—¿Por qué me miran? —pregunto extrañada.
—¿No te atrae tu novio? —me pregunta Martha.
—Claro que me gusta Max... —doblo la cabeza hacia él, nerviosa.
—Yo digo si te atrae sexualmente... ¿o ustedes aún no...? —¡¿Qué?! ¿Por qué me hace esas preguntas? no debería interesarle lo que hacemos o no Max y yo... yo nunca he pensado en eso desde que somos novios, ni siquiera se me ha pasado por la cabeza. Yo me quedo callada, me da mucha vergüenza hablar de eso, y más encima frente a todos. Max habla por mí.
—Ya déjala Martha, a ti no te interesa lo que hacemos o no en nuestra intimidad —le dice alzando la voz.
—Yo sólo preguntaba, ¿así es el juego o no?
—Ya, déjalo —responde Max. Y seguimos jugando, yo sin mucho ánimo, sin embargo, del enojo por todo lo que había pasado con la Srta. Martiche me dieron ganas de seguir bebiendo, y ayudaba que cada vez que dejaba dejaba mi vaso vacío en la mesa venía Noah y me lo llenaba otra vez. Ya después de, deben de haber sido unos cuatro o cinco, ya no recuerdo cuántos vasos, me sentía un poco mareada, por lo que me pongo de pie, dispuesta a salir a tomar un poco de aire, sin embargo me tambaleo y caigo sobre Noah.
—Oh... Dis...culpa —digo, ya me costaba hasta juntar las letras para decir una palabra. Como puedo trato de ponerme de pie otra vez, pero él me agarra el brazo.
—¿Qué estás haciendo? —dice Max de repente, con el ceño fruncido. Noah me suelta y yo pierdo el equilibrio y caigo. Max de inmediato me ayuda a pararme— Ten cuidado, ya bebiste mucho.
—Se nota que no bebe mucho —dice Noah.
—Tú cállate —espeta Max. Toma mi brazo y me guía hacia la puerta de entrada— ¿Quieres irte?
—No... toda...vía no. Estoy pasán...dola bien —le digo, a la vez que respiro profundamente.
—Sólo un rato más, luego nos vamos. Te iré a buscar un vaso de agua, espérame aquí.
—No te vayas... —tomo su brazo. Él ríe despacio.
—Voy y vuelvo. No te muevas.
Max se va y yo me quedo observando a mi alrededor, todas las personas están bebiendo y riéndose. ¡Yo nunca había bebido tanto! a excepción de esa vez con Bea, pero nada más. Isabella, estás toda una rebelde sin causa, me río ante mi pensamiento. Si esta es una de las primeras veces que bebo, ¿hay que disfrutarlo o no? Sin pensarlo entro a la casa, cojo un vaso que había en la encimera de la cocina y bebo su contenido. Luego camino hacia una mesa que había en medio de la casa y me subo arriba, comienzo a bailar al ritmo de la música. Todos comienzan a darse vuelta y observan mi espectáculo, empiezan a gritar alentándome y aplauden a la vez, yo me siento bien, esto se siente bien, ¡ya no quiero ser la niña tímida! Sigo bailando hasta que siento que mis pies no tocan el suelo, alguien me carga en sus hombros, no sé a dónde me lleva, en el camino las voces las escucho cada vez más lejos y de un momento a otro todo se me va a negro.
(******)
Abro los ojos, aún media dormida y miro a mi alrededor. ¿Dónde estoy? Esta no es mi habitación. Levanto las sábanas y miro mi ropa, estoy sólo con una camiseta que no es mía, ¿y mi ropa? ¿de quién es esa habitación? ¿pasó algo y no lo recuerdo? Llevo mis manos a mi cabeza ¡qué dolor más grande! ¿bebí mucho anoche? creo que sí, pero no recuerdo mucho. Miro la mesita de noche y hay un vaso de agua y unas pastillas, al lado hay un papel "Isa, tómate esas aspirinas, te van a ayudar con el dolor de cabeza que de seguro tendrás cuando despiertes. Salí a comprar desayuno, vuelvo en unos minutos. Te quiero. Max". ¡¿QUÉ?! ¡Estoy en su habitación! Nunca había venido aquí, en realidad nunca había venido a su casa... es linda. Meto la pastilla en mi boca, y bebo el vaso con agua, espero que haga efecto rápido. Me pongo de pie buscando mi ropa por todos lados, no la encuentro y vuelvo a acostarme. ¿Mi celular? ¿dónde estará? Mis papás deben de estar preocupados porque no llegué a dormir a la casa. Lo busco entre las sábanas y lo encuentro debajo de la almohada. Lo reviso y no tengo ninguna llamada perdida, sólo un mensaje de mi mamá, preguntándome si ya había despertado. Veo la hora, son las once de la mañana, ¿por qué me despierto tan temprano un fin de semana? En eso aparece Max por la puerta con dos café en la mano y una bolsa de papel en la otra.
—¿Cómo amaneciste bella durmiente? —se acerca a mí y me da un beso en los labios. Se sienta en la cama.
—Bien, supongo. ¿Qué pasó anoche? ¿Dónde está mi ropa? ¿Pasó algo entre noso..tros? —me cuesta preguntar lo último.
—Tranquila, responderé todas tus preguntas. Lo primero, anoche pasaron muchas cosas —ríe— ¿no te acuerdas de nada?
—No mucho, quiero decir, lo único que sé es que bebí mucho. Yo no soy así, te lo juro —me excuso. ¡Qué vergüenza! Quizás que habré hecho ayer borracha...
—Lo segundo, tu ropa está en la lavadora, tenía olor a licor, por lo que supongo que no querrás que tus papás te vean con esa ropa. Y tercero, no Isa, no pasó nada que tu no hubieras querido. —¿Qué habrá querido decir con eso último? ¿no pasó nada que yo no hubiera querido? lo malo es que no me acuerdo qué fue lo que sí quise.
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Feelings For Him © ✔
Teen FictionDicen que el primer amor no se olvida... ¿Será amor o sólo cariño? ☆ Primera y única historia con este nombre ☆ Espero que la disfruten 🌷 #2 en #basadaenhechosreales 《28/08/2020》 #7 en #nocliché 《04/09/2020》 #2 en #firststory 《03/10/2020》 #14 en #f...