CAP XXXIV

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“¿Estás bien?”

Shiho negó lentamente con la cabeza mientras las lágrimas se derramaban de sus ojos sin su consentimiento. No podía evitar llorar en cuando la imagen del rubio le venía a la mente. Se apartó de la puerta e inclinó la cabeza indicándole al moreno que pasase. Se dirigieron al comedor y la pelirroja cogió la botella de vino de donde la había dejado antes de que él llegase.

“¿Me acompañas?” Le preguntó abriendo un armario para buscar otra copa.

“Claro.” Contestó sentándose en el sofá mientras la científica le servía un poco de ese líquido burdeos.

Kudo permaneció en silencio una vez ella se sentó a su lado, sin tratar de presionarla o decir ningún comentario fuera de lugar. La pelirroja no tenía buena cara y el no ver a Rei por ahí cerca, le hacía creer que la angustia que mostraba podía tener que ver con él.

Pero ella no parecía querer pronunciar palabra sobre ello.

“Se me hace raro estar aquí dentro, sentado de nuevo en este sofá.” Comentó Kudo para romper el silencio, después de dejar pasar unos minutos y saborear el vino.

“A mi también…Hacía mucho tiempo que no pasaba una noche en esta casa...Realmente mucho tiempo.” Comentó ella observando su alrededor frío, acariciando . “Ha cambiado mucho desde entonces.”

“Me alegra que estemos aquí para quitarle un poco ese vacío que se había creado.” Dijo el moreno alzando la copa para acercarla a la suya. “¿Qué tal un brindis por eso?” Le propuso intentando animarla.

Ella intentó sonreírle mientras él chocaba su copa con la suya, pero la media sonrisa que le esbozó, apenas se percibía. Ya no parecía ser tan bueno a la hora de hacerle reír.

Él, volvió a saborear el vino y ella, vació la copa de un trago.

“Parece que el pasado no se puede dejar atrás tan fácilmente.” Comentó la pelirroja mirando a un punto fijo de la pared.

“Nuestro trabajo es hacernos un futuro mejor para compensar todo lo que hayamos podido hacer mal.” Respondió aún intentando quitar un poco de seriedad de su rostro.

“Eso es fácil decirlo para ti, mi caso es mucho más complicado…He hecho daño a muchas personas y lo sigo haciendo a día de hoy.”

“¿Tiene eso algo que ver con el motivo por el que estás hoy aquí?” Preguntó el moreno sin poderse aguantar.

Shiho arrugó el ceño y desvió un poco el rostro para que él no la observase tan fácilmente. “Podría decirse que sí.” Contestó suspirando. “Creo que la he jodido con Rei.”

“¿Qué ha pasado?” Preguntó sorprendido.

La pelirroja se giró para mirarle y dudó unos segundos en decidir profundizar o no en el tema. “Cometí muchos asesinatos en la sede con las pruebas que hacíamos y resulta que también acabé con una compañera suya…bastante intima.” Le explicó.

“Pero eso es algo de tu pasado y ya has pagado por ello.” Le defendió.

“Lo sé…pero no es solo eso. Se lo escondí cuando lo supe y parece que no he actuado como debería. Él se ha acabado enterando por Vermouth…”

Kudo se puso blanco con su declaración, todo cuadró en su cabeza…pero él no quería que las cosas fuesen de esa manera, él quería que ella se lo contase personalmente para guardarse la información para si mismo. No quería herirla, solo saber más de su pasado.

Pero Vermouth siempre tenía una manera sucia y retorcida de jugar. Cada oportunidad que tenía de destrozar la pelirroja, la tomaba sin pestañear.

Vivir sin ver amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora