I'm your biggest fan [Markson]

LO QUE NO HARÍA UN FAN

Jackson se llevó una mano a la mejilla, más por la sorpresa que por el dolor que pudiera haberle causado. No había esperado aquella reacción.
Desde el momento en el que entró en la sala, aguardó con paciencia a que asimilara plenamente los hechos. Sabía lo que ocurriría luego... por lo menos creía saberlo. El alarido ininteligible de los fans. Como cuando lo había seguido en Twitter y él había tuiteado en respuesta:
«¡¡¡¡DIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!».

Pero la expresión de su rostro no parecía la más propia de un fan. Más bien tenía aspecto de estar a punto de vomitar. Jackson hizo todo lo posible por poner cara de preocupación, pero no lo conseguía. Las comisuras de sus labios parecían haber cobrado vida propia. Era incapaz de evitarlo. ¿Cómo habría podido no sonreír? Por fin había conocido a Mark. Estaba viendo a Mark. Y desde luego que había merecido la pena esperar a contemplarlo. No le veía el cuerpo, oculto bajo la manta enorme que le había dado la policía, pero le bastaba y le sobraba con su rostro.
Por supuesto que tenía la apariencia de una persona que acababa de salir de una pesadilla. Pero nada de eso importaba. Nada de eso bastaba para ocultar lo que estaba viendo. Era hermoso. Mucho más hermoso de lo que se había atrevido a esperar.

Pero los ojos del chico se entrecerraban peligrosamente y todo su cuerpo se estremecía como el de un felino a punto de saltar. Jackson se puso una mano sobre la mejilla dolorida. Todo su buen humor se había esfumado.
—¿Qué diablos te ocurre, Mark?

El chico se dejó caer de nuevo sobre la silla y ocultó el rostro entre las manos.
—Quiero al GaGa de verdad. ¿Dónde está el GaGa de verdad?— Sus hombros ya no temblaban, sino que sufrían verdaderas sacudidas —¡Decían que había un GaGa de verdad!

—¡Estoy aquí!— exclamó él —Te lo juro. ¡Estoy aquí!

Jackson trató de rodearlo con un brazo. Quiso atraerlo hacia su cuerpo, pero Mark se giró sobre la silla y le dio un fuerte empujón en el pecho.
—¡No me toques!

—¡Disculpa!— Lo soltó y levantó ambas manos —Lo siento. ¿Estás bien? ¿Quieres que vaya a buscar a alguien...?

Por fin, Mark le devolvió la mirada, con los ojos teñidos de tal decepción que lograron que Jackson quisiera meterse en un agujero oscuro y profundo.

—GaGa no existe, ¿verdad que no?— preguntó en un susurro.

—Mark— se dispuso a responder con voz afable —Tendría que habértelo dicho antes. Pero es que... quería decírtelo cara a cara. Eso es todo.
Por eso estoy aquí. Organicé un falso concurso para poder venir aquí y
conocerte.— Se deslizó de la silla y se agachó a su lado, y lo obligó a mantener el contacto ocular cuando trataba de mirar hacia otro lado —Soy
yo, Mark. ¿Me oyes? Existo. Y tú existes. Y lo que nos une también existe. Tú eres la única persona en todo el mundo que puede hacerme sonreír, y eso existe. Eso es lo único que existe. Es el resto de mi vida la que es falsa.

Mark no respondió. Las lágrimas le resbalaban en silencio por las mejillas. Se frotó los ojos. Jackson se metió la mano en el bolsillo —habría dado la vida por un pañuelo de papel— pero volvió a sacarla vacía.

—Mark— empezó de nuevo, desesperado por hacerlo reaccionar. Tomó sus manos entre las suyas —Escúchame, Mark  Tú me conoces. Antes de que empezáramos a charlar ya me habías entendido mejor que los demás. Notaste que había algo que no marchaba bien. No sé muy bien cómo lo hiciste. Quizá porque estábamos sufriendo lo mismo. O tal vez porque tienes mucha intuición. Pero me entendiste enseguida. Y me escuchaste. Tú eres el único que escucha lo que yo tenga que decir. El único, Mark. Y yo también te escuché a ti. También te conozco. Sé el miedo que has pasado esta noche.