— ¿Todo está bien? — preguntó Karlie a quien tenía en llamada.— ¿Estás bien?
— Si, todo está bien —. Apesar de decir eso no sonaba muy animada, suspiró mientras esperaba que Karlie hablara de nuevo...
— ¿Segura? ¿Qué sucede Tay? puedes contarme, ¿todo está bien? —. Insistió la castaña.
— Todo está bien, mamá me cubrió y... Todo está tranquilo como si nada pasara.
— Entonces que sucede —. La ojiverde suavizó su voz. Karlie podía adivinar que algo la entristecía, Taylor sonrió por la atención que recibía de la ojiverde.
— Creo que... Simplemente quiero estar contigo, no aquí. —. Confesó Taylor.
— Oh rubia, debes ser paciente, también te extraño.
— Es estúpido perdón.
— ¿Por qué iba a ser estúpido el que me extrañes?, no es nada fácil lo que te está pasando Tay.
— Lo sé pero ... Siento que no puedo estar aquí mucho más yo quisiera estar contigo y pensar sólo que tengo que verlo y oírlo soportarlo yo... —. Taylor realmente se sentía prisionera.
— Hey, solo debes darme tiempo, lo planearemos bien está vez. Cuando menos lo pienses estaremos paseando por Port Townsend agarradas de la mano y sin preocupaciones. Necesito que pienses en eso y en mí. Porque yo siempre pienso en ti.
— Te quiero Kar.
— Yo también rubia.
Taylor debía aferrarse a las promesas de los Kloss. A su amor y a Karlie. Se irían pronto. Debía confiar en ellos como se lo pidieron. Y aunque no estaba segura de a qué se refería el señor Kloss sabía que la ojiverde tenía su apoyo y estaba pensando en como arreglar la situación. Por las buenas o malas.
Tenía que guardar la calma y aferrarse no podía dejar en evidencia sus pensamientos y su aborrecimiento. Le habían llamado para cenar y pronto tendría que verlo.
Respirar y aguantar las ganas de clavarle el tenedor en el ojo.
****
Lo resistió unos días, realmente le costaba y se enfocaba en pensar en su novia pero ese día, no sabía como controlarse.
Había bajado como todas las noches al rededor de las ocho de la noche y aunque no tenía demasiado apetito no podía decir que no, todo tenía que parecer normal y algunas veces ya había fingido estar enferma, así que estaba algo obligada, los días anteriores había marchado todo bien, Taylor pedía poca comida y jugaba con ella gran parte de la cena, hasta que su padre se retiraba y ella podría imitarlo.
Todo transcurría en silencio, evitaba la mirada de su madre incluso, que tampoco se estaba esforzando en disfrazar su malestar y incomodidad. Taylor maldecía para sus adentros porque se estaba esforzando y no quería que su madre decidiera que era tiempo para revelarse y molestará a su padre, por más sorprendente que pudiera resultar.
Ese día, para sorpresa de la ojiazul su padre habló y ni siquiera se molestó en andarse con rodeos, simplemente se lo soltó así como así:
— He estado preparando un vuelo para ti —. Taylor que asustó primeramente por lo repentino que fue oírlo, y despues se preocupó por lo que había dicho, estaba llevándose un bocado a la boca que casi se atraganta.— Iras a Francia.
Abrió los ojos como platos y se aferró con mas fuerza al utensilio que tenía en la mano.
— ¿Qué? —. Su padre ni siquiera volteó a verla, el hombre también se había medito un bocado a la boca y no parecía que fuera a hablar hasta que le diera la gana y la espera mataba a la rubia. Pensó mil cosas en esos segundos.
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En el corazón se pertenece [Kaylor]
FanfictionAdaptación Kaylor de mi propia historia Vauseman Taylor tuvo un accidente, por el cual no recuerda nada, pero conocerá a Karlie, una nueva amiga que le ayudará a recuperar sus memorias, solo que cuando Taylor por fin lo haga no le gustará lo que le...