Feelings For Him © ✔

18. Pijamada.

Max me toma de la mano y caminamos así, juntos, hacia los casilleros. Tomamos nuestras cosas y él me acompaña hacia mi sala de clases. Nos despedimos, y él me da un beso corto en los labios.

—Nos vemos. Pone atención en clases —me dice divertido.

—Tú también. Cuídate.

—Te mando un mensaje cuando salgas de clases. —y camina hacia su sala de clases. Yo entro y siento que todos me están mirando. ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? Me siento y tengo a Bea mirándome emocionada.

—¿¡Ya están juntos?! —y me abraza— Yo lo sabía, ustedes se aman.

—Bea, ¿de qué estás hablando? —la miro extrañada.

—Max y tu... todos lo vimos.

—¿Qué cosa? —sigo sin entender.

—El beso, amiga. Todo el curso vio el beso que se dieron.

¿QUÉ? Qué vergüenza, Dios mío. Sé que no tiene nada de malo las muestras de cariño en público, pero yo no soy así, siempre se me ha dificultado dar abrazos, besos y esas cosas, por mi forma de ser.

—Prefiero que hablemos cuando salgamos de clases, todos están escuchando. Si quieres hacemos una pijamada en mi casa y te cuento todo lo que quieras —le digo emocionada. Me gustan las pijamadas, más si es con mi mejor amiga.

—¡Siii! Me gusta la idea. Llamaré a mi mamá para avisarle.

La clase pasa rápido y llega la hora de salida. Acompaño a Bea a su casa a buscar sus cosas, y luego caminamos hacia la mía a hacer nuestra súper pijamada.

—¡Mami! Con Bea vamos a hacer una pijamada esta noche —le digo a mi madre, sonriendo.

—Hola Bea —la saluda— Está bien. Luego les aviso para que bajen a cenar —nos dice, mientras nosotras subimos a mi habitación.

—Ya amiga, por favor cuéntame todo lo que ha pasado con Max —me dice emocionada.

—Está bien —le cuento todo lo que pasó en nuestro "escondite", desde que casi nos pillan hasta el beso que nos dimos. Ella me mira atenta, y escucha toda mi historia. También le hablé de "Doña Martiche", ella solo se rió del sobrenombre que le había puesto a nuestra compañera de curso.

—¡Ay amiga! Me encanta. Max es tu príncipe azul —me dice Beatriz. Yo no creo que sea tan así, quizás sí, es la primera persona que me gusta pero no creo que sea con quien voy a estar para toda la vida— ¿pero todavía no son novios?

—No. Tampoco quiero apurar las cosas...

—Claro, tiempo al tiempo. Ahora veamos películas, nos pintamos las uñas y conversamos hasta tarde... eso es lo que se hace en las pijamadas. —nos reímos.

Y así se pasa nuestra noche. Cenamos y vimos películas, comimos palomitas, y seguimos conversando. ¿No les pasa que con su mejor amiga se ven todos los días pero siguen teniendo cosas sobre que hablar? Eso me pasa con Bea.

(******)

Me despierto por el sonido de mi celular. Llamada entrante: Max. ¿Por qué me estará llamando tan temprano?

(Llamada)
Max: Buenos días Isa. ¿Cómo amaneciste?
Isabella: Hola. Yo bien, ¿y tú?
Max: Muy bien ahora que te escucho.

¡Aww! Que es tierno. Siento que cada vez me gusta más...

Isabella: ¿Pasó algo?
Max: No, ¿Por qué? Sólo quería saber si querías salir conmigo hoy.
Isabella: ¿A esta hora? Es muy temprano...
Max: Pero si son las dos de la tarde...
Isabella: ¿Qué? Tanto dormí...

Veo la hora y sí, efectivamente son las dos de la tarde. Entre todas las conversaciones que tuvimos con Bea sin darnos cuenta nos quedamos dormidas casi a las cuatro de la mañana.

Max: Entonces, ¿salimos?
Isabella: Está bien, sólo dame unos minutos para arreglarme y nos juntamos... ¿dónde?
Max: Mm... Es que... ya estoy afuera de tu casa.

¡¿Qué?! Yo aún estoy con pijama, y él me verá así. Esto no me puede estar pasando. Me quedo callada, de la sorpresa.

Max: Isa, ¿estás ahí?
Isabella: Sí, aquí estoy. Dame unos minutos y bajo.
Max: Sí, no te preocupes. Aquí te espero.

Finalizo la llamada y despierto a Bea de inmediato. Ella se remueve en la cama y me da la espalda.

—¡Bea, despierta! Es urgente —mi amiga abre los ojos y me mira, con el ceño fruncido.

—¿Qué es tan urgente para despertarme tan temprano un día domingo?

—Son las dos de la tarde. Y Max está afuera de la casa, esperándome.

—¿Qué? ¿te vino a ver?

—Sí, quiere que salgamos. Pero no me avisó. Yo también pensé que era más temprano.

—Entonces vístete de inmediato. No hay que hacerlo esperar —Yo río. Es que aún no me acostumbro a esto. Nunca había estado con alguien, aunque no seamos novios nos gustamos y quizás en el futuro sí pase algo.

Voy al baño, me ducho rápidamente, salgo y Bea me ayuda a escoger mi ropa. Me visto y bajo, mientras escucho voces en el salón.

—¿Max?