El Legado Sabaku No; Gaara's Daughter

35.

*4 años más tarde*

La puerta de aquella oficina se abrió con lentitud.

-Kazekage-sama... su hermana acaba de llegar-El sonrió y asintió.

-Gracias... cuando la veas dile que venga-Su subordinado asintió y salió de la habitación.

Aquella chica de largo cabello ondulado y rebelde tocó la puerta de la habitación esperando a la respuesta del interior, al escucharla pasó, el que estaba detrás del escritorio se levantó y fue hasta su dirección con una sonrisa, ella se la devolvió un poco más apagada.

-Niisan...-Al tener al alto castaño enfrente suyo acarició su rostro. No lo veía hace algunas semanas. Aquella capa que en su niñez le cubría todo el torso había sido remplazada por una que ahora engarzaba a su cuello en un elegante corte y descendía por los hombros cubriéndole únicamente la espalda hasta la pantorrilla, portaba un uniforme clásico de Suna junto con la banda en su frente y aquellas marcas en su cara no habían cambiado. El sonrió agarrando su hombro.

-¿Como te fue?

-Bien-Habló sería como normalmente era y dejó un rollo en sus manos-El informe.-El asintió dejándolo de lado y viendo cómo ella deambulaba por la habitación, los años le había favorecido volviéndola una hermosa muchacha, el cabello en honor a su madre lo tenía tan largo como el de ella, con su bandana puesta en la copa de la cabeza, su traje que era como el de su padre constaba de un saco sin mangas color bordo que abotonaba al cuello, a la altura de la cintura tenía gruesos cinturones de donde engarzaba un contenedor pequeño similar al de Gaara y la espada de Kamari, descendía en forma de vestido hasta los tobillos solo que a los costados era abierto revelando sus piernas cubiertas por un short corto, sus manos portaban unos guantes sin dedos que le cubrían todo el brazo exhibiendo sólo sus hombros y por último unas finas botas De tacón disimulado color negro.
La mirada agua marina de la chica se detuvo en una fotografía; los cuatro cuando ambos aún eran niños.

-Kata... ¿quieres...-El se acercó e intento tomar su mano pero ella evasiva lo impidió.

-Lo olvidaba, el consejo pidió vernos.-El castaño asintió y ambos salieron de la habitación, se podía decir que eran la única aldea que mantenía aquellos consejeros desde la edad de piedra pero... eran un excelente apoyo. Ingresaron a la sala donde vieron a su tío que les sonrió y se sentaron ocupando los lugares que alguna vez sus padres llenaron respectivamente. Uno de los consejeros sonrió hacia la muchacha.

-Kata-sama... que bueno tenerla de vuelta.-Ella inclino la cabeza agradeciendo.

-La reunión fue productiva, daré los detalles más tarde.-Todos en la mesa asintieron y miraron a Shinki.

-Kazekage, perdone que sea repentino-Este negó

-¿que deseaban?-Los consejeros dialogaron y al final Kankurō con una voz suave les habló.

-Queríamos saber de que todo está preparado para el evento de mañana, se recuerda una fecha que marcó permanentemente a Suna y sus habitantes-Shinki miró a la pelirroja a su lado que tenía la mirada perdida, mientras en su cabeza se reproducían los gritos una y otra vez haciéndola apretar los puños.

-Así es, y pensábamos que todos tienen derecho a participar ya que...

-No se preocupen, he planeado esto varios meses atrás, todos los que deseen son libres de participar, ya se dio el lugar inclusive, en el centro frente a la estatua conmemorativa de... mis padres...-Susurró. Kankurō la miró con pesar y al final ella se levantó e inclinó la cabeza.-Si esa era su única preocupación... me retiro, los de Konoha llegarán pronto.-Shinki finalizo aquella reunión y salió tras su hermana junto a su tío.