42. Confesión de amigos.

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Saluda a todos y comienza a conversar con los demás. Espero que no sepa que estoy aquí, no quiero hablar con él. Desde ese día de final de año no volví a hablar con él, no lo enfrenté por lo que hizo con Martha, y no quiero hacerlo hoy.

Todo es risas y buen ambiente. Alguien enciende el equipo de música y la mayoría se coloca de pie y comienzan a bailar. ¿Que esto no era una junta tranquila entre amigos? Yo miro a Bea y me sonríe tímida como diciendo "lo siento". Yo no digo nada, no puedo hacer nada, no puedo llegar e irme de aquí, le prometí que iba a volver con Bea y aparte recién llegamos, no puedo arruinarle la fiesta a mi amiga. Ella se pone de pie y va a bailar con Chris. Yo me quedo sentada en el sofá, mirando como Bea sonríe y se mueve al ritmo de la música. En eso siento que alguien se sienta a mi lado ¡Diosito, escúchame! ¡Que no sea Noah! ¡Que no sea Noah! Y no me escuchó, era él.

—Hola —me saluda. Yo me hago la que no escuché y no me giro a mirarlo, sigo con la mirada puesta en donde todos están bailando— ¿Isa? —dice mientras toca mi hombro. No me queda otra que responderle.

—Hola —le digo seria y vuelvo a girarme.

—¿Te pasa algo? —pregunta confundido.

—No —le respondo sin girarme.

—¿Por qué no me miras? es obvio que estás enojada conmigo, y no sé qué te hice —¡El sabe muy bien lo que hizo! Lo miro a los ojos.

—No quiero mirarte, no quiero pelear. Déjame tranquila.

—¿Pero por qué pelearíamos? —me pregunta y yo no digo nada. Después de unos minutos él vuelve a hablar— ¿Podemos hablar afuera? —miro hacia otro lado y cruzo los brazos— Por favor.

Sin decir nada me pongo de pie y salgo de la casa. Siento que Noah me sigue. Llegamos y me acaricio los brazos, hace mucho frío aquí afuera y se me olvidó traer chaqueta.

—¿De qué quieres hablar? —suelto.

—De tu actitud. ¿Por qué estás tan enojada conmigo? No hablamos desde que salimos de clases. Nosotros somos amigos.

—Éramos amigos —digo, recalcando la primera palabra— Yo perdí toda confianza en ti después de lo que hiciste.

—¿Y qué fue lo que hice? —me pregunta aún más confundido.

—¿Y aún me lo preguntas? Te resultó ese famoso plan con Martha, Noah —le digo, alzando la voz. Él abre los ojos sorprendido. ¿Qué es lo que le sorprende tanto?

—¿Plan? ¿Qué sabes de eso? —me pregunta. ¡Ah, así que lo afirma!

—Te escuché hablando con Martha sobre el plan que tenían para separarnos a Max y a mí. ¡Me decepcionaste, Noah! Yo creí que eras mi amigo.

—¡Y lo soy! Sólo que Martha no debía besar a Max. La idea era sólo que ustedes se enojaran, pero nada más. Nunca quise que él te engañara, nunca te haría eso.

—Pero lo hiciste. Y agradece que aún no le he dicho nada a Max sobre esto.

—¿Ustedes siguen juntos? —¿Y tiene el descaro de preguntar eso?

—No voy a responderte eso. Ya no tienes el derecho a saber nada de lo que pasa conmigo, tú arruinaste esta amistad. ¡Yo confiaba en ti, Noah! —digo enojada. Ya no lloraré más, no me quedan más lágrimas que botar.

—¡Y lo siento! —dice llevando sus dos manos a la cabeza y me da la espalda por un momento. Cuando me vuelve a mirar tiene los ojos mojados. ¿Está llorando? ¿Es enserio?— ¡Yo no quería que las cosas terminaran así! Tú eres una de las pocas amigas reales que he tenido.

¡¿Qué?! ¿Es enserio lo que me está diciendo? ¿Amiga real?

—¿Por qué dices eso? —le pregunto mientras toco su hombro para tranquilizarlo.

—Yo soy el típico chico que realiza las mejores fiestas, bebe y la pasa bien. Pero todas esas personas que vienen a las fiestas son sólo conocidos, no son amigos, yo soy más bien un tipo solitario. Nunca a ninguno de ellos les he contado mis problemas, me he reído de verdad como contigo. Y no lo digo de manera romántica ni mucho menos, yo siento que puedo confiar en ti como amiga, Isabella.

¡Qué confesión, señores! Nunca esperé que Noah fuera un chico que no tuviera amigos, ya que siempre se le ve rodeado de gente. Ahora sé que no es así. ¿Será bueno perdonarlo? Tampoco soy tan mala persona para que siga estando solo, y yo también la pasaba bien cuando estaba con él.

—No sé qué decirte, Noah. Yo también te considero mi amigo, pero también me dolió lo que hiciste...

—Sí lo sé, ¿qué puedo hacer para que me perdones? —me mira, sonriéndome.

—Habla con Max. Cuéntale todo, ya que él también es tu amigo, ¿o no?

—Sí, pero...

—Pero nada —lo corto— Yo también tengo que hablar con Max, y no sé si podré perdonarlo. Pero es bueno que tu hables con él, y le cuentes la verdad. Si son amigos reales, como dices tu, te perdonará. Si quieres hasta yo hablo con él, y lo convenzo de que lo que hiciste sólo se te fue de las manos —le sonrío. Noah se acerca a mí y me abraza.

—Gracias —me dice. Yo acepto su abrazo.

Creo que después de esto ha llegado el momento de enfrentar de una vez por todas a Max. Y no me puedo arrepentir, en algún momento tengo que hacerlo. Después de todo él sigue siendo mi novio, ¿o no?

Feelings For Him © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora