Feelings For Him © ✔

32. Confrontación.

Luego de cortar la llamada con Noah, le envío de inmediato mi dirección por mensaje. Le aviso a mi mamá que vendrá un compañero a estudiar.

—¿Y Max? —me pregunta.

—¿Qué pasa con él? Está en su casa. ¿Por qué me preguntas por él?

—Porque es tu novio ¿o ya no?

—Sí, es mi novio. Noah es sólo un compañero, mamá.

—Está bien. Les cocinaré algo para que estudien a gusto, entonces —me dice y se va a la cocina.

Pasan aproximadamente unos 15 minutos y llega Noah.

—¡Hola! —lo saludo apenas abro la puerta— ¡Pasa! —él entra.

—Bonita casa —me dice. Yo le sonrío— ¿Estás sola?

—Gracias —le sonrío— Y no, mi mamá está en la cocina. Dijo que nos iba a cocinar algo para comer mientras estudiamos —me río— Le dije que no era necesario, pero insistió.

—Así son las madres —me dice— ¿En donde estudiamos?

—En el comedor. Por acá —Noah me sigue— Traigo mis cuadernos y vuelvo —le digo mientras voy a mi habitación.

Cojo mis cuadernos, y en la puerta está Melissa.

—¿Quién es él? —me pregunta, seria.

—Un compañero, Meli. ¿Qué pasa? —le pregunto.

—¿Segura?

—Sí. ¿Tu también? Mamá me dijo lo mismo. ¡Somos compañeros, nada más! —le digo, y bajo las escaleras rápido, antes de que pueda decirme algo más. ¿Qué les pasa? Noah es sólo un compañero y estudiaremos juntos. Yo quiero a Max, ¿de qué se preocupan tanto?

Llego y veo a Noah conversando con mi mamá.

—Llegué. ¿No te estará molestando mi mamá? —le pregunto a Noah.

—No, tranquila —se ríe despacio— Me estaba contando cómo eras cuando pequeña, y casi me muestra fotos tuyas.

—¡Mamá! —le digo. ¡Me está dejando en vergüenza!— ¿Estudiamos? —ahora me dirijo a Noah. Él asiente y mi mamá vuelve a la cocina.

Comenzamos a estudiar. Prácticamente yo le enseño casi toda la materia, es que historia me encanta. Le muestro imágenes mientras le explico distintas cosas, él me pone atención y en ocasiones siento su mirada fija en mi rostro. Yo me coloco nerviosa, sin embargo sigo explicando y no le tomo importancia. Mi mamá nos trae unas galletas que acaba de cocinar, las comemos mientras reímos. Seguimos con el estudio, y coloco mi mano encima de la página del libro, él hace lo mismo y nuestras manos se rozan. Yo la quito de inmediato. ¿Qué está pasando Isabella? Noah es sólo un compañero y tu tienes novio, esto no puede pasar.

—Isa... —me dice.

—Dime —le sonrío.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por enseñarme la materia. En serio que yo no sé nada de historia —se ríe despacio.

—No te preocupes. A mi me encanta explicar la materia —le sonrío. Él me abraza. En ese momento escucho un carraspeo. Giro la cabeza y veo a Max. ¿En qué momento tocaron la puerta? Me separo rápidamente de Noah.

—Max... —es lo único que sale de mi boca. Me acerco a él— ¿Qué haces aquí?

—Te vine a ver. ¿Podemos conversar? a solas... —le da una mirada rápida a Noah.

—Sí. Vamos afuera —le digo— ¿Me esperas? Vuelvo en unos minutos —me dirijo ahora a Noah. Él asiente.

¿Por qué está tan serio? Ese abrazo que vio es de compañeros, amigos... Además Noah fue el que me lo dio. Llegamos al patio.

—¿De qué quieres hablar? —le pregunto tranquila.

—¿Qué fue ese abrazo con Noah? —me dice serio.

—Eso, un abrazo. ¿Qué estás pensando, Max? —¿No estará pensando qué pasa algo más entre Noah y yo? Está loco si piensa eso. Somos novios, yo lo quiero a él.

—Yo no pienso nada. Eso dímelo tú... ¿Pasa algo entre ustedes? —ya me lo imaginaba.

—¡No! Él me abrazó. Es mi compañero de curso, nada más. Yo te quiero a ti.

—Eso no parecía sólo un abrazo de compañeros de curso...

—¡Lo mismo podría decir yo! Tu tampoco abrazabas a Martha como "amigos" —hago comillas con mis dedos.

—¡Yo pensaba que eso ya estaba superado! Martha es una amiga, nada más. Tú lo sabes —me dice alzando la voz.

—¡Pero ella no quiere eso contigo! —le digo usando su mismo tono de voz.

—¿Qué... dices? —me pregunta confundido y ¿nervioso?

—Eso. Yo los escuché, Max. ¡Martha está enamorada de ti! —le suelto. Era ahora o nunca. Apenas lo confieso, me siento más aliviada. No podía seguir guardándolo, en algún momento tenía que confrontarlo.

—¿Qué escuchaste exactamente?

—Martha decía que te amaba...

—Yo... no sé qué decirte.

—Y no digas nada. ¡A ella le gustas, Max! ¡Y tú lo sabías! —le espeto. De un momento a otro estoy enojada, enojada con Martha porque le gusta mi novio, y con Max porque sabía todo y no dijo nada.

—Pero yo no hice nada. Tú me gustas Isabella, no ella. Yo le había dejado claro todo a Martha, y ella aceptó que siguiéramos siendo amigos. ¡Hasta me ayudó a pedirte que fueras mi novia!

—Ya, pero no me dijiste nada.

—¡No podía! Ella me lo pidió... No quiero pelearme contigo...

—Yo tampoco... pero esto me supera Max... Ella siempre ha estado entre nosotros. Aunque sea sólo tu "amiga" —hago comillas con los dedos— sigue comentando sobre nuestra relación, y yo quiero una relación tranquila.

—Y yo también quiero eso. Pero te prometo que conversaré con Martha, y le dejaré todo claro. Yo te quiero, Isabella —se acerca a mí— No me quiero separar de ti —mira mis labios y los besa. Yo le sigo el beso y coloco mis manos en su cabello. Nos separamos.

—Yo también te quiero, y mucho —lo miro a los ojos— Y está bien, voy a confiar en ti.

—De acuerdo. No te fallaré.

Ya me saqué un peso de encima. Lo que escuché de Martha y Max lo tenía atorado en la garganta, y ya no podía seguir atormentándome sobre eso, tenía que contárselo. Por suerte Max lo entendió y va a dejarle las cosas claras a Martha, espero que todo salga bien. Tiene que salir bien.