CAP XXVII

155 15 0
                                    

Shinichi observó tranquilamente cada detalle del rostro de la criatura que sostenía, era prácticamente como ver una copia de su yo de bebé, aunque también habían pequeños rasgos que le recordaban a su mujer. Se veía tan frágil y vulnerable, apenas tenía un mes y medio.

"Por fin se ha dormido." Le comentó a Ran mientras recostaba delicadamente al bebé en su cuna, intentando que no se volviese a despertar.

"No se como lo haces, pero contigo siempre se duerme súper rápido." Dijo Ran cruzando los brazos.

Kudo sonrió y se acercó a su mujer para besarle los labios. "En cambio, a ti se te da mejor hacer todo lo demás." Dijo sin dejar de sonreírle.

Ella rió ante su comentario y asintió, tenía razón, pero la paternidad se le estaba dando genial. "Eres un buen padre."

"Solo porqué tu también estás conmigo en esto." Contestó besando su frente. "Tendría que ir tirando hacía la conferencia."

"¿Ya?" Preguntó Ran poniendo sus manos detrás de su cuello. "El tren no sale hasta dentro de una hora y media."

"Lo se, pero tengo que estar ahí media hora antes y he quedado con Heiji para hacer un café antes de salir." Le explicó.

"Te vamos a echar de menos." Dijo ella un poco triste.

"Solo me voy dos días y sabes que en estas conferencias vienen personajes célebres de nuestro campo laboral, es una buena oportunidad de enriquecerme aún más." Le explicó acariciándole el pelo.

"Eso no quita que no te vaya a echar de menos." Dijo ella volviéndole a besar. "Ten cuidado, ¿vale?"

Shinichi asintió y cogió su pequeña maleta antes de salir de su casa.

Había quedado con Heiji en la misma estación de tren. Se sentó en la cafetería en la que habían acordado y pidió un café con leche mientras esperaba a su compañero.

Había bastante gente por los alrededores y la mayoría de ellos se trataban de caras conocidas y compañeros de la central de Tokio. Casi el setenta por ciento de sus compañeros asistía a esas conferencias, era una gran oportunidad que les brindaba el mismo departamento de seguir mejorando y ese año parecía bastante prometedor. Un policía nunca dejaba de formarse.

"¡Buenos días Kudo!" Saludó su amigo acercándose a él y tomando asiento en la silla de en frente. "¿Llevas esperando mucho tiempo?"

Él negó con la cabeza. "Un par de minutos." Contestó meneando el café aún humeante.

"Bien, perdona. Kazuha necesitaba que la acercase a un sitio antes de venir." Explicó alzando la mano para que la camarera le viese y así poder hacerle señas para pedir un café. "Tengo ganas de volver a Osaka."

Kudo sonrió al ver la cara de emoción de su amigo. "Solo llevas en Tokio un mes." Comentó riendo.

"Uno siempre extraña a la ciudad de donde procede." Contestó el moreno con orgullo. "El trabajo me ha tenido retenido en Tokio más tiempo del que pensaba." Dijo aceptando el café que le traía la camarera.

"De la misma manera que a mi me retiene muchas veces en Osaka." Dijo él.

"Tienes razón, pero al fin y al cabo, me gusta trabajar contigo."

"Yo puedo decir lo mismo." Contestó sinceramente.

Se acabaron el café tranquilamente mientras comentaban los temas que iban a tratar las siguientes horas y después de pagar, se dirigieron al arcén para enseñarle su billete al revisor y subir al tren.

Se sentaron en los primeros asientos vacíos que encontraron y Heiji se puso en el lado de la ventana mientras Kudo observaba a los pasajeros que seguían entrando. El vagón prácticamente estaba lleno cuando Rei entró acompañado de Shiho, cosa que le sorprendió a Shinichi. No pensaba que Shiho era de las personas que le gustaba ir a sitios como ese, era la persona más inteligente que conocía y no creía que pudiese aprender gran cosa de las personas que iban a participar en ella.

Vivir sin ver amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora