43. El último.

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Luego de la conversación con Noah, volvemos a entrar a la casa, hace mucho frío. Decidí seguir siendo amiga de él. Le creo que quizás se le salió de las manos el "famoso plan", sin embargo, fue Martha la que comenzó con todo, él sólo aceptó lo que ella decía. Con ella si que no quiero hablar.

También decidí enfrentar a Max. Conversar las cosas con él, y quizás perdonarlo, pero no sé si seguir de novia con él, ya que después de todo esto nuestra relación ya no es la misma. Eso es algo que debo seguir pensando.

La fiesta siguió normal, bailamos entre todos y después seguimos conversando, yo bebiendo poco, hoy no es momento para emborracharme a lo loco como la última fiesta.

(******)

Me levanto sin dolor de cabeza ¡Milagro! Menos mal no bebí tanto anoche, si me duelen los pies, ¿quién diría que bailar cansa tanto? hice todo el ejercicio que no hice en todo un año.

Como ya no hay escuela tengo todo el día para descansar. Ayer fue un día de arreglar amistades. Yo no sabía que Noah me consideraba su amiga, ahora espero que no vuelva a hacer algo estúpido como el famoso plan con Martha. Lo perdoné, y ahora con quién debo hacerlo es con Max. Y hablando del rey de Roma, suena mi celular y es un mensaje de él.

(Mensaje)
Max Smith: ¡Isa! Hola, ¿cómo estás?
Isabella Mitchell: Bien, ¿y tú?
Max Smith: Mejor, ahora que veo que me contestas. Pensé que no lo ibas a hacer...
Isabella Mitchell: Debemos conversar.
Max Smith: Yo también creo lo mismo. ¿Nos juntamos en el parque que hay cerca de tu casa?
Isabella Mitchell: Está bien. En unos veinte minutos estaré allá.

Me visto rápido y me preparo física y mentalmente para la conversación que tendré con Max.

Llego al parque y él ya está ahí, sentado en una banca, mirando hacia el suelo. Apenas siente mi presencia, alza la vista y me sonríe, yo hago lo mismo y me acerco a él. Me siento a su lado.

—Hola —me saluda.

—Hola —lo saludo de la misma manera. Yo vuelvo a mirar hacia el frente y nos quedamos en silencio unos segundos.

—Te extrañé —me dice de repente.

—No digas eso... —le digo mientras lo miro. Yo también lo extrañé, pero no puedo confesárselo. No en estos momentos, cuando ya tomé una decisión.

—Es la verdad —me mira fijamente a los ojos— Fueron muchos días sin verte.

—Era el tiempo que necesitaba para pensar.

—Lo sé. ¿Te sirvió todo este tiempo?

—Sí —me cuesta soltar las palabras. En mi mente tenía todo un discurso para decirle, pero al verlo todo cambió, yo todavía lo quiero.

—¿Y qué pensaste durante estos días?

—Que me dolió mucho lo que pasó —le digo, sin embargo una duda me asalta en mi cabeza— ¿Sigues siendo amiga de Martha? —le suelto.

—¿Qué? —me pregunta sorprendido— No, es decir, después de lo que pasó no volví a hablarle. No quiero hablarle.

—¿Y hablaste con Noah?

—¿Noah? ¿Qué tiene que ver él en todo esto?

—No, nada —esa respuesta me hace darme cuenta que Noah aún no le cuenta nada a Max.

—¿Por qué sacas a Noah en la conversación? ¿Te gusta? —me pregunta de repente. ¿Qué tipo de pregunta es esa?

—¿Qué? ¡No! —respondo ofendida. Es que ¿está celoso? Si Noah es sólo mi amigo, y anoche todo se arregló con él— ¿Por qué me haces esa pregunta?

—Porque tú lo nombraste. ¿Qué tiene que hablar él conmigo? —dice frunciendo el ceño y alzando un poco la voz.

—Yo no vine a hablar de él aquí, ¿ok? —le digo seria. Que no me venga aquí con sus celos, no vienen al caso.

—Ya, lo siento.

—Bueno, te decía que sufrí mucho con lo que vi. Y después de todo, me pude dar cuenta que nuestra relación tampoco está bien del todo.

—Pero podemos arreglarla, podemos olvidar lo que pasó y seguir juntos. Yo te quiero —me dice mientras toma mis manos.

—Y yo también te quiero, Max. Pero no puedo llegar y olvidar así como así lo que pasó. Quizás sea el momento de terminar —él abre los ojos como plato.

—¿Qué? No, Isabella. No puedes hacerme esto —me dice, algo desesperado.

—Tranquilo. No lo hago porque ya no te quiera y porque quiera hacerte daño, sino quizás nos haga bien alejarnos un tiempo después de todo lo que pasó. Y si el tiempo lo quiere así, podemos volver a intentarlo.

—Pero Isa... yo no quiero terminar contigo, no así...

—Yo no quiero tampoco que terminemos mal... podemos seguir hablando, pero no sé si seguir siendo novios ayude a que olvidemos todo lo que pasó. Yo te quiero mucho, Max, en serio.

—Y yo a ti —me abraza— ¿No tengo otra opción?

—No te lo tomes mal. Podemos seguir hablando —le sonrío. Él hace lo mismo.

—Está bien. Pero antes... ¿puedo hacer algo por última vez? —me mira a los ojos mientras lleva su mano a mi mejilla. Yo asiento.

Max se acerca a mí lentamente, su mirada va de mis ojos a mis labios y me besa. Hace tiempo no lo sentía así, hace días que no lo besaba y a decir verdad, lo extrañé.

Yo le sigo el ritmo, mientras nuestras lenguas juegan que, quién sabe, puede ser la última vez. No es un beso apasionado, sino que tierno, a través del cual nos expresamos mutuamente todo lo que aún sentimos el uno por el otro. Es una especie de beso de despedida, el cual por el momento no quiero que se acabe. 

Feelings For Him © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora