15. Muestras de cariño.

124 14 0
                                    

—Sí, bien... Hoy volvió a clases... —le respondo, cortante.

—Me alegro que esté mejor. Nos vemos en clases Isa.

—Nos vemos Martha.

Seguro que Max le contó. Es el único que sabía y que es amigo de Martha. ¿Quién se cree que es para contarles mis cosas a los demás? Está bien que nos estemos conociendo, y que pueda saber lo que me pasa, pero él no debería contárselo a todo el mundo. Camino hacia la sala de clases, un poco enojada por lo que acaba de pasar.

—Amiga, ¿Cómo estás? —me saluda Bea, mientras me siento.

—Bien, o sea en realidad no sé cómo sentirme.

—¿Te pasó algo? ¿Meli está bien?

—Sí, ella está mucho mejor. Es otra cosa...

—¿Qué pasa? —me pregunta, preocupada.

—Creo que Max le anda contando mis cosas a los demás...

—¿Por qué lo dices?

—Martha llegó a preguntarme por mi hermana... y los únicos que sabían lo que había pasado eras tú y Max, y cómo él es amigo de Martha...

—Él no tiene ningún derecho a contar tus problemas... deberías hablar con él. Está bien que le gustes, pero no debería haber hecho eso...

—Sí, creo que lo voy a hacer —entra la profesora y comienza su clase.

El día se pasó volando. Cada cierto tiempo le enviaba mensajes a Meli para saber cómo se sentía, ella me respondía que no me preocupara tanto, que estaba bien, pero es mi hermana, y acaba de estar en un hospital, no podía dejar de preocuparme por ella.

Iba saliendo del colegio y alguien me grita a mis espaldas "¡Isa!". Me voy vuelta y es Max.

—Hola Max —lo saludo.

—Hola, ¿Cómo estás?

—Yo bien ¿y tú? ¿Cómo está tu hermana?

—Bien, hoy día volvió al colegio.

—Qué bueno. Quería invitarte a tomar un helado, ¿quieres? —quizás ahora es el momento para aceptar una de todas las veces que me ha invitado a salir. Además, podría conversar con él sobre lo que pasó con Martha.

—Sí, claro. Vamos, sólo déjame avisar en mi casa que llegaré un poco más tarde —llamo a mi mamá, ella me dice que no me preocupe por Melissa y que me va a hacer bien salir a despejarme un poco de todo.

Caminamos juntos. El día está soleado, y los árboles con flores, indicando que se acerca la primavera. Llegamos a una heladería cerca del colegio y esperamos nuestro turno para pedir nuestros helados.

—¿Qué sabor vas a elegir? —me pregunta Max.

—No sé, aún no me decido —le respondo. Sin darme cuenta mi voz es cortante.

—¿Te pasa algo?

—No, sólo estoy un poco estresada por todo. No te preocupes —le sonrío. Espero que no se haya visto muy falsa mi sonrisa.

Pedimos nuestros helados. Yo pedí chocolate suizo, mi helado favorito, y Max de pasas al ron. Caminamos hacia la plaza cercana, y nos sentamos en las bancas.

—¿Ese es tu helado favorito? —le pregunto.

—Sí, ¿a ti no te gusta?

—No es mi favorito, es que a quién se le ocurre mezclar pasas con helado —pongo cara de disgusto. Él coloca cara de que le rompí el corazón con lo que dije. Yo sólo me río.

—Es lo mejor del mundo. Pruébalo —acerca su helado a mi cara. Yo me alejo.

—No, gracias. Estoy bien con mi chocolate suizo —me vuelvo a reír— menos mal no existe un helado que tenga acelga, me muero.

—Sí quieres podemos crearlo, y tú serás la primera en probarlo —me dice.

—No, no te preocupes. No hay necesidad de crear sabores nuevos —reímos. Sin embargo, siento que necesito hablar con él sobre lo que pasó— Oye, muchas gracias por acompañarme con todo lo que pasó con mi hermana.

—No es nada. Tú sabes lo que siento por ti, y quiero apoyarte.

—Sólo que tengo una pregunta... —le digo, nerviosa.

—Sí, dime.

—¿Tú le contaste a Martha sobre lo que le pasó a Melissa? —me mira, tranquilo.

—Sí, ¿por qué? Pensé que podría saber, como es tu compañera de curso...

—No, es que siento que esas son cosas personales. Los únicos a quienes les conté fueron a ti y a Bea, a nadie más —bajo la cabeza.

—Lo siento, no pensé que te iba a molestar, en serio...

—Es que no es necesario que le cuentes a ella. Está bien si es tu amiga, pero no es la mía —le digo cortante. No es lo único que le ha contado, siento que Martha le ha contado más cosas sobre mí a Max.

—Ya, en serio lo siento Isa. No volverá a pasar. Si tú no quieres que le cuente nada a nadie, no lo voy a hacer.

—Ok. Ahora no te preocupes, si no volverá a pasar, te creo.

—¿En serio? ¿Confías en mí?

—Claro, ¿Por qué no habría que hacerlo?

—No sé, recién nos estamos conociendo... pensé que quizás... —lo corto. Y lo abrazo. ¿Qué te está pasando Isabella? ¿Tú? ¿Dando muestras de cariño? No sé, quizás Max me está cambiando...

Feelings For Him © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora