Capítulo 06

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La semana siguiente fue más o menos igual, al llegar ya estaba la otra muchacha en la sala de espera, esta vez Taylor se esforzó por tener una sonrisa para ella, pero no funcionó, la castaña en cuanto notó su presencia y volteo a verla, hizo un gesto de indiferencia y devolvió su vista a algo más importante.

Taylor se sentía avergonzada y molesta, la semana pasada al salir del consultorio de la doctora, casi topaban bruscamente por la prisa que parecía tener la otra, a Taylor le molestó y esperaba que al menos esta vez fuera más amable. Pero no lo iba a conseguir al parecer.

Se sentó entonces a esperar su turno, trató de concentrarse en su teléfono, ahora que le habían dado uno por fin después del accidente, era un poco más práctico hacer notas de su diario en él.

Y está semana si tenía avances para la doctora, bueno... Solo había recordado cosas vagas, como una cena familiar donde se sirvieron albóndigas, o ella duchandose mientras cantaba algo de Adele. Era un progreso y estaba feliz por eso, era optimista y esperaba ir mejorando ya con el paso de los días, aún estaba ansiosa por descubrir su verdadera personalidad, su verdadero yo.

Ya que sentía que no había tenido mucha oportunidad para descubrirlo.

Estaba concentrada escribiendo, quería escribir por alguna razón todo lo que le pasaba, como si tuviese miedo de que se olvidara de todo de pronto de nuevo y esa fuera su salida, que de está vez si tuviera bases para empezar de nuevo, estaba justo escribiendo como la chica que estaba ahí no la había saludado y lo grosera y mezquina que parecía cuando sintió su mirada, y su disposición propia a ser amable que creía que era genuina. Taylor frunció el entrecejo y levantó la cabeza solo un poco, se encontró con que efectivamente la otra chica la estaba observando descaradamente, que al notar que Taylor la había pillado no se inmutó, retiró la vista con desdén y Taylor se quedó perpleja ante la osadía de aquella chica, tenía ganas de decirle algo, qué le pasaba, Taylor se había dado cuenta, ¡y se dio cuenta que ella se había dado cuenta!

¿Porque después de que parecía tener cara de fastidio cuando había querido solo saludarla, tenía la mirada fija en ella? No tenía sentido.

Decidió ignorarla, continúo con su lista y de nuevo, sintió esa sensación de estar siendo observada, se la sacudió un poco y trató de evitar el voltear, pero la concentración la había perdido, levantó la mirada para encontrarse de nuevo con la chica escudriñando la con una mirada calculada. Pero está vez soltó una risita burlona y creída antes de apartar la vista ante los ojos enfadosos de Taylor que la habían atrapado de nuevo.

Idiota.

Taylor se sintió un poco cohibida, algo molesta, pero de pronto pensó en que tal vez tenía pinta de rara o algo así.

Esta vez pasó la castaña primero a su consultorio, había llegado antes sabía Taylor, pero no para entrar con la doctora, si no en otra puerta, con el fisioterapeuta creía. Taylor no tendría cita con él hasta después. 

Taylor contuvo las ganas de meterle el pie puesto que tenía que pasar justo delante de ella para entrar al consultorio correspondiente, además sería algo realmente cruel pues la chica tenía igual que ella un brazo roto y caminaba dolida. Pero que si no se lo había buscado.

Cuando hubo entrado y ella se quedó sola en la sala, se dedicó a inspeccionar su cabello, su rostro y hasta sus ropas. Todo parecía en orden, no parecía haber nada fuera de lugar como para llamar la atención. Se molestó por tomarle tanta importancia a la risita que había soltado aquella tipeja.

Una vez con la doctora, después de los saludos habituales, ésta le preguntó por su estado de ánimo.

— No lo sé, yo... Creo que ... confundida.— Había estado feliz por su progreso, lo estaba, pero por alguna razón no sabía porque ese asunto con la grosera castaña de ojos verdes le había amargado tanto la mañana. Y eso la tenía así, un tanto confundida. Más que molesta.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora