CAP XXV

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"El trabajo está incompleto, faltan datos esenciales. Se que puedes hacerlo mejor, Taki." Dijo Shiho un poco seria al ver las muestras que acababan de entregarle. "Es un caso importante. No pueden haber errores."

"Lo siento, no volverá a suceder. Ahora mismo me pongo a repetirlo." Contestó el científico agachando la cabeza y volviendo a su puesto de trabajo.

Shiho suspiró y se masajeó las sienes con las manos para calmarse el dolor de cabeza mientras se giraba hacía su equipo. "¡Vamos chicos! tenéis que estar más motivados. Sois los mejores en esto, ¡creéroslo!. Hemos progresado mucho esta semana, que siga siendo así."

Rei se quedó apoyado en el marco de la puerta, aprovechando que la pelirroja no se había percatado aún de su presencia, para contemplar lo bien que se se le daba dirigir al equipo científico de seguridad secreta. Se notaba de donde procedía y la seriedad con la que se tomaba su trabajo.

"Y tú...¿Vas a quedarte mucho más tiempo en medio de la puerta?" Le preguntó la pelirroja girándose hacia él con los brazos cruzados.

El rubio se rascó la cabeza un poco nervioso al ser pillado y se adentró al laboratorio, caminando hacia su dirección.

"Pensaba que ya te habrías ido a casa, has venido muy pronto esta mañana y ayer estuviste desde que salió el sol hasta que se puso." Dijo un poco preocupado. "Tengo que marcharme a investigar a la otra punta de la ciudad, ¿Quieres que te acerque?" Le preguntó.

"No hace falta. La verdad es que quiero quedarme un poco más para saber que resultados dan las pruebas de esta mañana." Le explicó con una sonrisa. "Estamos avanzando mucho estos días y están apareciendo cosas muy interesantes." Dijo emocionada.

Apenas llevaba tres meses trabajando con ellos y con ella ahí, la reputación y conocimientos del laboratorio, había subió como la espuma. Le encantaba la ciencia y se notaba la pasión que tenía por sus investigaciones a cada palabra que decía. Era de admirar, no podían haber encontrado a nadie mejor para dirigir ese laboratorio. El FBI y el MI6 ya le habían ofrecido un contrato en su momento, pero Shiho, después de empezar una relación más formal con él, había decidido quedarse en Japón y trabajar para inteligencia.

Él no estaba muy convencido de su respuesta. "Está bien...pero prométeme que no serás la última en irte."

Ella rodó los ojos y le sonrió. "Lo prometo." Dijo dirigiéndose al microscopio mientras levantaba la mano para despedirse de él. "Ten cuidado."

Rei sonrió y se marchó para no robarle más tiempo. Cuando llegase a casa esa noche, ella estaría ahí y eso ya le hacía marchar más tranquilo. Le dio un último vistazo a su espalda y se marchó sin perder más tiempo. Cuando estaban en el trabajo o en algún sitio público, no solían tenerse muchas muestras de afecto ni se besaban como locos.

Pero una vez en casa, la cosa cambiaba radicalmente.

Shiho observó de reojo como el rubio se marchaba y se dirigió al ordenador para escribir los avances. No era un secreto para nadie que ellos dos estaban saliendo juntos, al principio le hacía sonrojar constantemente cada vez que alguien decía algo al respecto, pero ahora, solo podía sonreír y sentirse contenta por ello. Pese a no habérselo imaginado nunca, estaba feliz de tener a alguien como él a su lado.

Un par de horas después, recogió sus cosas y salió del laboratorio. El apartamento de Rei estaba a una media hora andado desde ahí y con el bonito atardecer que le ofrecía la ciudad, decidió volver a casa por su propio pie.

Era extraño sentir esa calma sobre ella. Llevaba toda la vida viviendo angustiada y con miedo y ahora, por primera vez, se sentía que vivía una vida normal (dejando de lado las secuelas que le había dejado la organización). Sin tapaderas, ni organizaciones de cuervos, ni detectives estúpidos que no la querían. Había pasado página y podía seguir adelante. Realmente era extraño poder suspirar de esa manera.

Vivir sin ver amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora