I'm your biggest fan [Markson]

FOLLOW SPREE

Jackson se sentó en la taza del váter con una toalla en torno al cuello. Echó una mirada al tuit que había mandado hacía diez minutos, antes de meterse en la ducha.

Jackson Wang @JacksonWang852

¡Wow! Gracias por #ObsesionadoConJacksonWang
¿Hacemos un follow spree?
¡Retuitea!

⇆ 18,7m ♡ 20,1m

Se puso de inmediato como seguidor de los veinte primeros fans que respondieron, pero los retuits y respuestas se contaban por millares. Regresó a la lista de tendencias. Oh, Dios mío, ya estaba en el número dos. No le cabía ninguna duda de que #ObsesionadoConJacksonWang estaría al cabo de poco tiempo en el primer lugar en todo el mundo.
La discográfica quedaría satisfecha y no le importaría que Jackson no siguiese a aquel fan, Mark T., el más obsesionado, el que había logrado arrastrar a los demás a este último frenesí. No, no pensaba seguirlo, que se jodieran. Se helaría el infierno antes de que accediera a seguirlo.

—Basta— murmuró Jackson para sí —Deja el teléfono.— Sabía que no debía leer las respuestas. Solo conseguiría deprimirse todavía más... Todos aquellos fans que le mandaban tuits para decirle lo enamorados que estaban de él. No era como antes, cuando lo alababan por su música o por su voz. Aún agradecía los tuits de ese tipo, pero eran pocos e infrecuentes. La mayoría no habían ido siquiera a uno de sus conciertos. Pocos meses antes, al salir su último álbum, le habían dejado muy claro qué era lo que apreciaban en él. Había hecho un pequeño experimento.

En primer lugar había tuiteado un enlace para comprar el correspondiente sencillo en iTunes:
⇆ 4,1m ♡ 10,2m

Luego tuiteó una selfie del vídeo en la que aparecía con el torso desnudo:
⇆ 42,6m ♡ 86,3m

Los números no hacían más que confirmar lo que en realidad ya sabía. Sus presuntos fans estaban mucho más interesados en quedarse mirando fotos de su cuerpo que en comprar las canciones que se molestaba en grabar.

Desde aquel día no había vuelto a colgar un solo tuit, salvo cuando se lo ordenaban sus jefes. Su aplicación de Twitter podía pasarse varias semanas sin abrir y sin activarse.

«Era el momento de volver a cerrarla», se dijo a sí mismo. Había cumplido con su deber. Ya podía pasar a lo siguiente.
Jackson exhaló un suspiro de fatiga. Tenía que proseguir con la rutina diaria, pero solo con pensar en el rato de gimnasia que lo aguardaba se quedaba clavado en el baño.
«Tan solo unos minutos más», se decía. No le iban a echar la bronca por llegar un poco tarde, ¿cierto? Todo el mundo tiene que sentarse en el váter cada cierto tiempo. Incluso los chicos guapos y estrellas.
Pasó a las notificaciones y puso cara de asco al leer la primera:

Enamorada de Jackson Wang
@JacksonAmor852
TE KIEROOOO JACKSON PORFA SÍGUEME K LLOROOOOOOO!!!!!!!!!

¿Lo quería?
Se habría apostado un buen fajo de billetes a que apenas escuchaba su música. ¿De dónde iba a sacar el tiempo si tenía que escribir tuits sobre todas sus fotos en bóxers? Pero lo amaba. Claro que sí. Si llegase a saber lo que pensaba Jackson...
Qué fuerte era la tentación de decírselo... Se imaginaba muy bien cómo sería ese tuit:

@JacksonAmor852
Tú no me quieres. Ni siquiera me conoces.

«¡Sí! —pensó— ¿Verdad que se habría quedado muy sorprendida si Jackson sacaba lo que llevaba dentro? Pero ¿por qué solo esta chica, si había millones iguales?»

Jackson pulsó el teclado y esbozó el mensaje, corrigiéndolo y adornándolo a medida que lo escribía:

Atención fans. No me quieren. Ni me conocen. Y yo no los voy a querer. Así que dejen el móvil, salgan a la calle, y vivan la vida de verdad.