A Mireia cada vez más se le estaba haciendo un habito el esperarlo volver a entrar por la puerta del despacho. Era consciente de ello, no obstante, se lo achacaba a la necesidad de querer saciar su curiosidad en cuanto a él. El informe que Ramón le había entregado no contaba con suficiente información; Padres divorciados desde antes de terminar la secundaria, no tiene hermanos, de su antiguo compromiso no tubo hijos...
En realidad no podía decir que la investigación no fuera exhaustiva, lo a sido, sin embargo, no sabe por que presiente que le faltan pequeños detalles, a lo mejor no importantes pero para ella si necesarios de comprender.
A las seis de la tarde, tomo los estados de balances, algunos contratos y demás papeles regados encima de su escritorio. Estaba acostumbrada a llevar el trabajo a su departamento, de modo que no se le hacia agotador, mucho menos fatigante, al contrario, la ayudaba a no estar pensando todo el tiempo y ahora era mucho más necesario por la nueva delegación sera abierta en España en las próximas semanas.
Una vez llego al departamento fue directo a su habitación, dejo sobre la cama la cartera y los documentos. Necesitaba una ducha con urgencia. Se despojo de toda la ropa y se metió dentro del agua sin esperar a que se calentara. Mireia apoyo las manos contra los azulejos, mientras el liquido recorría toda su fisionomía, desentumiendo todo el cuerpo.
En unos días su familia tendrá ocho años de haber muerto... de haberla dejado sola y sucumbida en una latente pena...
Acostumbraba ir al cementerio, llevarles flores y ¿Para que mentirse? permitirse llorar frente a sus tumbas, en donde tan solo quedan sus restos; Desahogarse en sollozos lastimeros y preguntarle una y otra vez a su madre ¿Porqué no permitió también a ella la asesinaran aquella noche? ¿Porqué tubo que entrometerse? ¿Porqué la había ayudado a salir sacrificando su propia vida?
Aquella madrugada, un hombre con pasamontañas le quitaba el pantalón blanco de su pijama, susurrándole al el oído obscenidades, mientras lagrimas caían por sus mejillas laceradas por los golpes. Recordaba como sus gritos sonaban amortiguados contra la mano áspera y callosa de aquel hombre, dificultándole incluso la respiración. En un momento en donde ya sus defensas estaban quebradas y por más había intentado quitárselo de encima sin haber logrado si quiera haberlo movido un centímetro lejos de su cuerpo, una luz de esperanza entro por su puerta entre abierta. Por un momento pensó era su padre, sin embargo, al ver su característica melena oscura similar a la de ella supo de inmediato quien era; Milena, su mamá. Estaba gravemente herida, la sangre se manchaba por toda su ropa, ni siquiera podía mantenerse en pie, no obstante, la ayudo quitandole de encima aquel corpulento cuerpo y luego la obligo a correr gritándole no mirara hacia atrás.
Algunas noches incluso creía escucharla a la distancia, gritándole a todo pulmón ''¡corre, Mireia Corre!'', otras veces ''¡Corre y no mires atrás!'' hasta que de pronto no volvió a oírla hablar, nunca más...
Prefería mil veces haber muerto a vivir como lo estaba haciendo... Extrañándolos desde primera hora de la mañana y invocándolos hasta el ultimo segundo de la noche...
No obstante, el día de su partida para ella es tan difícil si quiera el respirar que siempre visitaba sus restos el día siguiente; Varias veces lo intento y al final siempre terminaba con una copa del alcohol más fuerte que tuviera cerca en mano hasta altas horas de la madrugada.
Mireia termino de ducharse, corto el agua y salio de allí antes de dejar la cabeza contra la pared de aquel lugar. Se enfundo en un pantalón corto y blusa de tiro fino de seda color piel. Se suponía debía intentar dormir, sin embargo no tenia la mínima ración de sueño, de modo que saco los documentos del bolso y los regó todos sobre la superficie mullida de la cama.

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Al borde del precipicio
RomanceAustin: Simpático. Aventurero. Sensual. Atrevido. Mireia: Directa. Real. Indiferente. Organizada. Ambos de personalidades tan diferentes pero a la misma vez tan atrayentes, como el mismo sol junto a la luna formando el crepúsculo. Ella era todo lo...