, Chris. — mordí mí labio inferior esperando su respuesta.

— También te amo, pequeña. — sonreí para luego plantar un beso en sus labios.

— Nos tenemos que cambiar, en cualquier momento llegan las chicas, aparte yo ya me tengo que ir a mí casa.

—¡No! No puedes irte. — hizo una cara  de tristeza, ¡Diablos! Si me hacía esa cara no iba a poder resistirme.

— Es que hace mucho tiempo no veo a mí hermana, pero de todos modos vendré seguido.

— Está bien. — me dió un beso para luego levantarnos y vestirnos.

—¡Ey! No me mires. — dije poniéndome mí sujetador.

— Te conozco de pies a cabeza, amor. — soltó una pequeña risa mientras se abrochaba la camisa.

— Pero igual, me da vergüenza. — coloqué mí blusa y luego abroché mis shorts.

Él se acercó a mí, me tomó de la cintura y me alzó en el aire provocando unas risas de ambos.