Capítulo 39

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Habían pasado un par de días, Taylor le había hecho caso a Karlie y no le había cuestionado a su madre nada. Cada vez que la veía parecía alterada y aunque parecía que quería decirle algo siempre terminaba agachando la cabeza. Sí, debía sentirse avergonzada.

Y aunque a Taylor le hervía la sangre con el simple hecho de verlos, tenía que ser paciente hasta que pudiera ver a Karlie, ya que confiaba más en ella a lo que pudieran decir sus padres. O su madre más bien, si se habían esforzado por mantenerla en la ignorancia no creía que fuera tan fácil que ella o su padre le dijeran la verdad así como así.

Ese día intentaría salir de casa, necesitaba aire fresco, había prendido de nuevo su teléfono y había contestado solo una vez a los mensajes de Karlie. No quería avisarle nada hasta que pudiera salir, pero necesitaba verla y hablar con ella de una vez por todas.

Invitó a Karlie de nuevo a su casa, quería verla y hablar con ella de una vez, le pidió que tuviera sumo cuidado, pero Karlie se negó, por alguna razón le pidió que esperara. Taylor no sabía a qué más tenía que esperar, simplemente quería que le dijera todo lo que sabía. Pero Karlie insistió en qué necesitaba llevarla a su casa, donde podría explicarse mejor.

Taylor se resignó, se molestó un poco más por toda la situación, no estaba ayudando en nada, no había nuevos recuerdos, no sentía mejoría. Y se sentía abrumada.

Se encontraba en las escaleras dispuesta a salir al jardín, cuando oyó voces en la entrada, solo podía distinguir la de su madre, puso atención pero no lograba saber quien era o quienes eran, ya que parecían varias personas, tuvo miedo por unos segundos, no descartaba la idea de Karlie en su casa enfrentándose a su madre, pero le conocía muy bien la voz y supo de inmediato que no se trataba de ella.

Oyó pronto pasos, no supo si volver a arriba o quedarse donde estaba, no quería que la involucraran en una conversación incómoda ¿quién podría ser? jamás habían recibido visitas, cuando trató de girarse para retirarse su madre fue más rápida y llegó a la estancia donde logró verla.

— Taylor —. Taylor se giró y se encontró con que Martha era una de las personas que estaban con su madre. ¿Qué hacía ahí? y estaba con un muchacho que no lograba reconocer, pero es que no lograba identificar a nadie como quiera.

— ¿Martha? —. Bajó lentamente las escaleras, y se dirigió hacia ellos.

— Iba a subir a buscarte... —. Dijo su mamá con voz quebrada por el nerviosismo, claro que debía estar nerviosa, aun no lo habían hablado sobre nada pero era claro que ambas sabían, además de que debió preguntarse que hacían ellos ahí buscándola. Su madre era lista, sabría que algo escondían, pero aún así no dijo nada.

Taylor entendió que ese era todo su papel, solo mantenerse callada, ante su padre y ante todo.

— ¿Qué haces aquí? —. Preguntó Taylor a Martha ignorando por completo a su madre, vio a la otra rubia dirigir la mirada a su madre y luego a ella como pensando en que decir para no delatarse. Taylor sabía que había algo que quería decirle.— Subamos a mi habitación —. Propuso Taylor entonces, Martha asintió y su madre no protestó aunque parecía querer hacerlo.

Una vez en su habitación Taylor puso el seguro a la puerta y se dirigió a ambos con una sensación de anticipación.

— Hola —. Dijo tímidamente, era raro tenerlos ahí, porque Martha no le avisó nada....

— Hola Taylor, trataba de comunicarme contigo pero no logré hacerlo... —. Oh sí, el teléfono que había aventado. Taylor se maldijo.— Él es Harry, Taylor —. Presentó nerviosa Martha a su acompañante.

Taylor sintió su boca abrirse por la sorpresa, y ni siquiera se dio cuenta de que estaba estudiándolo de pies a cabeza hasta que el la saludó.

— Hola Taylor—. Él era alto, cabello castaño algo largo y rizado, vestía de forma casual y se veía muy descente, pero no se veía como alguien que fuera del gusto de ella. Pero que sabía ella en esos momentos ni siquiera de ella misma.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora