—Hola Isa. Tu mamá me dejó entrar —me sorprendí. Ahora mi mamá me va a preguntar por él todos los días.
—Hija, como lo ibas a tener esperando afuera, por eso lo hice entrar, para que te esperara aquí —dice mi madre.
—Está bien. Ahora estoy lista. Vamos. —le digo a Max.
—De acuerdo. Adiós Sra. —se despide de mi mamá.
—No me digas así, que me siento vieja —se ríe mi mamá. Max sonríe incómodo.
—Ya mamá. Nos vamos, vuelvo más tarde —le digo, esperando que no me pregunte nada más— Adiós Bea, nos vemos mañana. Perdón por dejarte aquí —le digo a mi amiga, que había bajado conmigo.
—No te preocupes, tu anda tranquila.
Apenas salimos de la casa, Max me abraza.
—¿Qué pasa? —le digo, extrañada por ese abrazo.
—Nada, sólo que tenía ganas de hacerlo, te extrañaba.
—Pero si nos vimos hace un día.
¿Así es estar con alguien? ¿Se dicen cosas cursis? No sé si me acostumbraré a eso.
—Ya lo sé. ¿Vamos? —me extiende su mano para que yo se la tome. Lo hago.
—Está bien. ¿A dónde vamos? —le sonrío.
—Es una sorpresa.
¡Me encantan las sorpresas! ¿Pero dónde me llevará? Ya no pienso que me puede secuestrar, porque ya nos conocemos —río para mis adentros. Era una loca cuando pensé que Max me quería secuestrar en la escuela. Por lo que sólo dejo que Max me guíe. Tomar su mano me encanta, siento que cada vez me gusta más.
—Llegamos —me dice. Es una especie de bosque, con un césped verde con algunas flores. La primavera es mi estación favorita, el comienzo del calor y el ver florecer los árboles... amo las flores, en especial los girasoles. Son hermosos. Max toma una manta y la coloca en el suelo. Estaba tan emocionada en el camino que ni cuenta me di que él venía con un bolso y una cesta, ¿haremos un picnic?— Siéntate. ¿Te gusta?
—Sí, me encanta el lugar —le digo sonriendo— ¿Por qué tú conoces lugares que yo nunca había visto? Y eso que vivo aquí desde pequeña —Él se ríe.
—No lo sé. Soy curioso, me gusta investigar mucho más allá. Y cómo lo habrás imaginado, haremos un picnic. Traje todo lo necesario.
—Me encanta, en serio. Gracias.
—¿Gracias por qué?
—Por todo lo que haces por mí.
—Lo hago porque me gusta. Y tú también me gustas —me sonríe.
—Tú también me gustas Max —le confieso. Isabella Mitchell, ¡qué confesiones! Creo que Max te está ayudando a ser menos tímida, eh. Él me abraza— Sólo no apuremos las cosas. Yo nunca he tenido novio, así que no sé cómo es esto...
—Tranquila, yo nunca te voy a obligar a nada. Sólo dejemos que las cosas fluyan. Nos gustamos, eso es seguro.
¡Ayyy! Qué nervios. Espero que todo vaya bien. No quiero apurar nada, si las cosas se dan bien, y si no, también. Aunque prefiero la primera opción. Max lleva sus manos a cada lado de mi rostro y acaricia mis mejillas. Se acerca lentamente y sus labios tocan los míos. Yo me dejo llevar. Abro la boca y nuestras lenguas se juntan, así el beso cada vez es más profundo. Nos recostamos, aun besándonos, en el césped. Max lleva sus manos ahora a mi cintura y yo las mías a su cabello, es suave. Sin embargo, nos separamos por la falta de aire. Nuestras miradas se juntan y sonreímos.
—Te quiero —me dice él. Yo no sé qué decirle, decir que quiero a alguien igual es algo importante, me gusta Max, sí, pero necesito que pase más tiempo para decirle esas dos palabras. Sólo sigo sonriendo— ¿quieres comer?
—Claro —Max saca de la cesta toda la comida que trajo, entre ellas fruta, jugos y sándwich. Está todo delicioso— ¿cocinaste tu estos sándwiches?
—Sí, ¿te gustaron?
—Están deliciosos —le digo mientras le doy un bocado al pan.
Y así se pasó nuestra tarde, entre conversaciones, besos y comida. Confieso que yo antes pensaba que sólo las personas se besaban cuando ya eran novios, ahora me doy cuenta que no es así. A veces me da vergüenza besar a Max, sin que seamos novios aún, pero no quiero apurar las cosas. Bea me dijo que dejara fluir las cosas, y eso estoy haciendo.
El sol está escondiéndose, por lo que ordenamos las cosas y caminamos de vuelta a casa. Cuando nos despedimos, Max me entrega unas flores, y son girasoles, mis favoritas. Yo lo abrazo.
—Gracias, están hermosas —le digo. Nos besamos, antes de yo entrar por la puerta. Cierro los ojos y me apoyo en ella. Oigo un suspiro, y abro los ojos asustada— ¡Mamá!
—¡Qué lindo es el amor! —dice mirando las flores— Siguió mi consejo...
—¿Qué? ¿Qué consejo? ¿De qué hablas?
—Yo le dije a Max cuáles son tus flores favoritas, y parece que me hizo caso —yo la miro mal— ¿Qué? Sólo fue una ayudita.
—No era necesario. Todo fue perfecto.
—¿Y dónde fueron?
—Tenía organizado un picnic.
—¡Ay hija! Me encanta este chico, es todo un galán.
—¡Ya! No digas nada, me gusta, sí, pero no quiero apurar las cosas.
—Bueno hija, yo te apoyo en todo, como tú estés más tranquila.
Subo a mi habitación y en el camino Melissa me llama desde la suya. Entro y la veo leyendo.
—¿Qué estás leyendo? —le pregunto.
—Estoy estudiando, tengo que hacerlo después de las semanas de reposo que tuve, tengo que ponerme al día.
—Eso está muy bien, hermanita.
—¿Y esas flores?
—Me las dio Max.
—¿Max? ¿Y quién es él? No me habías contado nada —coloca una cara traviesa.
—Colocas la misma cara que mamá —nos reímos— Sólo nos estamos conociendo.
—¿Te gusta?
—Sí. Mucho —mi hermana me abraza.
—Estoy feliz por ti, hermanita.
Regreso a mi habitación, pongo mis flores con agua para que no se marchiten tan rápido. En la noche me llama Bea y hablamos sobre lo que había pasado hoy con Max, le cuento todo.
ESTÁS LEYENDO
Feelings For Him © ✔
Novela JuvenilDicen que el primer amor no se olvida... ¿Será amor o sólo cariño? ☆ Primera y única historia con este nombre ☆ Espero que la disfruten 🌷 #2 en #basadaenhechosreales 《28/08/2020》 #7 en #nocliché 《04/09/2020》 #2 en #firststory 《03/10/2020》 #14 en #f...