Capítulo 19

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Entraron al cine, estaba cerca, habían caminado solo unas cuantas cuadras para llegar, Karlie solo le tomó la mano para cruzar la calle y luego la soltó, pero seguía caminando muy cerca de ella y de repente la tomaba del brazo para ayudarla a esquivar a la gente. Taylor sonreía de la nada a veces y agachaba la cabeza algo avergonzada, no quería que Karlie la atrapará haciendo aquello, de vez en cuando volteaba a ver qué fuera cerca de ella cuando se atrasaba en el camino.

Una vez que llegaron, la castaña le pidió que la siguiera hasta la fila para comprar algo.

— Ahora si traje dinero —. Dijo Taylor más emocionada de lo normal, buscando en sus bolsillos de su abrigo donde había dejado los billetes que su madre le había dado, sin percatarse de que Karlie la veía algo conmovida.

— Taylor...—. La ojiazul parecía no encontrar donde había puesto el dinero. Karlie volvió a hablar para llamar su atención.— Tay.

Taylor levantó su cabeza.

— Ah yaaaa —. Buscó en el bolsillo de su pantalón, fue difícil porque el bolsillo que buscaba coincidía con el lado de la mano enyesada. Con una sonrisa triunfante lo alcanzó. Sacándolo y mostrándoselo a Karlie. La cuál rió.— Te dije que traía.

— Rubia, no te preocupes, yo te invité, yo pago —. Karlie le guiñó el ojo.

— No Karlie, por favor...— Taylor trotó unos pasos para alcanzarla en la fila y se puso a su lado.— Ya me invitaste la ocasión pasada. Déjame pagar al menos algo.

Karlie la vio detenidamente, algo en su expresión hizo a Taylor sentirse mal, no quería ofenderla, y no entendía porque la más alta había fruncido el ceño de repente. Así que lo dejo estar. Hasta Karlie habló de nuevo.

— Eres terca Taylor —. Karlie suavizó sus expresiones y se convirtieron en un brillo que Taylor notó que le llegó a los ojos. ¿Por qué le veía fijamente los ojos? — Sólo porque te esmeraste enserio en alcanzarlo de tu trasero.

Karlie se rió y Taylor también aún viéndola a los ojos.

— Okey, entonces toma —. La ojiazul le tendió el dinero en su mano buena y Karlie lo aceptó a regañadientes.

— Bien Entonces ... Que vas a querer, ¿Palomitas está bien? Todo mundo compra palomitas.

— Tampoco estoy tan retrasada Karlie, se que se comen palomitas —. Comentó Taylor dándole un empujoncito.— Pero sabes se me antoja un hotdog.

Llegaron a la caja para pedir, Karlie se encargo de hacer el pedido, palomitas grandes, refrescos para ambas, el hotdog de Taylor y varias bolsas de golosinas. Mientras la castaña se encargaba de las compras, la rubia veía distraída todo a su alrededor.

Una vez que les dieron su pedido Karlie cargo con la bandeja con mucho cuidado apoyándola sobre su antebrazo enyesado y tomándola con la mano buena para no perder el equilibrio. Taylor vio como batallaba y hubiera querido ayudarla pero se sintió muy torpe y no creyó que lo hiciera mejor que ella.

— Taylor, ¿podrías tomar los boletos del bolsillo de mi abrigo? — Karlie parecía equilibrar un poco con la bandeja.

— Claro —. Dijo Taylor acercándose a buscar en los bolsillos, fue de un lado y luego a otro, se sintió un poco avergonzada por estar tan cerca de Karlie y toquetearla en el proceso. Una vez los encontró se dirigieron a la entrada de las salas.— ¿Quieres que te ayude?

—No, estoy bien, solo ... Los boletos —. Karlie se acomodó bien la bandeja de tal forma que se apoyará en la escayola ya que con lo poco que se asomaban los dedos de su mano derecha no podía sostenerla muy bien.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora