Capítulo 23

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Iban de camino, Karlie notaba que Taylor estaba muy nerviosa por como jugaba con sus manos y veía constantemente de la ventana a ella y de ella al frente y de vuelta a la ventana.

Taylor vio un letrero pero paso tan rápido que no logró distinguir las letras, también como la carretera se volvía más larga y rodeada de bosque. Karlie no le había dicho aún a dónde iban y aunque quería disimular su nerviosismo no podía evitar cerrar sus manos contra el cinturón o el asiento.

— Karlie... ¿A dónde vamos?— Taylor se enfoco en ella, sin dejar de jugar con sus manos y tratando de quitar una mancha de suciedad de su pantalón.— ¿Estamos saliendo de la ciudad?

— Asi es Tay, muy observadora.— la rubia solo quería distraerse en algo.

— No te burles...— Taylor no estaba para juegos en esos momentos. Le estaba constando un montón concentrarse y calmarse. Las imágenes borrosas de su accidente seguían rondando su cabeza, y aún sentía algo de temor.— Ve más despacio Karlie.

— Taylor tranquila —. Karlie Resopló algo preocupada, viendo de Taylor a la carretera.

— Perdón.

No era la primera vez en todo el viaje que le hacía aquel comentario. También muchos ¿ya mero llegamos?

—Ya estamos a cinco minutos —. Declaró Karlie.

— Genial ya quiero salir de aquí —. Taylor en verdad quería salir del coche pero luego pensó que no quería que Karlie lo mal interpretara.— Perdón yo me refiero solo al coche. Yo...

— Tranquila, entiendo —. Taylor vio a Karlie esbozar una sonrisa por primera vez en el trayecto.— Cuando lleguemos estarás mejor.

Se habían desviado de la carretera, entraron a un camino más de terracería, Karlie afirmó que estaban cerca y lo único que tranquilizó a Taylor fue que la castaña aminoró la marcha debido al camino.

Estaban rodeados de árboles entraron de pronto a un claro amplio donde todo era verde , los árboles parecían haberse plantado a propósito para formar un medio círculo perfecto partiendo de un lado de la lago que se presentaba enfrente, y terminando en el otro extremo. Taylor se perdió en la vista y en los rayos del sol que se colaban por entre las hojas de los árboles más altos. Y en las aves que cantaban sin dejarse ver.

Ahora entendía por qué la ojiverde decía que este lugar le resultaría relajante. Y hablando de Karlie no se dio cuenta cuando estacionó y se bajó del carro, había dado la vuelta para abrirle la puerta.

— Señorita Swift —. Karlie hizo un ademán para abrirle la puerta, Taylor salió del coche y la castaña le tomó del brazo y se engancho a ella.— ¿Y bien? ¿Qué te parece?

— Karlie, esto es...—. la rubia estaba sin palabras, el lugar era hermoso y apacible. Sin duda su ansiedad se había disipado un poco.

— Bueno se pondrá mejor —. Karlie se safó del brazo de la ojiazul y se giró en dirección al carro. Taylor la observó, la siguió hasta la cajuela, donde vio que había guardado unas bolsas con comida y una una manta, la rubia se sorprendió y se acercó para ayudarle a sacar las cosas.

— Karlie ¿qué es todo esto?

— Comida rubia, no pensaste que vendríamos hasta aquí y solamente admiraríamos la vista, esperaba a pasar toda la tarde charlando y comiendo y probablemente bebiendo un poco —. Taylor observó como Karlie sacaba una botella de alcohol debajo de la manta y la alzaba como si fuera un trofeo.

— Yo no bebo Karls.

— No lo haces o no lo recuerdas —. La castaña tenía un punto. Pero ella lo había anotado, una de las cosas que su madre le había dicho era que no solía hacerlo. Pero tal vez era un buen momento para dejarse llevar.

La chicas recogieron todas las cosas de la cajuela y caminaron unos metros más sobre el pasto verde y acomodaron la manta y las bolsas de la comida justo encima de la misma, el lugar estaba fresco y la vista sin duda era maravillosa y relajante, Taylor sintió como una inyección de paz, era la mezcla del lugar y la compañía de Karlie, lo sabía.

La castaña sacó la comida y Taylor descubrió que había empacado comida china, varios pares de emparedados frutas y una caja de mezclado de galletas. Ambas se sentaron una lado de la otra y Karlie empezó a repartir la comida para cada uno empezando por porciones de comida china.

— No recuerdo que coma comida china.—. solo recordaba que odiaba el sushi.

— Pues pruebala estoy segura de que te gustará —. Y así lo hizo, la rubia dio un bocado y se sorprendió de que le hubiera gustado, siguió comiendo con Karlie a su lado y por un momento no dijeron nada más que estar en silencio juntas disfrutando de la compañía de la otra en aquel lugar.

Se sentía bien descubrir nuevas cosas sobre ella y sentirse libre por un instante.

En un momento dado Karlie estiró la botella hacía la ella y esta la tomó con algo de duda. Pero terminó por dar un trago largo. Taylor sintió el calor inmediatamente e hizo una mueca al final.

— Tranquila rubia —. Karlie se rió.— Cualquiera diría que quieres olvidar.

Taylor rió irónicamente ante la broma.

— Lo que he recordado antes de venir aquí...

— ¿Fue sobre el accidente? —. Preguntó cautelosamente Karlie, la ojiazul se veia aún algo afectada y ella sonaba preocupada, más cuando Taylor asintió.

— Fue borroso, pero sentí, sentí lo que sentía en esos momentos. Previos al....

— Qué viste.

— La carretera, el auto, el paisaje pasando rápido a mi al rededor. Voces —. Karlie respiró hondo, Taylor no quería ponerse triste y crear un ambiente deprimente, no quería arruinar ese día que tanto se había preocupado la castaña por preparar.— Supongo que pronto podré recordarlo mejor. Y no se si quiero.

Karlie permaneció callada, Taylor entendió que no tuviera nada que decir y se maldijo por haber creado aquel silencio incómodo. Tomó otro largo trago e hizo otra mueca soltando un pequeño sonido de disgusto.

— Vamos dame eso —. Dijo Karlie poniéndose de pie y quitándole de manera suave la botella de las manos.— Tal vez no es buena idea...

— Lo siento Karls.

— No tienes nada de que disculparte —. De pronto Karlie pareció recordar algo, se fue hacia el carro con los ojos de Taylor puestos en ella y regresó unos momentos después con algo en las manos.— Mejor aprovechemos ...

— ¿Qué es eso? —. Taylor soltó una risita cuando vio lo que la más alta tenía entre los dedos. Un pincel y un botesito de pintura blanca.— ¿Es enserio?

— Claro, dejemos ese yeso blanco de nuevo y evitemos el caos —. Karlie se sentó muy cerca de ella y Taylor estiró su brazo para que la ojiverde hiciera lo suyo. Mientras Karlie se concentraba como si fuera a pintar un cuadro, Taylor la veía atentamente a ella. Ni siquiera se avergonzó está vez, se perdió en las facciones de Karlie, por alguna razón ella le transmitía tranquilidad. Tal vez era la combinación con aquel lugar, o tal vez solo era ella.
O tal vez no era nada de eso y solo le empezaba a gustar como se sentía cuando estaba en su presencia.

Karlie estaba concentrada, Taylor grabó sus gestos y sus muecas, la forma en que sacaba la lengua y la ponía entre sus dientes y arrugaba la frente como si lo que hacía fuera una tarea muy difícil de realizar.

Taylor sonrió y prefirió posar sus ojos en ella que en la vista de aquel lugar.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora