Capítulo 64

367 34 12
                                    

Llegó entonces la hora de partir, Karlie se sentía entristecida, más que cualquiera, se despidieron con largos abrazos, suspiros melancólicos y caras largas.

No sin antes prometerse ponerse en contacto lo más pronto posible.

—Gracias por todo su apoyo —. Dijo la castaña en general para todos, antes de que subieran a los automóviles, Martha iba con Harry, y Matt se llevó al trío de chicas.

—¡Si hay boda necesito ser invitada!— Gritó Cara por la ventana del auto antes de despedirse con la mano.

Los carros dieron vuelta y sonaron los claxons para despedirse, Karlie y Taylor se quedaron viendo agarradas de la mano mientras se alejaban por el camino.

—¿Habrá boda?— preguntó curiosa la de ojos azules levantando una ceja. Soltó una risita cuando vio a la otra ponerse algo roja.

—Un paso a la vez rubia.—La instó a caminar por el camino. Aunque le había gustado estar con sus amigos después de mucho agradecía esos momentos a solas en aquel lugar tan especial con su chica antes de partir.

Caminaron unos metros en silencio, aún no quería separarse de ella, aunque sabía que no les quedaba mucho tiempo. Pero quería aprovechar unos momentos a solas con su novia, la guió por el sendero, caminaron agarradas de la mano, en silencio, hasta que se detuvieron en medio del camino, Karlie veía hacia los árboles.

El viento silbaba, y las ramas se movían de un lado a otro en una danza que reactivo la memoria de la rubia.

Taylor reconoció el lugar.

—Es aquí.— Preguntó, aunque sonó más como una afirmación, Karlie asintió con la cabeza invadida por una melancolía inevitable.

—Apesar de que este lugar guarda uno de mis peores recuerdos, también guarda muchos buenos y voy a echarlo de menos.—Taylor vio el camino, lo angosto que era el borde y de pronto las escenas de Karlie parada ahí en medio, la camioneta llendo en su dirección.

Hubiera entendido si Karlie le hubiera dicho que odiaba el lugar, que le traía mala vibra y que no quisiera volver ahí. Sin embargo, estaba aceptando lo malo para no desprenderse de lo bueno.

Recordó lo determinada que estaba a evitar que le hicieran daño. Antes había sentido rabia y odio. Pero ahora no. Ahora se sentía triste por todo lo que la castaña había tenido que soportar y seguiría cargando emocionalmente.

—Kar, no quiero que lo que hayamos vivido te mantenga atada a mi.— Soltó de pronto algo cabizbaja. Karlie se veía algo triste y Taylor, sintió esa sensación de que ella era la causa de que tuvieran que alejarse de su ciudad, sus amigos. Pero el rostro de Karlie ante la mención, se frunció dejando atrás esa expresión de tristeza, para dar paso a una muy confusa.

—De qué hablas.

—Solo, yo no quiero que te sientas obligada a estar conmigo por todo....—. No hubiera querido que aceptará lo malo porque venía en paquete con lo bueno. Ella no hubiera sufrido tanto. Taylor se obligaba a no pensar en eso, habían acordado dejar el pasado atrás, y seguir adelante juntas. La amaba. Pero una parte de ella jamás se perdonaría el daño que le hizo.

—¿Acaso parezco obligada? Taylor de que hablas, te amo, ¿No lo tienes claro?—. La ojiverde parecía herida y algo en Taylor se removió. No quería ser una idiota como la última vez—. ¿O tú te sientes así?

—¡No! Kar, no—. Recordó esos segundos antes de que todo se volviera negro. No tenía miedo, no más del que tenía de que algo le pasará a Karlie. Estaba dispuesta a sacrificarse. Y lo haría de nuevo, porque la amaba.—Te amo más de lo que puedo recordar.

Se lanzó a sus brazos y se colgó de su cuello, sintió a Karlie relajarse con el gesto, la oyó suspirar antes de apretarla contra si. Ella era el ancla, que la mantenía cuerda, y la sacaba de esos baches en donde sentía que ibaba perderse.

Nunca se lo perdonaría. El daño inflingido. Pero nunca podría alejarse de ella. No mientras la castaña fuera feliz a su lado.

—Nunca me vuelvas a alejar rubia—. Dijo con voz quebrada, lo que partió el corazón a la otra.—No importa lo que creas, siempre trataré de regresar a ti ¿No lo has visto?

—Tal vez no es lo más inteligente —. Dijo suavemente Taylor separándose un poco para poder verla a los ojos. Ojos verdes y ojos azules. Pensó en que hubiera sido fácil para la castaña solo olvidarse de ella, tomar ventaja como todos parecían hacerlo y retomar una vida más tranquila dejándola de lado. Por más que la amara.

Pero tenía razón, no lo hizo, y ahí estaba, dispuesta a dejar todo a cambio de solo una cosa. Ella.

—Tal vez no, pero mi corazón no se caracteriza por serlo—. Dijo la castaña depositando un suave beso en los labios de su novia.—Es más pasional.

—Kar... — se separó del beso con dificultad. La ojiverde la interrogó con la mirada, aún en medio de ese abrazo, Taylor no quería separarse pero pronto recordó una cuestión importante.— ¿No íbamos a hablar? ¿Ya sabes ponernos de acuerdo?

Karlie pareció caer en cuenta pero le resto importancia con un gesto.

—Podemos hacerlo en el auto de regreso—.  Sentenció.—Ahora vallamos a ese árbol porque necesito tenerte aquí una última vez.

—¡Karlie Kloss!—. La rubia se puso completamente roja.

—Por favor Tay, ahora que ya me recuerdas no debería ser demasiado raro.—La tomó de la mano y caminaron hacia un lado del camino y Taylor entendió que iba enserio. Pero no podía negar que la idea la estremecía.

—Aunque no te recordara del todo, no me sorprendería—. Dijo sintiendo en su espalda lo áspero de la corteza de un árbol y como Karlie la acorrolaba contra el mismo devorando su boca con prisa.—Karlie... ¿En serio?

—Por favor cielo, no hay nadie aquí, así que no dudes en gritar si así lo quieres.

— ¡Elizabeth! —. Taylor golpeó suavemente el hombro dela castaña. Quién a su vez alzo una de sus piernas e hizo que la rodeará por la cadera.

— Sujetate bien —. Advirtió Karlie tomando su boca con desesperación. Taylor no se negó, el deseo emanaba de ambas.

— Oh dios Karlie... — El lugar, la posición, las caricias de Karlie, la estaban volviendo loca. Tan rápido como empezaron, querían culminarlo. La castaña besó su cuello, lamió de ahí hacia su oreja donde mordisqueó haciendo que ls rubia gimiera alto.

Los movimientos era involuntarios, necesitaban de la otra, Karlie posó su frente con la de ella y vió a través de esos profundos ojos azules.

— Hazlo ya Kloss —. Karlie sonrió ante la impaciencia de su chica, el aliento de ambas era entrecortado, los ojos estaban dilatados, sus cuerpos temblaban por las caricias y el anhelo.

Karlie no la hizo esperar más. Le desabrochó el pantalón, ante su mirada espectante, y sin avisar metió su mano dentro para enseguida y sin darle tiempo a pensar, poseerla.

Taylor hizo lo que Karlie le había mencionado momentos antes. Se dejó llevar, y gritó todo su placer sin contenterse nada.

Se desinhibieron en medio de los árboles, gritaron sus nombres, y se amaron como siempre lo habían hecho, y como siempre querían hacerlo.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora