Capítulo 14

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Llegando al parque, se sintió algo abrumada, había algo de gente. El parque estaba casi en el centro del vecindario, no muy lejos de su casa como para no saber por donde regresar, le había dicho a su madre que saldría, y esta realmente no se había opuesto a la idea, le dijo solo que tuviera cuidado y no tardara, le indicó el camino correcto y ella emprendió la caminata. Taylor estaba más tranquila de sentir que su madre la apoyaba aunque fuera un poco. Le prometió que tendría cuidado y salió de casa.

El aire era frío, Pero agradable, y ella se sentía llena de energía para hacer el recorrido. Solo había tardado al rededor de quince minutos en llegar. Cuando lo hizo, se detuvo observando, respirando el aire fresco, el frío la revitalizaba, era un bonito un lugar, árboles enormes que daban sombra, amplio y limpio, bancas y mesas, juegos para niños en una sección. Se deleitó con la vista y con la caminata al rededor. Estaba amplió, abarcaba un par de cuadras por otro tanto.

De pronto, al pasar bajo un árbol, creyó recordarlo, no como un recuerdo, sino como una sensación de estar acostada bajo uno. El vago escalofrío la dejo algo aturtida y se quedó varios segundos ahí observando detenidamente esperando obtener algo más. Pero no pasó.

Se sorprendió de todos modos y sonrió, era bueno, trató de escudriñar más pero era todo. Caminó hacia una banca y se sentó a contemplar primero, y luego abrió su diario.

La tranquilidad me gusta, he tenido la sensación de estar recostada bajo un árbol, aunque no estoy segura de dónde exactamente.

• Debo encontrar la forma de subir al ático, debe haber algo sobre mi ahí arriba.

• Karlie la chica de la clínica por fin me habló, resulta que si me conocía, me gustaría averiguar que tanto.

Seguía observando, con lápiz en mano, lo arrastraba en las páginas de su diario, escribiendo, describiendo sus días y como no había nada interesante casi todas las líneas iban dedicadas a cierta castaña.

Siguió escribiendo, hasta que en vez de eso se encontró dibujando. Nada en particular, luego una silueta un boceto, un árbol, y un cuerpo bajo si sombra. Disfrutó del viento frío, de la vista y de como de bien se sentía.

De pronto levantó la vista, a lo lejos vio una melena castaña, ajustó su vista, se talló los ojos, no podría estar pensando en ella o relacionando todo con ella, pero creía saber de quién era.

La cojera ya había disminuido, casi completamente, pero aún así Taylor pudo reconocer su escayola y su cabellera. Era ella.

Sin dudar se levantó de la banca y se acercó poco a poco para estar segura, caminando a través del pasto y cuando estuvo más cerca entonces vio que si era ella, se puso nerviosa, no se supone que la vería hasta el lunes, faltaban días para eso y no había preparado su disculpa. Igual podía darse la vuelta, Karlie no la había visto. Pero no, tenía que aprovechar el momento para entablar una conversación, por alguna razón ese día se sentía valiente.

Se acercó, Karlie llevaba un suéter delgado pero que le quedaba muy bien, y su cabello suelto como siempre que la veía, se detuvo un segundo para revisar algo en su teléfono, y Taylor aprovechó para llegar hasta ella casi por su costado.

No pudo articular palabra , simplemente tocó el brazo de Karlie para darse a notar. Esta levantó la vista, y se sorprendió de verla. Taylor sonrió solamente y la castaña le devolvió el gesto también.

— ¿Taylor?

— Ah uh, hola Karlie —. Dijo algo tímida.

— ¿Qué haces por aquí, estás sola? —. Taylor podía jurar que parecía preocupada, buscó con la mirada como cerciorandose que estuviera acompañada. Después de voltear a todos lados vio que Taylor solo asintió con la cabeza.— ¿Y deberías estarlo?

— ¿Crees que no soy capaz de recordar el camino de regreso? —. Trato de sonreír y empezar la plática. Para su suerte Karlie tenía esa cara, esa sonrisa altanera.

— Creo que sería más fácil que yo no recordara mi camino a casa, y yo estoy bien de la cabeza—. A Taylor le empezaba a gustar la actitud de Karlie, se sentía cómoda, aunque un poco retraída, no quería parecer rara estando tras ella.—¿Que haces aquí?

— Solo decidí venir a caminar un rato, me hacía falta,estaba por aya cuando te vi y... —. Empezaron a caminar juntas, Karlie asintió a modo de entendimiento.— Escucha yo...

— ¿Sí? —. Preguntó Karlie enarcando una ceja. Cómo sabiendo lo que se venía, lo que a Taylor puso más nerviosa. Karlie posaba sus ojos en ella de una manera tan intensa y profunda.

— Yo, quisiera... ya sabes —. Taylor juraba que Karlie estaba reprimiendo una risita, o tal vez mal pensando las cosas, después del comentario en la sala del hospital, creía saber que tenía tendencia a eso. Lo confirmó su mirada que se torno burlona y la risita que no pudo seguir aguantando— Óye, noo.

— Auch —. Taylor le había dado un pequeño golpe en el brazo, el bueno claro. Karlie rió.— Tranquila rubia.

— Que mala eres, estaba tratando de disculparme.— Taylor fue contagiada y empezó a sonreír.

— ¿Te das cuenta que solo hemos hablado dos veces y me has llamado idiota y me has golpeado? No puedo decir que no lo merezca, pero que pasa contigo. ¿Y yo soy la mala? —. Karlie no parecía molesta, tenía un brillo especial en su rostro y parecía disfrutar de la caminata tanto como Taylor.

— Basta —. Sabía que Karlie estaba jugando con ella, y le gustaba, aunque tenía razón, de alguna forma, había encontrado una confianza con ella que no sabía de dónde había salido.

— Okey okey, perdoname tu a mi, si suelo ser una idiota la mayoría del tiempo, así que te lo estoy advirtiendo por si decides seguir hablándome —. Karlie caminaba con tanta confianza, tan segura con esa personalidad tan auténtica que Taylor quisiera tener.

— Vaya gracias —. Taylor sonrió, estaba ilusionada con eso, prácticamente Karlie la invitaba a seguirle hablando ¿No es así?

— Qué te parece, si empezamos de nuevo..

— Ah, sí, eso sería buena idea —. Taylor se detuvo en cuanto Karlie lo hizo, se giró para estar frente a ella. Era un poco más alta pero no mucho, Taylor la vio a los ojos, eran más verdes de lo que parecían a lo lejos.

— Entonces Taylor, ¿cómo has estado? — Sus labios se curvearon hacia arriba.

— Mucho mejor.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora