Capítulo 05

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— Así que han pasado tres semanas —. Preguntó la doctora. Taylor solo asintió, solo le había estado haciendo preguntas básicas, como su nombre, edad, lo que le había pasado, algún cumplido sobre sus ojos azules, pero era todo. — ¿Cómo te sientes?

Taylor sintió su cabeza punzar. ¿Cómo se sentía? Era una pregunta demasiado abierta, y demasiado confusa. Taylor abrió la boca y vaciló.

— No... No lo sé —. Respondió. Veía a los ojos a la doctora, que era más joven de lo que esperaba, aunque ya de edad mayor como quiera. Tenía el pelo teñido de un tono rojizo, se le notaban las raíces oscuras, usaba unos lentes discretos plateados de arillo tan delgado que Taylor solo podía ver el cristal frente a sus ojos. A pesar de que se le notaba la edad no se le veían casi arrugas, solo unas cuantas, alrededor de los ojos cuando sonreía. Tenía un aire jovial que le transmitió un poco de confianza. Solo un poco.

Sin embargo sus ojos brillaban de una manera que Taylor no entendía si era genuino o sobreactuado de alguna forma. Apenas estaba conociéndola, se había presentado y parecía demasiado animada, pero bueno era psicóloga, su labor era animarla. Aunque Taylor se sintió más un poco abrumada que otra cosa, evitó verla a sus inquietos y escrutadores ojos, estaba observando todo el consultorio casi en busca de una salida.

El consultorio era amplio, el escritorio era muy grande, había un diván tambien de color verde oscuro, todas las paredes estaban pintadas completamente de blanco y además tenía estantes metálicos donde la doctora tenía libros y cajas, metal que con la brillante luz que emitían las lámparas del techo, brillaban demasiado haciendo que ese brillo se intensificara por el color de las paredes. Tenía que calmarse, no había ventanas, ¿Por qué no había ventanas? Era la primera vez que estaba ahí, se obligó a pensar que eran sus nervios traicionandola, se acostumbraría, era el colmo que se sintiera sofocada en aquella habitación encerrada.

Debía preguntarle a su madre sobre algún transtorno de encierro posible.

— Bueno de alguna manera te ves de sentir —. Taylor tenía los ojos bien abiertos, sin entenderle aún, ¿Era todo?, Esa era la gran terapia que tenía para ella. ¿Por qué hacía tanto calor? Sentía que estaba sudando. Tenía que calmarse.

— Pero...

— Vamos Taylor, dime algo, un sentimiento, el que se te ocurra —. Taylor parpadeó, se lo pensó porque solo podía pensar en una mezcla de varios, una vorágine que no estaba definida.

— Frustración —. Dijo. La doctora Kane solo asintió.

— Bueno, eso está bien.

— ¿Está bien? —. Dijo algo confusa Taylor entrecerrando los ojos y tocándose el cuello para confirmar que si estaba sudando.

— Es normal que te sientas frustrada, ahora quiero saber porque...

— ¿Por qué?... —. Interrumpió, Taylor estaba experimentando aún más el dolor de cabeza. — ¿Será acaso porque no recuerdo ni una mierda?

Sintió que había levantado la voz, apretó los ojos y respiró hondo. Debía calmarse, donde había quedado aquello de ser amable.

— Taylor respira.

— ¡Gracias! Otro magnífico comentario —. Taylor estaba confundida, su cabeza dolía. ¿Solía ser así de grosera? No podía saberlo. ¿Era por el dolor y la frustración? ¿Era su forma de ser que empezaba a florecer y estaba siendo su verdadera versión pre-amnesia? De cualquier manera, se sintió apenada. — Lo siento... yo.

— Esta bien, Taylor, tu situación es difícil, perdóname a mí sí fui demasiado insistente.

— No, yo... Solo no entiendo... como...

— ...Como te sientes. — Taylor asintió ante la frase terminada.

— Bueno yo puedo tener una idea, pero nunca lo sabré porque no estoy en tu situación, así que me ayudaría si me dijeras las cosas que piensas respecto a tu accidente. Por más pequeñas que sean, puedes decirme, no lo entenderé tal vez, no del todo, pero te escucharé. — Taylor se sintió algo reconfortada, tenía que confiar en ella, para eso estaba ahí.

— Fue una mie... Perdón, es un asco. Siento que no soy yo. Sé que me llamo Taylor Alison, mi apellido es Swift, pero no logro saber ni siquiera como es que es realmente la Taylor original. — Tal vez la frustración de la chica era que con su madre no había podido expresarse de esa manera, estaba más preocupada por ser cuidadosa con su madre por lo culpable que se sentía, esperaba que la doctora lo notara y no lo tomara a mal. Bueno no tan mal.

— ¿La Taylor original? Interesante concepto, ¿podrías explicarme?

— Siento que soy una copia, una especie de reinició de la Taylor original, no logro entender cómo es que era antes, si estoy siendo igual si debo ser diferente, si soy así debido a mi personalidad, o los sucesos. Como justo ahora, no sé de dónde ha salido el arranque, creía que era amable y gentil, lo he sido, pero no lo sé, aveces me asusta esa idea, de que estoy viviendo una farsa y luego saldrá mi verdadero yo. — Taylor se veía algo desesperada, su cabeza dolía, sentía que iba a echarse a llorar, y luego se extrañó pensando en la chica de afuera, en la vergüenza que le daría salir con los ojos hinchados y toparse con ella si es que seguía allí. Se obligó a mantener la calma más por eso que por la doctora.

— Lo averiguaras Taylor, tal vez son ambas cosas, eres ambas cosas solo debes darte tiempo para darte cuenta. No tienes que cambiar, o dejar de ser como eres, independientemente de lo que ya eras, siempre serás tú, puedes aprender de ambas versiones como lo llamas tu. Solo debes ser paciente. Ya verás, no debes forzar nada, eres la que eres y te darás cuenta con el tiempo.

Esperar. Tiempo. Ser paciente. Una cosa más de la que estaba segura y que anotaría en su libreta, es que parecía no dársele muy bien aquello, porque ya se sentía muy impaciente.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora