39. ¿Por qué lo hiciste?

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Con Noah nos separamos y nos quedamos mirando a los ojos unos segundos, mientras él se acerca de a poco a mí, mientras su mirada va a mis labios. Yo no logro hacer nada, me quedo quieta, mientras él se sigue acercando a mí, hasta que nuestros labios se están rozando. Sin embargo, yo no puedo besarlo, no lo quiero de esa manera. Noah es mi compañero y amigo, nada más. Me separo rápidamente de él.

—Disculpa —me dice, mientras mira hacia otro lado.

—Tranquilo. No puedo hacer esto, aún estoy de novia con Max.

—¿Aún? ¿Estás pensando terminar con él? —me pregunta, sorprendido.

—No lo sé. Hoy vi algo que hubiera preferido no haber visto —le digo bajando la cabeza y jugando con mis dedos. Ese abrazo me hizo calmarme un poco. Quizás si le cuento a Noah lo que vi entre Max y Martha, él me ayude y que me aconseje que hacer. Aún no estoy segura si terminar definitivamente con Max sea lo correcto. Yo aún lo quiero.

—¿Algo malo? Si no quieres contarme, lo respeto.

—Tranquilo, confío en que no andarás contándoselo a toda la escuela —le sonrío tímidamente— Vi a Max besarse con Martha.

Miro a Noah y raramente no lo veo muy sorprendido. ¿Él sabía algo que yo no? Quizás me estoy imaginando cosas. Este no es el momento para andar desconfiando de todos los demás.

—¿Y alguno de los dos te vio?

—No, o eso creo.

—Bueno... no sé qué decirte, Isa... —es lo único que sale de su boca.

—¿Qué harías tú en mi posición? —le pregunto, esperando que me diga algo que me ayude a tomar una decisión al momento de enfrentar a Max.

—No sé. ¿Tú quieres a Max?

—Claro. Es mi novio. ¿Tú crees que a Max le guste Martha?

—Sí le gustara Martha no estaría contigo... o quizás... —se calla.

—¿O quizás qué?

—Nada. No quiero suponer nada. Mejor conversa con él, escucha su versión de las cosas —me dice sonriendo.

—Creo que es lo que tendré que hacer. Sólo que en estos momentos no quiero verlo. Necesito tiempo para tranquilizarme y sacar esas imágenes de mi cabeza.

—Tú sabes lo que es mejor para ti. Y si necesitas un amigo, yo estoy aquí para ti, Isa —me sonríe.

—Gracias.

—Ahora, como último día de clases no podemos estar aquí encerrados. ¿Vamos afuera? Dijeron que hoy no hay clases, sólo actividades para aprovechar el último día aquí —me dice mientras se pone de pie. Me extiende su mano. Yo la acepto y hago lo mismo.

—Antes me gustaría ir al baño, a lavarme la cara. No puedo salir así, y que todo el mundo se de cuenta de que lloré —le doy una media sonrisa.

—Está bien. Te acompaño.

Salimos del lugar y caminamos hacia el baño de mujeres. Yo entro y Noah me espera afuera. Me miro al espejo y me veo el rostro con los ojos algo rojos. Abro la llave y me mojo la cara, me acomodo un poco el cabello y salgo del baño. Max no me arruinará mi último día de clases.

Camino junto a Noah hacia el patio de la escuela, donde están todos los demás, celebrando que se acaba el año escolar. Ahí está mi amiga, y me acerco a ella, Noah me sigue.

—¿Ustedes andaban juntos? —es lo primero que dice Bea.

—Algo así. ¿En qué están por aquí? —le sonrío lo mejor que puedo.

—Conversando y jugando, sólo hay que esperar a que suene el timbre para irnos a la casa ¡por fin último día de clases! —dice Bea emocionada. Pero mi amiga me conoce tan bien, que sabe que me pasa algo— ¿Estás bien?

—Luego te cuento. ¿Hacemos nuestra pijamada como todos los fines de año? —con Bea todos los años, nos juntamos y hacemos una pijamada para celebrar que ya finalizamos el año escolar. Comemos palomitas, vemos películas y conversamos hasta la madrugada.

—¡Claro que sí! Y por lo que veo me tienes mucho que contar... —me sonríe.

La tarde sigue tranquila, con Bea conversamos entre nosotras y Noah se une a la conversación con los demás compañeros. No veo a Max por ningún lado durante el resto del tiempo, sin embargo, de repente aparece Martha y se pone a platicar con los demás compañeros. Noah me lanza una mirada rápida, yo levanto levemente la comisura de mis labios, sin alcanzar a sonreírle totalmente. Verla me hace recordar el beso con Max, ¿Por qué primero me dice que no quiere interferir en nuestra relación, y luego va y lo besa? No debería haberlo hecho. Aunque creo que no sabe que yo los vi, porque hace como si aquí no hubiera pasado nada, conversa y se ríe, feliz de la vida.

Hablando del rey de Roma... aparece Max detrás de mí, y me abraza por la cintura, yo me sobresalto. Él sonríe, me da un beso en la mejilla, luego se separa y pasa uno de sus brazos por mis hombros, abrazándome de lado. Yo me quedo quieta, no hago nada, ni me giro a mirarlo, y creo que se da cuenta de que algo me pasa. ¡Supieras que te vi besándote con otra chica, imbécil!

Bea me mira extrañada, sin embargo, se da cuenta de inmediato que algo pasa con Max.

—Yo voy al baño. Vuelvo en unos minutos —dice, dejándonos solos. Creo que llegó el momento de enfrentar a Max. Pero no quiero hablar con él aquí, con todos nuestros compañeros alrededor.

—¿Pasa algo, Isa? —me pregunta él extrañado.

—Tengo que hablar contigo —le digo seria. Lo tomo de la mano y camino con él hacia nuestro lugar, nuestro "escondite". Él me sigue, aún sin entender qué está pasando.

Llegamos, cierro la puerta a mis espaldas y lo miro fijamente a los ojos.

—¿Ya eres amigo otra vez de Martha? —él me mira sin entender por qué le hago esa pregunta.

—Ella me volvió a hablar, pero me dijo que definitivamente no puede ser mi amiga... ¿por qué la pregunta? —me dice algo nervioso. Yo no le despego la mirada.

Llegó el momento de confesarle lo que vi, y esperar a que me explique por qué lo hizo, por qué me engañó así, por qué besó a otra chica, ¿por qué me hiciste daño, Max?

Feelings For Him © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora