En el corazón se pertenece [Kaylor]

Capítulo 36

Taylor sentía rabia, llanto y confusión, necesitaba más respuestas, se odio por haber huido apenas Karlie pronunció esas palabras, pero es que la verdad la golpeó tan de pronto que todo su mundo se sacudió.

Si se hubiera quedado, tal vez Karlie hubiera podido explicarlo mejor, pero no soporto la vorágine que se remolinaba en su interior. La traición, la rabia, el deseo que sintió con aquel beso, el dolor, compasión por ver a Karlie tan deshecha, confusión de saber si estaba siendo sincera por primera vez o seguía jugando algo más. Sin contar el sentimiento más grande de todos, el miedo. Aun estaban en terreno peligroso, cerca de sus padres y no sé podía dar el lujo de quedarse lejos mucho tiempo por si su padre la buscaba y tampoco llorar descontroladamente para que sospecharan que algo había ocurrido.

Si de algo estaba casi segura era de que Karlie era odiada por su padre, ahora que sabía que si tenían conexión, encajaba más el comportamiento de su madre y su intención de ocultarlo a su padre. Su madre también lo sabía. ¿Como pudieron hacerle eso?

Estaba apretando sus manos al rededor del lavabo del baño. Había huido de Karlie porque tenía que recomponerse... Primeramente no podía joder todo exponiéndose a su padre en aquel estado alterado. Su padre debía saber que el señor Kloss estaría ahí y junto con su hija, no se había portado tan controlador durante la noche pero Taylor no quería darle de que sospechar, porque apesar de todo quería seguir teniendo oportunidad de hablar con ella, apesar de todo.

Pensaba en todo y de todo en ese momento. Se obligó a tranquilizarse. Se anestesio así misma diciéndose que la dejaría explicarse en otro momento y probablemente eso bastaría. Bastaría y la perdonaría y probablemente la volvería a besar.

¿Por qué pensaba en el beso más que en la traición que había sufrido?

Si bien el beso era también prueba de su traición, lo había sentido tan intenso y sereno a la vez. Había sido algo que quería que pasara y que no estaba segura de querer hasta que realmente pasó. Y ahora estaba segura de que le había gustado, de que Karlie le gustaba, de que quería otro, y de que probablemente la perdonaría. Por dios ¿qué había dicho Karlie?

Estaba enamorada de ti

¿Estaba? Bueno a Taylor se le hincho el pecho, porque con ese beso estaba segura de que hablaba también en tiempo presente. Y hablaba por las dos.

¿Pero qué más había pasado? ¿Solo Karlie estaba enamorada? ¿Eran amigas y Taylor la rechazó? ¿Por qué la distancia ahora y porque tanta enemistad en sus familias?

Necesitaba hablar con ella pero no en ese momento. Por eso cuando alguien entro de súbito al cuarto de baño y Taylor giró para darse cuenta que era ella. Volvió a huir.

— Taylor por favor... —. A la rubia le dolió oír la voz de Karlie así, quebrada y triste, evitó verla a los ojos y pasó por un lado para salir de ahí.

— No, Kloss, por favor tu... — Taylor se safó bruscamente del agarre que pretendía la castaña en su brazo.— Solo... Déjame.

Salió de nuevo corriendo, antes que las lágrimas que había secado brotaran de nuevo, antes que la expresión que se había esforzado por borrar de su rostro regresará. O antes de arrojarse a sus brazos y besarla de nuevo.

Salió de nuevo al jardín, esperaba que Karlie no la siguiera, tomó aire fresco y se forzó por recordar, lo que fuera pero algo más, algo que sentía que estaba ahí, una sensación como cuando tienes la palabra en la punta de lengua pero no logras evocarla. No quería que la cabeza le doliera, y por más que se forzaba no pasa nada. Frustración. Un sentimiento más para la vorágine.

Cuando su madre la encontró, Taylor vio en su rostro que estaba preocupada, pero ella no era una niña y la única cosa que podía pensar era que presisamente temía que hubiera descubierto que Karlie se encontraba en el recinto y estuviera con ella.

El alivio en su cara al verla sola lo dijo, pero Taylor le dedicó una mirada filosa, una que probablemente puso alerta a su madre. La siguió, hasta encontrarse con su padre. El odio creció más al estar junto a ambos. Cómo podían vivir con eso, teniéndola engañada. A quién más aparte de Karlie le estaban ocultando.

Su padre la hizo despedirse de ciertas personas y muy forzadamente lo hizo. Al menos agradecía que su padre poca atención le prestara porque parecía de lo más normal, fingiendo aún con todos una sonrisa y una imagen que sin duda no existía. Y aún llegando a la camioneta la incomodidad y la tensión que habían reinado se mantenían. Y eso era bueno.

Su madre se giró desde el asiento del copiloto para dedicarle una mirada que denotaba algo de compasión. Taylor entendió que ya presentía o sabía que había pasado algo. Y aunque le había dicho anteriormente que no sentía odio por ella, en esos momentos si lo sentía, por eso su mirada en respuesta no se suavizó, se endureció tanto que sintió que su madre podría echarse a llorar.

Estaba bien que entendiera lo que quería transmitirle. Aparto la vista porque no quería ya siquiera mirarla, fijo su vista por la ventana, haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad para no echarse a llorar otra vez.

Cuando su padre arrancó para salir del estacionamiento, vio una figura conocida salir por las puertas, sola y buscando algo. El vestido le quedaba perfecto, su rostro seguía desencajado. Era obvio que a ella.

— Karlie —. Dijo en un susurró involuntario pero tan bajo que solo ella pudo escuchar.

Dudaba que pudiera verla a través de los vidrios y la distancia pero sin duda tenía sus ojos puestos en el vehículo que estaba marchándose. Taylor no pudo apartar su mirada de ella, sentía como si apesar de la distancia y de que ella estaba dentro de la camioneta, sus miradas se cruzarán, Karlie se quedó ahí, parada con hombros caídos, rostro dolido, y se mantuvo así hasta que ambas estuvieron fuera del campo de visión.

Taylor tuvo que limpiarse rápidamente la lágrima que se había rodado por su mejilla.