CAP VII

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"¿Qué has encontrado?" Preguntó Kudo interesado, saboreando el café mientras sus ojos no dejaban de observar al rubio.

El rubio se quedó callado, pensando en si debía o no contarles lo que estaba investigando.

Había empezado a investigar en cuanto vio que el juicio tomaba esa dirección con ella. Él desde bien pequeño, había estado muy unido en cierta manera con la familia Myiano, siempre le habían cuidado y ofrecido cualquier apoyo. Eran una buena familia. Se sentía que les fallaba si no hacía algo al respecto ante esa injusticia. Y Shiho se parecía tanto a su madre...

"El jefe del sindicato, fue el que se encargó de manipular los documentos para quedarse con Shiho una vez sus padres fallecieron. La ley, le obligaba a dirigirse a servicios al menor para luego, ofrecer a las hermanas una casa de acogida o en otro caso, darlas en adopción. Pero Shiho siempre había sido muy valiosa para la sede, pese a solo ser un infante en ese entonces. Esos documentos pueden ser claves para demostrar lo atada que estaba a ellos." Explicó.

"¿Y cómo pretendes conseguirlo?" preguntó el profesor, interesado por completo en la conversación.

"Aún no lo sé, pero se que en las cintas deben haber algo que sus padres les heredaron por cualquier emergencia. Ellos eran personas muy inteligentes y sabían de lejos donde se estaban metiendo." Explicó volviendo a beber de su café. "Los documentos de la organización no se pueden descifrar. Están programados para que cuando alguien que no sabe la contraseña intenta abrirlo, se bloquee completamente. Per eso hay tantos documentos sin revisar con los que no podemos hacer nada. Es inútil si no tienes el código para descifrarlo."

Kudo que quedó anonadado con tal explicación. No estaba al tanto de esta investigación y el empeño que estaba poniendo el rubio en ello le sorprendía.

"¿Por qué estás haciendo esto?" preguntó incluso un poco molesto. Shiho era su compañera, no la suya. Ya estaba él ahí intentando reabrir la investigación, Reí no debía preocuparse de esa manera. Es más, estuvo la mayor parte del enfrentamiento acechándola y dandole caza. No fue hasta el final de la batalla donde la defendió para que no la matasen. Hasta entonces, siempre se había comportado cómo Bourbon, un duro miembro de la organización y muy letal.

"Soy policía, es mi deber detectar las injusticias y arreglarlas si es necesario." Explicó.

"Claro..." Contestó Kudo con un tono irónico, sin acabar de creérselo.

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"Tu madre tiene un gusto fenomenal en escoger diseñadores de trajes." Dijo Heiji mirando el reflejo de ambos en el espejo que tenían justo en frente a la vez que se observaba detenidamente.

Kudo no intervino. Él estaba luchando contra la corbata que su madre le había comprado. Y parecía que iba perdiendo.

"Cómo odio las corbatas." Dijo resoplando mientras seguía peleando con ella.

"Trae, que no sabes." Contestó Heiji cogiendo los dos lados de la corbata para hacerle él el nudo cómo si fuese lo más sencillo del mundo.

"Gracias." Contestó un poco serio, pero más tranquilo.

"El testigo y el novio vamos a ser los hombres más guapos de la ceremonia." Comentó Heiji bien contento. "Kazuha no va a poder quitarme las manos de encima y no me extraña nada. Estoy como un tren." Bromeó mientras volvía a clavar su mirada conquistadora en su reflejo.

"Eres un exagerado." Contestó Kudo apartándose de él y contemplando su reflejo ahora que ya estaba vestido. "¿Cómo lo ves?" Le preguntó a su amigo.

"Realmente perfecto. Le vas a encantar a Ran." Dijo contento.

Kudo sonrió tristemente, apenas podía concentrarse en la boda últimamente. Debía esforzarse más, por Ran.

Vivir sin ver amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora