Capítulo 4

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Me despierto en medio de la oscuridad un poco acalorada, Miley está totalmente pegada a mi cuerpo; tiene mi cintura fuertemente abrazada, siento su respiración en mi cuello, me remuevo buscando un poco de espacio, su cuerpo emana mucho calor, tiene su brazo por debajo de mi batola, tocando mi abdomen, trato de quitarlo pero cuando lo toco noto que es muy grande y pesado para ser el de ella, giro mi rostro tratando de acostumbrar mi vista a la oscuridad para luego girar mi cuerpo, no logro ver nada y me sobresalto cuando escucho su sexy voz, ronca por el sueño.

-Mi Luna ¿No puedes dormir?

-¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Miley? -Murmuro sorprendida y un poco asustada.

-Ésta es mi habitación, y ella está en la habitación de al lado. -Contesta de lo más tranquilo.

-¿Qué? ¿Por qué? Si estábamos cómodas las dos -Le reprochó.

-Porque su lado estaba con Dylan y el tuyo conmigo; he pasado muchas noches sin ti, pero eso ya cambio, ahora te tengo aquí y no pienso dormir solo ni una noche más.

-¿Cómo supiste cuál de las dos era yo?

-Eres MÍA y a ti te reconocería a kilómetros, pueden haber muchas físicamente iguales, pero yo siempre te reconocería, tu esencia es única.

-¿Podrías dejar de decir que soy tuya? -Me alejo de su cuerpo enojada y me siento en la cama.

Enciende la lámpara que está en la mesita de ese lado de la cama; me mira fijamente, está sin camisa y solo tiene unos pantalones de pijama largos.

-No puedes cambiar la verdad, se que te tomara tiempo asimilarlo pero es algo de lo que no puedes huir, eres MI MUJER y tu lugar es a mi lado.

Toma mis manos y se acerca a mi cuerpo.

-No puedes decir eso… -Me cayó abruptamente por la intensidad de su mirada.

Me quedo hipnotizada; él sin dejar de mirarme a los ojos, baja su rostro hasta que lo siento tomar mis labios en su boca; me besa de una manera intensa y desesperada, gimo en su boca y el aprovecha para meter su lengua y tocar la mía con premura, baja sus manos y me levanta del trasero para que me siente sobre él, y luego lo aprieta hacia abajo con urgencia…

Jadeo sorprendida ante tal demanda y por lo duro que se siente su amigo; él baja su boca por mi cuello y arqueo mi espalda por la sensación tan indescriptible que recorre mi cuerpo, a la vez que él sube sus manos por debajo de mi batola, la cual se encuentra enrollada en mi cintura acariciando todo a su paso.

-Eres Mía, tu cuerpo lo sabe, toda tú lo sabe, no puedes negar algo que es tan evidente -Su mirad está llena de deseo.

Toca mis senos que son copa c y los aprieta con ganas, mirándome con sus ojos ardientes; jamás me había sentido tan caliente en mi vida, meto mis dedos en sus cabellos con desesperación y lo beso, este hombre me hace hacer cosas que jamás pensé que haría de manera tan irracional, me intenta sacar la batola y me congelo al instante, levanta la vista y me mira con sus ojos oscuros ardiendo del deseo.

-No pasará nada que tú no quieras -Me dice notando la tensión de mi cuerpo.

Me separó lentamente de él y me bajo de sus piernas, Él me acaricia el rostro y me da un beso.

-Mi Luna será mejor que descanses, no has dormido nada.

No digo nada porque tengo mucha vergüenza por mi comportamiento; me acuesto en la cama dándole la espalda y luego siento como él se acuesta detrás de mi y pasa su brazo por mi cintura pegándose a mí, después de lo que parece ser una eternidad vuelvo a caer en los brazos de Morfeo.

SIEMPRE HAS SIDO MÍA (Saga Gemel@s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora