— ¿Por qué no me lo dijiste? —. Taylor ya le había soltado que sabía que había sido su novia. Karlie había escuchado atenta, le contó sobre la visita que tuvo más temprano de Martha y Harry, lo que le dijeron sobre la llamada de su padre, sus amistades y sus preferencias. Karlie ya no parecía tensa como cuando Taylor cuestionaba antes cada cosa. Ahora sólo se limitaba a asentir y a mirarla algo avergonzada.
— Taylor ellos ya te lo dijeron, y tienen razón. Tu padre no nos quería juntas, trató de hacer muchas cosas para separarnos, yo no podía simplemente acercarme a ti y decirte lo que sabía, ni siquiera tenía permitido estar cerca. No debía, traté de mantenerme a raya, pero al final no pude.
— Sabes que de todos modos hablaba de ti, al menos con mi madre.
— Si pero tú madre supongo que te dijo que no le dijeras a tu padre, ella siempre se ha mantenido al margen también, muy desesperante.— dijo Karlie y Taylor asintió, entendía lo que quería decir.— Nunca entendí bien de que lado estaba, era como si te apoyará a medias, pero a la vez tuviera miedo.
— De mi padre.
— Bueno es obvio que tu padre también la amenazaba a ella.
— ¿También? —. Karlie aspiró aire muy fuerte.
— El nos advirtió que nos mantuviéramos lejos de ti, a mi padre, a mí principalmente, pero sabía que también incluía a nuestros amigos más cercanos. Y no quería ponerte en peligro.
— ¿Peligro? —. Taylor estaba alucinando con esas palabras, todos le decían que por su bien, que su padre era capaz de muchas cosas pero no sabía que cosas. Hasta ahorita no sabía nada más fuerte sobre sus acciones. Y tenía ese presentimiento sobre él. Uno que no quería creer pero que todo mundo alimentaba con sus advertencias.
— Taylor, quiero pedirte perdón, porque no tuve el valor de decirte nada en su momento, se que te debiste sentir traicionada, y más porque veía en tus ojos que me querías.
— Karlie... Entiendo, creo. Ya no te preocupes por eso...
— No, escucha, yo te amaba, te amo, no debería decírtelo, apenas y me estás conociendo de nuevo, es raro.— río tristemente.— No fui lo suficientemente valiente...
— Karlie, no me importa, ahora no me importa, aunque no recuerde todo, aunque no te conozca como lo hacía antes, puedo sentir que te quiero, y me... gustas, y me siento bien cuando estoy contigo, y si ya me enamoré de ti una vez puedo hacerlo otra vez.— Karlie estaba apunto de llorar.
— Lo dices porque no recuerdas... Yo, no fui suficiente fuerte para ti —. Karlie no pudo contener las lágrimas. Taylor estaba desconcertada de nuevo.— No pude protegerte...
— De que hablas... ¿protegerme de que?... No fue tu culpa que perdiera la memoria.
— Lo fue, fue mi culpa, fue...
— ¿Qué? Karlie ... —. Taylor no sabía de que hablaba. Pero de nuevo sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y la boca secarsele.
— Te prometí la verdad, ya no puedo con la culpa tampoco —. La respiración de Taylor se atascó en su garganta. Vio como la castaña se levantaba de su asiento. Evitando sus ojos.— Tengo algo que mostrarte. Ven.
Vacilante se levantó, sentía ganas de llorar otra vez, de repente. ¿La había engañado de nuevo? A qué se refería con todo aquello. La siguió, por los pasillos de su casa y entonces llegaron a un garage, no entendía que hacían ahí, pero no quería presionar, tampoco sentía que pudiera.
Karlie encendió la luz, y se dirigió a una caja. Taylor la miraba atenta. La vió regresar con una libreta en las manos. Era rojo con motas de colores y un listón azul. Taylor supo que aquello le pertenecía a ella. Karlie se lo tendió con delicadeza.
— Karls que es esto —. Taylor apenas podía mantener la calma.
— Es tuyo, lo ves —. En medio de la portada había una T en grande, y tenía un broche con un pequeño candado plateado, pensó en la llave que permanecía en su abrigo.— Fue lo único que pude mantener conmigo. Yo... Tal vez deberías leerlo, escribí algo para ti.
Karlie estaba demasiado nerviosa y eso confundía mucho a Taylor. Empezaba a embargarla de nuevo ese miedo. Se acercó a ella y sacó una llave muy parecida a la que ella había encontrado, la que colgaba de su cuello, la inserto quitó el candado.
— No entiendo...
— Espera... —. Karlie colocó sus manos sobre las de Taylor cuando estaba a punto de abrir la libreta.— Antes debes ver algo para terminar de entender todo lo que ahí puse.
— Karlie ....
Karlie se dirigió entonces al bulto enorme que abarcaba la mitad del garage, ahí cubierto con un plástico gris estaba un automóvil, la silueta era inconfundible, aunque no se había percatado hasta ese momento de él. A Taylor se le paró el corazón. Sus manos temblaron que sintió la libreta resbalarse de ellas cuando Karlie se acercó y se agachó lo suficiente para tomar la punta del plástico.
— Perdóname Tay —. Los ojos de Karlie se tornaron vidriosos y aún más los de la rubia cuando Karlie tiró del plástico y dejó ver el carro azul casi destrozado que yacía en su garage.
— No... —. Susurró en apenas un hilo de voz. Se sintió mareada y de nuevo el recuerdo aquel la invadió.
Un carro, uno azul, azul eléctrico, Taylor se subió. Oía la voz de su padre gritando como siempre.... Aunque lejana
Las palabras no las entendía, pero sonaba molesto.
Nada tenía sentido, la voz de su padre desapareció. Oyó otra. No la supo identificar. Tampoco lo que decía.
Ahora sabía que era una mujer, una chica iba con ella.
Árboles, carretera, pavimento todo en un borrón. Y un grito final.
¿Karlie era esa chica con la que iba? Ella provocó el accidente. Por su culpa estaba pasando todo eso! No pudo protegerla, a eso se refería con esas palabras... No la cuido. Su memoria... Sus recuerdos... Ella fue... era demasiado para asimilar, Karlie era la culpable... Ese carro, era de ella, iba con ella...
— No, Karlie.
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En el corazón se pertenece [Kaylor]
Fiksi PenggemarAdaptación Kaylor de mi propia historia Vauseman Taylor tuvo un accidente, por el cual no recuerda nada, pero conocerá a Karlie, una nueva amiga que le ayudará a recuperar sus memorias, solo que cuando Taylor por fin lo haga no le gustará lo que le...