22. Sorpresa especial.

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—¿Ya todo está arreglado? —pregunta mi madre.

—Sí Sra., todo está bien —dice Max.

—Ya me di cuenta que estabas mirándonos desde la ventana, mamita —le digo.

—Lo siento —ríe nerviosa.

—No se preocupe. Yo me tengo que ir, hablamos mañana.

—Te acompaño a la puerta —y caminamos hacia la entrada de la casa. Max me da un beso corto en los labios y se va. Yo entro a la casa nuevamente.

—¡Hija, estoy tan feliz por ti! —me abraza mi madre.

—¿Gracias? —digo, extrañada.

—Me encanta Max como tu novio.

—No somos novios...

—¿Cómo no? Yo los vi besarse...

—Sí, pero aún no somos novios. Nadie se lo ha pedido a nadie.

—Puedes pedírselo tú... Ahora las mujeres podemos hacer esas cosas, claro que sí.

—No sé... voy a pensarlo.

(******)

Pasaron los días y hoy era jueves, día de películas y actuación como actividades de aniversario en la escuela. No sé qué películas íbamos a ver hoy pero yo me voy a quedar en esa actividad, ¡qué vergüenza actuar frente a todos!

Llegamos con Bea al lugar en donde van a dar las películas, nos sentamos y miro a mi alrededor buscando a Max, sin embargo no lo encuentro.

—¿Sabes qué películas vamos a ver hoy? —me pregunta mi amiga. Yo no le presto atención, ya que sigo mirando el lugar— ¡Isa!

—¿Qué? —salgo de mis pensamientos— ¿Qué me decías?

—Si sabes que película vamos a ver hoy... yo tampoco veo a Max... —me dice mirando hacia los lados y atrás.

—¡Ay! Si no lo estaba buscando...

—No, si no... ¿a quién más vas a estar mirando?

—Ya, bueno... sí, estaba mirando que todavía no llega... ¿Estará con Martha?

—Quizás... quién sabe. Pero ya va a llegar, tranquila —en eso aparece Max por la puerta, y detrás de él, Martha. Se sientan detrás de nosotras— Y hablando del rey de Roma...

—Y mira con quién viene...

—Tranquila. Él te dijo que sólo es su amiga.

—Sí —escucho un susurro en mi oído "Hola". Yo me doy vuelta y miro a Max— Llegaste —le sonrío.

—Sí. Vinimos a ver la película, ¿Sabes cuál van a colocar?

—No aún.

Llega el profesor, quién está encargado de la actividad de hoy, y nos dice que veremos "En busca de la felicidad". ¡Ay! Yo cuando vi esa película, lloré. Pero bueno, tendré que llorar otra vez.

—¿Trajiste pañuelos? Yo voy a llorar con esta película —me dice Bea. Yo me río.

—Yo también.

Comienza la película y yo estoy atenta a la pantalla. Es que la actuación de Will Smith es increíble. Miro a mi lado y Bea está con las piernas dobladas y de vez en cuando esconde su cabeza en ellas, sin querer mirar las escenas tristes. Esta película la vimos una vez con Bea en su casa, y lloramos juntas, cuando terminó su mamá encendió la luz y se asustó porque estábamos las dos con los ojos y la nariz roja de tanto llanto.

La película ya va por la mitad, y siento unos susurros en mi oído.

—¿Quieres ir a otro lugar? —me dice Max. Yo me doy la vuelta y lo miro a los ojos.

—¿En qué estás pensando? —le pregunto, nerviosa.

—Nada malo. Sólo ya no quiero ver la película, ¿me acompañas? —me dice, poniéndose de pie. Yo no sé si seguirlo, quizás el profesor nos puede decir algo...— Vamos —me insiste, mientras camina hacia la puerta despacio, y yo sigo sentada.

—Voy a salir con Max un rato. Si la profesora pregunta, le inventas cualquier cosa, tú eres experta en eso —le digo a Bea y río despacio, mientras me pongo de pie y sigo a Max— ¿A dónde vamos? —le pregunto a Max, cuando ya salimos del lugar, sin que nos haya visto el profesor.

—¿A dónde quieres ir tú?

—No sé, al único lugar donde no haya nadie que nos moleste —le sonrío.

—Está bien. Conozco ese lugar... —me toma de la mano, y me guía hasta nuestro lugar secreto— Antes de entrar te tengo que vendar los ojos...

¿Qué? ¿Vendarme los ojos? Quizás qué va a hacer... Ahora me pongo más nerviosa.

—¿Vendarme los ojos? ¿Por qué?

—Es una sorpresa... confía en mí.

¡Ay! ¿Otra sorpresa? Este hombre cada vez me encanta más. Él me venda los ojos y escucho que abre la puerta, toma mi mano y me guía dentro del lugar. Cierra la puerta y antes de destapar mis ojos, me dice —Espero que te guste. Yo abro los ojos y me sorprendo de inmediato, el lugar está decorado con algunos globos y corazones, y hay un camino con pétalos de rosas que dirige a una caja que tiene un cartel que dice "ábreme".

—Está todo hermoso, Max —lo miro y le sonrío.

—Me alegro que te haya gustado. Ahora tienes que seguir el camino de pétalos... —hago caso a lo que me dice. Camino hacia donde me indican los pétalos de rosas que están en el suelo y hago lo que dice la caja. La abro y dentro hay un oso de peluche que en sus brazos tiene una carta. La leo y de inmediato me doy cuenta que está escrita por él, dice cosas tan tiernas, y al final tiene escrito "...por todo esto y porque quiero estar contigo en las buenas y en las malas... Isabella Mitchell ¿quieres ser mi novia?".

Levanto la vista y Max tiene una rosa en la mano.

—Claro que sí quiero ser tu novia —le respondo. Y corro a abrazarlo. Nos separamos y nos besamos apasionadamente. Soy la mujer más feliz del mundo. Ahora soy la novia de Max Smith.

Nos quedamos sentados abrazados un buen rato, conversando y riéndonos. ¡Tengo novio! Aún no puedo creerlo. Nunca busqué tener novio, sólo esperaba que llegara en el momento indicado, además, aún soy joven. Pero desde que llegó Max a mi vida todo cambió, en un comienzo pensaba que a él no podía gustarle, porque fue todo muy extraño, ¿de la noche a la mañana me encontraba linda y me enviaba indirectas? Pero bien, así me di cuenta que todo era verdad, y que en realidad sí le gustaba y él me terminó gustando también.

—¿Deberíamos volver? —le pregunto.

—No, quedémonos otro rato así, abrazados, juntos.

—Está bien. No me puedo negar a eso —río tímida. Max está sacando todo mi lado cursi que no sabía que tenía.

Feelings For Him © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora