Capítulo 28.
No podía ser. No de nuevo. ¿Qué era lo que él quería? Si decía que ya no me quería, ¿por qué segur molestándonos de ésta forma? Luham exclamó los nombres de los chicos, y me tomó de la mano con rapidez. Pero la música era demasiado alta como para ser escuchado.
-Vamos, pero vayamos juntos. Vamos por los chicos -le dije, mientras él me tomaba por la mano, y me cubría con su cuerpo.
Mi celular vibró una vez más, pero ésta vez, no lo miré. Ambos corrimos entre la multitud en busca de los chicos, y pude divisar a Sehun del otro lado de la fiesta. Estaba con su primo.
-Sehun -le exclamé-. Vamonos ya, por favor -le dije, y él no parecía entender. Se puso de pie rápidamente, y junto a su primo caminaron hacia nosotros.
-Trae a los chicos -le dijo Luham-. Esperamos en el auto.
-¿Qué sucede? -me cuestionó su primo, un chico con su mismo tono de cabello, pero ojos de color azul. Tan alto y delgado como él.
Yo le miré, pero no tenía mucho tiempo para explicaciones.
-Nos están persiguiendo.
-¿Qué? ¿Quién? -me cuestionó, pero Luhan jaló de mi mano, y caminamos hacia el auto. Sehun corrió en busca de los chicos, y le vimos desaparecer en la multitud. De pronto, escuché cómo un par de gritos se hacían presencia en el lugar.
Luhan me cubrió con ambos brazos, y seguimos caminando, pero hubo algo que nos impidió seguir haciéndolo. Era un grupo de chicos robustos, y uno de ellos tomó por la camiseta a Luhan, y le arrojó contra el suelo.
-¡Luhan! -yo exclamé, y corrí hacia él, pero uno de ellos me tomó entre sus brazos, y me lo impidió. Había algo cortante sobre sus manos, algo que brillaba lo suficiente como para cegarme a mí, y a todos en el lugar. La pequeña navaja se posó frente a mi cuello, y amenazó con terminar conmigo.
Un millón de gritos ensordecedores cubrieron el lugar, y finalmente, Etan apareció por detrás. Tomó la cuchilla entre sus manos, y ocupó el lugar de su amigo. Ahora era él quien me amenazaba. Los chicos, mis chicos, entraron de entre la multitud, para después, solo después posarse sobre el grupo de los otros chicos.
-Termina con él -le murmuró Etan a uno de los chicos, quien segundos después comenzó a tirar patadas contra Luham. Fue entonces cuando grité a todo pulmón, y ellos dejaron de hacerlo.
-¿Qué quieren? -le murmuré a Etan entre lágrimas, antes de que Xiumin, Sehun, Lay y Chen se posasen frente a ellos. Sehun se posó frente a mí, y retó a Etan con la mirada.
-¿Qué crees que haces, imbécil?
Etan no pareció darle importancia. Se inclinó hacia mi oído, y murmuró:
-Si no eres mía, entonces, no eres de nadie.
-Yo no soy tuya -le murmuré con un tremendo asco-. Déjame en paz, Etan. Tú no me quieres. Lo haces porque alguien te retó.
-¿Cómo sabes que yo no te quiero? -fingió preocuparse, y bajó lentamente la cuchilla hacia mi pecho-. Yo te amé... te amé con todas las fuerzas.
-No es verdad. Nunca lo hiciste, ni siquiera un poco. Mi felicidad no te interesa.
-Por supuesto que me importa. Pero tiene que ser conmigo. Si no lo es, no lo voy a permitir.
-¿Por qué? ¿Por qué no me dejas en paz de una vez por todas? -le cuestioné, mientras me hacía hacia atrás, y la cuchilla estaba a milímetros de mí.
Sehun se aproximó rápidamente, y el chico comenzó a volver a patear a Luhan. El resto de los chicos corrieron hacia ellos, y de pronto, se comenzaron a golpear. Todo el mundo exclamaba. Era un verdadero y total caos. Muchas personas iban a salir lastimadas de ésta, y yo no podía pensar siquiera en ello. No iba a permitir que nadie hiciese daño a mi Luhan.
