35. Estudiando la exposición, juntos.

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Hoy llego temprano a la escuela ya que tengo una exposición frente a toda la clase. Puede que estos últimos meses ya sienta menos vergüenza y no sea tan tímida con los demás, sin embargo hablar sobre un tema frente a todos sigue haciendo que me coloque nerviosa. Apenas entro en la escuela veo a algunos compañeros que están estudiando, ya que también tienen que exponer. Camino dirigiéndome directo al lugar donde hace unos días casi pasa "algo más" con Max, hacia nuestro escondite, allí podré repasar más tranquila lo que tengo que decir en la exposición. Doy unos pasos y siento que alguien camina detrás de mí, me doy la vuelta y no veo a nadie. Debe ser mi imaginación. Voy llegando y vuelvo a sentir una presencia cerca mío, vuelvo a girarme y no veo nada. ¿Me estoy volviendo loca?

Entro a la pequeña sala y me siento en el suelo. Saco mis cuadernos y me pongo a hablar en voz alta, practicando lo que tengo que exponer. Pasan unos minutos y siento un golpe en la puerta ¿Quién toca la puerta? y tan temprano... Si fuera un profesor no se le ocurriría tocar la puerta, solo llegaría y entraría. Con nervios camino hacia la puerta y la abro despacio. Es ¿Noah? ¿Qué hace aquí?

—¿Noah? ¿Qué haces aquí? —le pregunto sorprendida. Ahora ya no será nuestro escondite con Max...

—Te vi caminar hacia acá, ¿no te molesta si te hago compañía? —me sonríe. Yo quería estudiar... quizás el me puede ayudar, ya le tengo algo de confianza y no me da vergüenza estar con él. Así puedo explicarle a él lo que tengo que decir frente a todo el curso, sería como un ensayo de la presentación que tengo que realizar.

—No. Sólo si me ayudas a estudiar —le sonrío también. Me aparto de la puerta y lo dejo entrar. Cierro la puerta a mis espaldas.

—¿Ayudarte a estudiar? ¿En qué?

—Tú sería como mi público, imaginemos que estoy frente a todo el curso. Estoy estudiando la presentación que tenemos hoy —me río despacio. Él asiente.

—Comprendo. Yo feliz te ayudo.

—Gracias.

Comienzo a hablar acerca del tema que me toca exponer, lo bueno es que es sobre mi materia favorita. Me apasiona el tema y todo lo digo tan segura que no se me dificulta, olvidándome que luego tengo que hablarlo frente a todos mis compañeros. En un momento siento que Noah me mira fijamente, me siento un poco incómoda, pero no lo tomo en cuenta y sigo hablando. Cuando termino, él aplaude. Yo me río.

—No es para tanto.

—Te salió todo muy bien, Isa. Te sabes el tema al revés y al derecho, te va a ir muy bien.

—Gracias —le sonrío— ¿Y tú estudiaste?

—Sí, espero que me vaya bien.

—Entonces ahora te toca a ti. Háblame sobre tu tema.

—No es necesario, yo ya me lo sé.

—Por eso mismo entonces, si te lo sabes no te va a costar nada decirlo —le sonrío divertida.

—Está bien —dice resignado— Ahí voy —me sonríe.

Comienza hablar sobre su tema muy seguro. Yo sólo lo miro y le sonrío de vez en cuando, incitándolo a que me siga conversando acerca de su tema de exposición. En un momento nos quedamos mirando a los ojos fijamente. Tiene una mirada penetrante, siento que con solo mirarme puede saber qué es lo que estoy pensando. Él se calla y de a poco se va acercando a mí. Yo rápidamente bajo la mirada, él lleva su mano a mi barbilla y me obliga a volver a mirarlo. Lleva su mirada de mis ojos a mis labios. ¿Qué está pasando, Isabella? Escucho a mi subconsciente y sin pensarlo más, con un poco de nervios me pongo de pie.

—Ehh.. tengo que ir a la sala de clases —digo mientras tomo mis cuadernos y los meto en la mochila. Me giro y apenas coloco mi mano en la manilla de la puerta, Noah toma mi brazo. Yo me giro pero miro hacia otro lado.

—¿Qué pasó? ¿No seguiremos estudiando?

—No.. debe estar por sonar el timbre para ir a clases. Tú también deberías ir a la sala de clases —le digo, sin mirarlo.

—¿Te molestaste por algo? —me pregunta tranquilo— ¿Hice algo que te molestó?

—No, sólo me tengo que ir.

—Si hice algo, discúlpame, en serio. Ahora, ¿cómo estuvo la explicación de mi tema? —me sonríe. Yo sigo sin mirarlo. Sé que si lo miro, me volveré a colocar nerviosa, y eso no ayudará a relajarme antes de mi exposición en unos minutos.

—Bien —es lo único que logro decirle.

—Pero Isa... sé que te pasa algo —toma mi barbilla, yo me resisto y no lo miro— Mírame —¿Por qué me hace esto? Sé que no siento nada por Noah, yo quiero a Max, pero hace que me coloque nerviosa si estoy muy cerca de él. No me queda otra opción que hacer lo que me dice.

—¿Qué.. pasa? —le digo nerviosa.

—No estés nerviosa, tu exposición va a salir muy bien —me mira a los ojos y luego me abraza— Esto es para darte ánimos —dice por encima de mi hombro. Yo me sorprendo, sin embargo sigo nerviosa y no reacciono, mis brazos siguen en su lugar.

—Gracias —me separo de él— Ahora si tengo que ir a la sala de clases —le coloco una sonrisa lo mejor que puedo. Él hace lo mismo y me abre la puerta. Yo salgo y camino muy rápido, sin darme cuenta si viene detrás mío o no. En el camino escucho que suena el timbre, anunciando el inicio de las clases.

Feelings For Him © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora