Mireia de pie, ahí delante del espejo de cuerpo completo se analiza nerviosa. Pasea sus iris color marrón por su atuendo una y otra vez, asegurándose de no llevar nada fuera de lugar; Nada puede estar fuera de su sitio, todo debe estar perfecto.Sí, es estúpido preocuparse a tal medida por como se ve cuando lo que realmente tiene planeado es escapar de sus ojos..., de sus manos..., de la tentación de su cuerpo... Mireia sacude la cabeza de un lado a otro, turbada. Sin embargo, muy dentro de si misma late el deseo de tenerlo cerca con gran fuerza.
Bufa, pasando ambas manos por el vestido rojo vino de escote de corazón y corte en la pierna izquierda, sintiéndose terriblemente sofocada, como si alguien la estuviera encerrando en un lugar poco espacioso, sin ventanas y el poco aire se estuviera escapando de sus pulmones.
Pequeñas gotas de sudor perlan en su frente y el pecho se inflaba y desinfla con rapidez. De pronto, los ojos se le humedecen y las manos le empiezan a temblar, nerviosa. Ladeo el rostro observando su alrededor, con miedo, sintiendo como las paredes se hacen cada vez más chicas. Llevo una mano a su pecho, donde el corazón late desmedidamente. Desearía apagar sus pensamientos de una vez por toda. Mordió su labio inferior cubierto de labial rojo sangre y se alejo de allí, ahogada con el nudo en su garganta. Camino hasta la sala se sirvió una copa de brandy y se la llevo a los labios bebiendo todo su contenido de golpe.
A lo mejor, estar en el mismo hotel en donde se hospedaba con su familia cuando venían a visitar España la tiene mucho mas inestable de lo normal. El saber como tan solo años atrás recorría esas mismas calles de aquella hermosa ciudad de la mano de su amigo fiel; Su padre. Revivir las interminables discusiones con su hermano por escoger el lugar al cual visitarían el día siguiente, mientras sus padres los observaban negando con la cabeza, sonrientes. Sabia lo que era vivir siendo embargada por la alegría..., y no como ahora, en una latente melancolía.
Ahora todo lo que antes fue lo veía tan lejano, tan ajeno a ella.
Todo fuera diferente si simplemente pulsara un botón y olvidara todos esos recuerdos, tal vez así, vivir seria mas fácil..., mucho más sencillo.
Se sirvió una copa mas de alcohol, se la llevo a la boca y bebió su contenido, luego volvió a la habitación tomo la cartera de mano del mismo tono que sus zapatillas de tacón alto negras y salio. Antes de llegar a recepción nota la silueta de Thomás al lado de Vanessa. No estaba enterada de que viajaría con ellas, pensó ya estaría en el salón en donde se llevara acabo la presentación jactándose de ser uno de los mejores hombres en el negocio; No obstante, su tío era el menor de sus problemas en ese momento.
—Buenas noche. —saludo una vez estuvo ante ellos. Thomás paseo los ojos por el cuerpo de la mujer con el ceño fruncido y la boca apretada.
—Llegas tarde. —masculló con ojos de desdén. Mireia enarco una ceja, esbozo una media sonrisa y contesto;
—Y tu muy temprano. —escupió con burla. Hace mucho él había pisoteado la linea del respeto entre ambos, de modo que ella también tuvo que hacerlo al darse cuenta que en él no estaba el cambiar su actitud hacia ella.
Un instinto asesino se abría paso por las venas del hombre al notar como aquella mujer se mofaba de él en su misma cara. Era claro ya no la consideraba su familia, realmente, ni siquiera recuerda cuando fue la ultima vez que lo hizo. La respiración se le acelero y las malas palabras empezaron a formarse dentro de su boca. Por un momento se vio tomándola de los brazos, zarandeándola con fuera y ¿porqué no? soltándole unos buenos golpes para demostrarle quien estaba encima de quien, sin embargo, no lo podía hacerlo, aunque deseos no le faltaban.
Mireia lo miro perder la vista por detrás de ella pero en ningún lugar en especifico y quedarse en silencio, esto ultimo la hizo mirarlo extrañada pues el nunca perdía la oportunidad de volver a arremeter contra ella. Dejo de mirarlo al ver a Ramón bajarse de un vehículo negro con vidrios oscuros.
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Al borde del precipicio
RomanceAustin: Simpático. Aventurero. Sensual. Atrevido. Mireia: Directa. Real. Indiferente. Organizada. Ambos de personalidades tan diferentes pero a la misma vez tan atrayentes, como el mismo sol junto a la luna formando el crepúsculo. Ella era todo lo...