Uno de los chicos levantó a Luhan por la camiseta, y le tomó por los brazos. Luhan le retaba con la mirada, mientras el chico miraba sus muñecas con confusión.
-¡Etan, éste chico es un fracaso! -exclamó-. ¡Se corta!
-¿Qué? -exclamó Etan entre carcajadas, tomándome rápidamente por la muñeca, y quitándome la cuchilla de encima-. ¿Qué dijiste?
-¡Mira todas las cicatrices en sus muñecas! -exclamó el chico entre risas, y de pronto, hubieron más de cinco personas que le señalaban con el dedo índice, y reían. Reían por montones.
Etan se carcajeaba, y Luhan... Luham bajó la mirada. Yo comencé a llorar, a llorar mares. Etan se burló inmensamente, y después, entre risas, dijo:
-De verdad no eres necesario en éste mundo, así que podrías pensar abandonarlo pronto -dijo, y le tiró una última patada. Los chicos estaban boquiabiertos, en especial, Sehun. Sehun corrió hacia él, y le tiró un puñetazo en el rostro.
Los chicos corrieron hacia él, y le tomaron por el torso. Impidieron que pudiese volver a golpearlo, mientras Etan se sobaba el rostro con fuerza. Rió a una última carcajada, y se aproximó a mi oído.
-¿En qué cabeza cabe salir con alguien como yo, y después, terminar con alguien como él? Tienes razón, ni tú misma vales la pena -me dijo, y deslizó la cuchilla rápidamente por mi espalda, ocasionando un dolor interminable. Exclamé, y caí hacia el suelo con las manos sobre el rostro. El dolor era inmenso. Tanto, que no creí soportarlo. Sehun se liberó de los brazos de Lay, y corrió hacia él. Lo golpeó en el rostro con todas sus fuerzas, mientras yo gateaba hacia Luham. No estaba herido físicamente, pero sí, psicológicamente. Al verme allí, lo único que pudo hacer fue llorar más. Observó aquella herida sobre mi espalda y sus ojos salieron de sus órbitas. Se puso de pie muy rápidamente, y se unió a Sehun. Pero muy pronto, los chicos de su pandilla ya quitaban a Etan de encima, dejándolos solos por completo.
Yo lloraba. Lloraba mucho. No por el dolor físico, pero sí por el dolor que Luhan sintió al haber sido humillado de esa manera. Al haber escuchado todas esas palabras. Intenté ponerme de pie, pero lo único que provoqué fue lastimarme más. Me dolió tanto que exclamé muy fuerte, pero al darme cuenta, todo el mundo había abandonado ya la fiesta, a excepción de nosotros. Habían salido corriendo.
Chen y Sehun corrieron hacia mí mientras Xiumin y Lay ponían a Luhan de pie. Chen me cargó entre sus brazos, y Sehun tomó mi rostro entre ambas manos.
-¿Estás bien?
-Ve con Luham. Yo estoy bien, me las puedo arreglar -le dije.
-Tu espalda está terriblemente dañada.
-Lo sé, pero eso no importa. Solo ve con Luhan -le dije, y él negó. El resto de los chicos caminó hacia mí en compañía de Luhan, quien caminó primero hacia mí, y me lloró en el regazo.
Le pidió a Chen le cediera la oportunidad de cargarme, y él accedió. Ahora yo yacía sobre los brazos de Luhan, y le tomé por el rostro con ambas manos.
-Cariño, tu espalda -dijo tan preocupado que hasta a mí me dolió, pero ya no podía dolerme más.
-Mi espalda no interesa -le dije-. Lu, sabes que nada de eso interesa- le dije, acariciándole el rostro por completo.
-Todo eso es verdad.
-No, no lo es.
Lay se quitó la camiseta de encima, e hizo un torniquete con ella sobre mi espalda. Nos dirigimos hacia el hospital de inmediato. Sehun conducía, mientras Luhan y yo yacíamos mirándonos, y llorando, pero ninguno de los dos decía nada. Lay y Xiumin yacían tan preocupados como Chen. Chen estaba muy molesto. Creí que haría un locura en verdad.