"Lo vas a hacer genial." Dijo Furuya apoyándola justo antes de salir.
Ella asintió con un poco de dudas. No era la primera vez que hacía algo así, dentro de la sede, tenía que presentar frente a su equipo y superiores la mayoría de sus investigaciones. Pero esta vez, se trataba de policías e importantes agentes de seguridad y se sentía un poco fuera de lugar pese a que los conceptos y puntos a explicar sean prácticamente los mismos. Le seguía costando sentirse acogida en ese nuevo mundo cuando había pertenecido al otro lado prácticamente toda la vida.
Era la persona más joven que exponía delante de todos ellos, pero eso no le hizo temblar la voz cuando le llegó su turno. Fue tan impecable como siempre, la sabiduría que expresaba no cabía en sus palabras y la mayoría de los presentes apenas parpadeaban para no perder detalle en cada palabra que emitía.
Kudo sonrió desde el final de la sala. Era más que digna de ocupar el escenario en ese momento e incluso él se sentía sorprendido de los argumentos que explicaba. Su voz adulta era melosa e impávida a la vez y los tenía a todos enganchados a ella.
"Buena investigación señorita Miyano." Le alabó un inspector un poco nervioso de tenerla delante suyo. "Tiene un potencial muy grande."
Shiho, que ahora estaba parada entre la multitud, se giró para mirarle a la vez que otro compañero se acercaba a ellos.
"Es un honor haber podido escuchar sus teorías, es magnifico encontrar a gente con su potencial dentro del campo de la bioquímica." Le alabó el chico que acababa de llegar.
"Gracias." Contestó ella secamente mientras alzaba la cabeza entre la multitud buscando a alguien. No quería perder tiempo escuchando alabanzas que no le importaban lo más minimo, no había que ser muy inteligente para saber lo que realmente buscaban todos esos hombres.
Una mano le cogió de la muñeca sin que se diese cuenta y la arrastró unos metros fuera de todo el enjambre de agentes. Pararon al lado de la puerta, un poco más alejados y ella le soltó la mano en cuanto le vio y reconoció.
"¿Qué haces?" Preguntó cruzando lo brazos.
"Sacarte del circulo que estaban empezando a formar a tu alrededor." Contestó él naturalmente.
"Sé arreglármelas sola." Se defendió ella entrecerrando los ojos.
"Lo se." Contestó observando como la pelirroja no dejaba de buscar a su alrededor. "¿Estás buscando a Rei, verdad?" Preguntó mientras ella asenría lentamente. "Está en el hotel. Le han llamado hace un rato y ha salido de la conferencia para atender la llamada." Le explicó. "Le he escuchado que decía que ahora se dirigía para allí, parecía que tenía algo de prisa." Especificó mientras cogía un par de copas del bufete de comida que ofrecían y le acercó una a ella.
Ella la aceptó sin decir nada y él siguió hablando antes de que ella decidiese desaparecer de nuevo de su vista. "Has hecho un buen trabajo, Miyano."
Shiho asintió y bebió antes de transmitirle una sonrisa cálida. "Hablo de lo que entiendo." Dijo acabando la copa y saliendo de la escandalosa sala sin decir nada más.
Kudo la siguió sin pensárselo mucho y ambos salieron del pabellón caminando uno al lado del otro en silencio.
"¿Ahora pretendes seguirme?" Le preguntó ella mirándole de reojo con una media sonrisa mientras cruzaban la calle a otra menos transitada.
"En realidad simplemente estamos tomando la misma dirección. Ahora que ya has acabado con tu charla, no hay nadie más que me interese escuchar por el resto del día." Le contestó poniendo ambas manos dentro de su bolsillo. "Mañana hay un par que no me quiero perder, pero por lo demás, prefiero gastar el tiempo paseando por la ciudad o en algo más productivo."
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Vivir sin ver amanecer
FanfictionÉl ya se lo había dicho anteriormente "Haibara, no puedes huir de tu destino." Y tenía razón. Su destino siempre había estado escrito y después de permanecer a una banda criminal casi toda la vida, no podía esperar que todo acabase sin pagar las con...