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La Sabaku No se levantó temprano esa mañana, el aire le faltaba más este año se sentía diferente, el dolor se había alivianado notoriamente aunque no del todo, termino de arreglar su traje, un vestido negro hasta encima las rodillas, se colocó el cinturón cargando su Katana, los abanicos y por último a Shukaku, se acercó con lentitud y tocó la urna que reposaba en su escritorio.

-Shukaku-sama...-El bijū salió con lentitud y sonrió hacia la pelirroja.

-¡Buen día, Kata-Chan!-Ella asintió con seriedad asi que el bijū también se relajó.-Quiero pedirte un favor, cuando me lleves hoy quiero que me des un segundo con tus padres-Ella abrió con sorpresa los ojos pero terminó asintiendo. Lo llevó hasta la cama y se sentó frente a él.

-¿Puedes contarme algo de ellos?-Shukaku rascó su barbilla, considerando que los bijū tuvieran una.

-Veamos... ahora te pareces bastante a él-Ella inclinó la cabeza con duda-Solía ser bien evasivo y le costaba expresarse, siempre creí que habías salido a Kamari por ese motivo.-agacho la cabeza por lo que el estiró su pata hasta ella en consuelo; no se le daba muy bien pero... al menos intentaba-Tienes los ojos de ambos. Cargados de seguridad y templanza-Eso le causó una minúscula sonrisa.

-Cuando... mama tenía mi edad... ¿creían que era una desertora cierto?-El bijū se encogió de hombros.

-En ese entonces no estaba con ninguno de tus padres, aunque... ahora que lo pienso tienes un apodo al igual que ella; a tu madre se la conoció como La sombra de Konoha, a ti se te conoce por ser La flor de Suna.-Kata dio otra pequeña sonrisa.

-¿Crees que mis padres estén orgullosos de mi...?-Shukaku la miró con atención y rio.

-¿Por que no lo estarían?-La puerta se abrió revelando a su hermano que al igual que ella estaba de negro. Se paró al lado suyo y acarició su cabello.

-¿Estas lista?-Asintió sin mirarlo de frente, las últimas palabras de Shukaku le habían humedecido los ojos. Su hermano suspiró y la jalo hasta que se paró y así la abrazó con fuerza, ella se rompió finalmente llorando en brazos de su hermano; la única persona que verdaderamente la había visto en todas su facetas.

-N-Niisan...-Shinki colocó el mentón en su cabeza para que ella quedara más cerca suyo. Shukaku miró entristecido a los hermanos, ya no le importaba lo que le dijeran; se había ablandado con los años y eso que.

-Tranquila...-Acarició su cabello con calma, el no podía disimular que no estaba triste, pero no podía quebrarse frente a todos, mas si su hermana lo necesitaba. Ella lo soltó cuando se sintió lista y se acomodó ligeramente, puso al bijū a su cintura y miró de nuevo a su hermano.-Todo va a salir bien, estamos juntos en esto-Asintió dándole la mano, era la primera vez que se recordaba la muerte de sus padres con un gran evento, normalmente era algo muy pequeño que constaba de la familia cercana. Kakashi los vio desde afuera y se animó a entrar una vez enfrente de ellos puso sus manos en sus cabezas acariciándolas.

-Vengan, ya es hora-Asintieron saliendo de la torre, en donde encontraron al resto de su grupo que al igual vestían negro. Kankurō se aproximó a los hermanos sujetando sus hombros y caminaron todos hasta donde se llevaría a cabo el evento, en la plaza, donde una estatua de ambos se erguía en el centro, los habitantes habían llevado flores y regalos dejándolos alrededor de aquella estatua. Kata suspiró pesado y se aproximó a paso lento hasta ahí y de su cintura sacó al bijū colocándolo donde el había pedido.

-Gracias, Kata-Chan-Ella asintió y retrocedió, miró con dolor las estatuas y sujeto con fuerza su katana. Los invitados se acercaron a decir algunas palabras entre ellos la Hokage, los hermanos de su padre y el abuelo. Kata mantuvo una cara seria y ajena al dolor sin expresión alguna lo que preocupó a sus cercanos, Shinki fue hasta el lado suyo. Temari la miró en silencio, viendo la estatua de su mejor amiga y de su hermano y enfrente a los hijos de ambos, se preguntó si los estaban viendo en este momento... una sonrisa entre las lágrimas apareció al recordar la primera semana de Kamari en Suna, las risas, anécdotas... todo eso, recordó la boda de ella, cuando confesó estar embarazada... Kankurō se acercó a su hermana abrazándola por los hombros y sonrió también, casi que pudo adivinar en que estaba pensado, el recuerdo que tenían de ellos era algo hermoso... Shikadai miró a sus primos con preocupación, era normal ver a la chica con tal seriedad pero... hasta Shinki se veía afectado... recordó a sus tíos, algunas veces iban hasta Suna a nada más que verlo a él cuando era su cumpleaños... Gaara lo hacia jugar con su arena y Kamari lo entretenía con historias de las aventuras de sus padres... Shikamaru se sentía igual, aquella castaña fastidiosa o no había crecido al lado suyo convirtiéndose en una excelente amiga y su cuñado... aquel pelirrojo que incontables veces intento matarlo, lo cual le provocó una sonrisa. A Kakashi, Shizune y Tsunade se les aguaron los ojos, de recordar a aquella pequeña que literal habían visto crecer, reían de recordar como le habían prohibido ver a Gaara porque se escapaba sin permiso... Kata rio ligeramente llamando la atención de su hermano.

El Legado Sabaku No;                     Gaara's DaughterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora