El Legado Sabaku No; Gaara's Daughter

2.

-Si siguen así nos van a matar...

-Nos están preparando Yodo, lo exámenes no son nada fáciles.

-Las otras aldeas no son rival para nosotros, eso bien lo sabes-La pelirroja giro los ojos; ahí iba de nuevo.

-Nunca se subestima a un enemigo, lo sabes también-Shinki suspiró, peleaban seguido con su hermana a causa de ese tema, ya que ella le guardaba un singular afecto a Konoha, lo cual era debido los genes de su madre.-Y se que mas que a otras aldeas te refieres a Konohagakure.

-Le demostráremos a Padre cual es la aldea más fuerte y que madre nos entrene así de duro es para superar más fácil al oponente-Le dijo a Yodo, no quería discutir con la pelirroja.

-Ya veo... pero no por eso quiero agotarme así-Dijo aún metida en su mundo-Bueno, yo los dejo. Debo hacer algunas cosas-Los hermanos asintieron y la vieron irse, Shinki miró cómo la pelirroja ocultaba sus manos.

-¿Te lastime?

-Ya dije que no-Guardó las manos a los bolsillos, sus nudillos estaban ensangrentados a causa de utilizar Taijutsu contra la arena del chico, nunca iba a admitir una derrota frente a el, jamás.-No me lastimo tan fácil. Si quiero ser una gran kunoichi tendré que mantenerme firme en las batallas-Dijo exhibiendo la banda de Suna color blanco a su muslo.

-No deberías usarla ahí, se pone en la frente por algún motivo.-Le reprendió enseñándole la suya puesta a su frente.

-Tú no deberías darme tantas órdenes, se ve que no tienes confianza en mi.

-Al contrario, creo que en una batalla solo tú podrías enfrentarme y hasta frenarme.-La chica le sonrió, le gustaba que la reconocieran.-¿sabes Kata? Pienso que en realidad quieres parecerte a madre-La chica negó repetidas veces.

-No digas estupideces, no me interesa parecerme a ninguno de nuestros padres-se cruzo de brazos, el chico con sigilo abrió el bolso de la chica gracias a su arena y sacó la foto.

-Ya veo-Dijo burlándose poniendo la foto en frente ambos. Ella la tomó con media sonrisa apreciándola. Y luego golpeó el hombro de su hermano.

-Primero, No toques mis cosas-Era una foto de su madre cuando fue una ANBU de konoha, quien por alguna razón nunca les quiso contar la historia ni mucho de su vida en su aldea natal... siempre evadió el tema. Kata suspiro antes de guardar nuevamente la foto.-Y segundo... no me interesa ser como ellos... porque seré mejor que ellos...

Shinki sonrió ligeramente al ver la emoción de su hermana mezclada con perseverancia. Aunque fue una sonrisa que desapareció de a poco.

Pero si, Kata se sentía bastante inútil, no tenía el imán de su padre, ni el sharingan de su madre... le gustaría perder tener algo de ellos... aunque sea solo un poco...

Entraron ambos a su hogar, la torre del Kazekage situada al medio de la gran aldea.

-¡Ya llegamos!-Ni bien lo dijeron su madre los sorprendió apareciendo de la nada tapándoles la boca.

-Hagan silencio-Susurró y Ambos asintieron, rara vez veían esa cara de preocupación en su madre.

Les ordenó ir detrás de ella protegiéndolos, Shinki y Kata estaba igualmente preparados para cualquier situación. Kamari se detuvo concentrándose para agudizar el oído y volteó hacia ambos chicos tirándolos contra la pared para pasar en medio de ellos y atravesar con su katana a un tipo enmascarado que intento lastimar a los menores.

-¡Maldita!-Grito quejándose y empezando a desangrarse, le había perforado un pulmón acorralándolo contra la pared estando la katana también clavada en la pared.